Esta escalada militar israeliano-palestina es diferente a las vividas anteriormente porque, en primer lugar, todo lo ha desencadenado una ofensiva de Hamás contra Israel «sin precedentes», según los expertos. Con proyectiles lanzados sobre el territorio israelí –2.500 según Israel, el doble según la milicia palestina– y una incursión de milicianos en territorio israelí por varios puntos, donde neutralizaron unidades militares, tomaron el control de algunos asentamientos, dispararon contra civiles y tomaron rehenes. Es de prever que la contraofensiva israelí sea dura y que la guerra se alargue, y más después de que el primer ministro israelí, Nejamin Netanyahu, haya alertado que están «en guerra» y que Hamás y Palestina «pagarán un precio nunca visto». Desde el otro bando, Hamás no afloja y, según el último anuncio que ha hecho este lunes, ejecutará públicamente rehenes israelíes si no se paran los bombardeos contra Gaza.
De hecho, desde el ataque de sábado, según datos preliminares, ya han muerto más de 700 personas a Israel, en una operación por tierra, mar y aire que también ha dejado más de 500 víctimas a Palestina y este lunes el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha ordenado un bloqueo total en la Franja de Gaza para dejar «sin luz, alimentos, agua y combustible» la población local. Es un grado más de las represalias sobre los habitantes palestinos después de que el ejercido haya recuperado el «control total» de la zona, según ha anunciado poco antes de la orden ministerial el portavoz del ejército, el general Daniel Hagari. Ante este escenario, expertos consultados por El Món han señalado que nos encuentran ante un «escalada militar sin precedentes».
El investigador postdoctoral UPF y experto en política del Oriente Medio Gabriel Garroum señala que «es una escalada militar en un momento muy puntual» porque el conflicto viene de lejos y subraya que el ataque de sábado se puede leer de «muchas maneras». El periodista Ofer Laszewicki, ex corresponsal en Israel para

Hamas ha aprovechado las debilidades actuales de Israel
El experto de la UPF apunta que el ataque puede ser respondida a una situación «sobre el terreno mucho más angustioso en Gaza y también a la situación en Cisjordania, un aumento de colonias ilegales, el aumento de la segregación urbana en algunas zonas y aumento de las situaciones que se han vivido durante el Sucot, festividad judía, con colonos yendo a la mezquita de Jerusalén y actuante de manera violenta y desafiante en una zona sagrada para gran parte de la comunidad palestina». Otro factor es, según expone, que Israel intenta «normalizar» sus relaciones con buena parte del Golfo Pérsico y esto «no ha hecho ningún tipo de gracia en otros países de la región». También señala que otro motivo del ataque es que Hamás busque «la aprobación de la sociedad palestina en esta idea de vanguardia y de lucha armada en contra del Estado de Israel» coincidiendo con un momento donde la autoridad palestina ha adoptado «una posición más conciliadora y de una corrupción enorme».
Desde el punto de vista israelí, Laszewicki señala que el ataque de Hamás se ha producido porque «ha detectado la debilidad de Israel y lo ha aprovechado» y también pone de relieve que el Estado de Israel se encuentra en un momento político y social «muy delicado» porque, según apunta, hay una «convulsión interna muy fuerte» para los planes de Benjamin Netanyahu, porque quiere hacer una reforma judicial que «está cambiando el sistema de gobernanza a Israel con el objetivo de debilitar la judicatura para dar plenos poderes en el gobierno». Un punto compartido por Garroum porque, según expone, «Israel vive en una situación política que ha dado barra libre al extremismo, los asentamientos ilegales cada vez son más profundos y la actitud etnoreligosa de Israel como estado judío, en lugar de comportarse como estado liberal, es cada vez más evidente«.
Otro aspecto que ayuda a entender por qué se ha podido producir este ataque, según el periodista, es que «hay mucho caos operativo en la coalición de gobierno y en cargos nombrados en el frente del Ministerio de Defensa y el Ministerio de la Policía. «Son gente extremista sin experiencia operativa sobre como gestionar las fuerzas de seguridad», subraya, y sentencia que «esto su enemigo lo detecta y lo aprovecha».
Una sorpresa y un trauma colectivo similar al 11-S
A pesar de que el contexto es muy diferente, el efecto sorpresa del ataque y el trauma colectivo pueden tener similitudes con los atentados del 11-S. El experto de la UPF matiza que este ataque y el del 11-S responden «cuestiones diferentes, más allá al acto terrorista puntual», pero manifiesta que los dos ataques son comparables desde el punto de vista de la «sorpresa» y desde la «sensación de punto de no retorno o que el futuro será mucho más complejo que el presente». También señala que es comparable desde el punto de vista psicológico, porque este ataque puede ser visto por la sociedad israelí como un «trauma colectivo o como vergüenza colectiva», igual que pasó con los americanos con el ataque en las Torres Gemelas de Nueva York. Esta misma sensación se puede tener desde los servicios de inteligencia porque con la superioridad militar que tienen puede ser que no acaben de entender que «un grupo que opera literalmente en una prisión al aire libre sea capaz de derribar una de las fronteras más militarizadas del mundo y encima llegar con paracaídas» en su territorio.
En este sentido, hay un componente humillante para Israel, que tiene uno de los servicios de inteligencia más avanzados del mundo y, de hecho, el gobierno israelí ha anunciado una investigación para averiguar qué ha fallado. Este ataque sorpresa, coinciden ambos expertos, es un «error» y un «fracaso sin paliativos» de la inteligencia y el ejercido de Israel. Así mismo, Gabriel Garroum señala que «el error de inteligencia es mucho más grande» si se confirma la información del
Fracaso de los servicios de inteligencia
Ofer Laszewicki apunta que «tácticamente supone una humillación para Israel» porque ha fallado todo y Hamás ha demostrado una «capacidad operativa muy potente, una motivación de atacar y hacer cuanto más mal mejor y evidentemente». «Es una victoria de Hamás, que así puede pasar de considerarse una mera milicia a un ejercido formato, entrenado con capacidad y armamento. Estamos en una nueva fase», ha remachado.
El ex consejero de Exteriores de la Generalitat Alfred Bosch opina en un artículo en El Món que «estas guerras del siglo XXI son diferentes, el que ha sucedido estos días no es una guerra convencional ni una guerra sepultada entre potencias –por mucho que detrás los actores haya apoyos explícitos de gobiernos». «Cómo en el 11S, los perpetradores actúan fuera de la obediencia de los estados, cuentan con la rabia de los jóvenes militantes, un discurso religioso mesiánico y la ausencia de miedo», sentencia.

Un conflicto de alcance mundial
El periodista y escritor Vicenç Villatoro, por su parte, se pregunta sobre la posibilidad de una cuarta Guerra Mundial también en un artículo publicado en este diario y, en este sentido, resalta que «el ataque de Hamas y la Yihad Islámica contra Israel forma parte también de un conflicto geoestratégico de alcance mundial, con Irán como uno de los epicentros». «Quizás sí que occidente es superior militarmente y tecnológicamente, pero es vulnerable en su retaguardia y en sus espacios fronterizos. Para plantear esta cuarta Guerra Mundial hace falta, en primer lugar, demostrar esta vulnerabilidad y crear miedo e inseguridad al retén occidental», añade.
Una contraofensiva muy dura de Israel: «Esto va por largo»
La represalia israelí no será breve ni contenida y el mismo Netanyahu ya ha avisado que pagarán «un precio nunca visto», puesto que el actual gobierno israelí es lo más duro con los palestinos de las últimas décadas, como demuestra las declaraciones que ha hecho este lunes Gallant, que ha asegurado que están luchando «contra animales» y que actuarán «en consecuencia». «Esto va por largo», alerta Garroum después de que Israel haya empezado a bombardear posiciones militares, túneles y lanzadoras de misiles, pero remarca que no acabará aquí y que «la situación actual irá hacia una potencial intervención terrestre o desarticulación de Hamás en Gaza para intentar modificar lo
El periodista Ofer Laszewicki, por su parte, es del parecer que la respuesta israelí «será brutal», pero puntualiza que esta tiene que tener en cuenta que «más de 100 civiles israelíes están en manos de los islamistas en Gaza». «Es una situación muy sensible y muy delicada», remarca. Por otro lado, avisa que Hamás no se quedará con los brazos cruzados porque después del ataque de sábado «son conscientes que quien pagará el precio principalmente será su población civil». «Obviamente, el coste en víctimas civiles a Palestina será muy alto», pronostica.