Felipe de Borbón ha entregado, esta mañana, el Toisón de Oro a su madre. Es un gran día para Sofia de Grecia, que ha visto reconocida la labor que hizo como monarca durante la ceremonia que han organizado en el Palacio Real para conmemorar los 50 años de la restauración de la monarquía en España. Leonor y Sofia han aplaudido con entusiasmo cuando su padre ha colocado el broche a la abuela, una escena que ha mostrado a la mujer visiblemente emocionada y a punto de echarse a llorar: «Gracias por tu compromiso de décadas y por tu profundo sentido del deber. Has apoyado con convicción a Juan Carlos, a mi padre«, le ha reconocido en el discurso.
Su hijo la ha llenado de besos y a ella se le ha podido leer un thank you en los labios que demuestra que, realmente, está agradecida por el gesto que ha tenido el rey. Que ella tenga este premio en una ceremonia en la que su marido no ha estado ni invitado es una pequeña victoria, sobre todo teniendo en cuenta que Juan Carlos se encuentra en Madrid en estos momentos. El emérito, apartado y con el permiso de acercarse allí únicamente a la hora de comer y sin hacer demasiado ruido… destacable, teniendo en cuenta que se estaba conmemorando que la corona -que llevaba él, entonces- tuvo la firme voluntad de construir la democracia.
Sofia ha lucido un vestido rosa muy bonito, compuesto por una chaqueta y la falda a juego. En las orejas, unos pendientes de perlas enormes y diamantes que deben costar una auténtica fortuna. Resulta curioso que Letizia también haya optado por este color, en su caso con un Carolina Herrera muy de los ochenta que lucía mucho para la ocasión. La emérita irá vestida también al almuerzo que han organizado para después, donde no acudirán sus nietos ni tampoco las hijas. Será el fin de semana, este sábado, cuando organicen un gran almuerzo familiar que previsiblemente tendrá parte de la familia reunida -con Felipe, Elena y Cristina juntos después de mucho tiempo- para celebrar este gran momento de la emérita.


¿Tienen tan buena relación Leonor y Sofia como quieren hacer creer?
Las cámaras han enfocado a Leonor aplaudiendo, como decíamos, a su abuela Sofia cuando ha recibido el reconocimiento que su padre también le colocó a ella en su momento. Desde que pasó aquella memorable escena frente a la catedral de Palma -cuando la princesa española apartaba, de malas maneras, el brazo de su abuela-, la familia real ha hecho lo imposible para intentar demostrar que han mejorado su relación. De hecho, las hemos visto juntas en muchas ocasiones y siempre van cogidas y exageradamente sonrientes. ¿Qué hay de verdad detrás de esta pose?
La revista Lecturas ha dado voz a Pilar Eyre, la periodista especializada en monarquía, que deja claro que las cosas no son tan bonitas entre ellas como pretenden que creamos: «Prácticamente no las ve, cualquier persona que las vea juntas en las fotos se dará cuenta de que las nietas se comportan con ella con poca naturalidad como la que tienes con una persona a quien no conoces mucho. Esta es una familia pequeña, pero totalmente rota«.
De hecho, podemos recordar aquella vez en que Sofia de Grecia lamentó la poca relación que tenía con las nietas: «Cuando las quería visitar, tenía que avisar con antelación aunque vivan a 500 metros. El contacto fue perdiéndose con los años, hasta el punto de que pueden estar meses sin verse». «No las veo nunca, no me dejan verlas. Yo que vivo al lado no puedo ir a su casa y, mientras tanto, la madre de Letizia siempre está allí metida«, se habría quejado en una conversación muy representativa con su prima que terminó filtrándose a la prensa.

Si han mejorado su relación realmente o todo es para quedar bien ante las cámaras, resulta un misterio. No parece que sean una abuela y una nieta muy unidas y con confianza, por eso, todo sea dicho. Mucha gente pagaría bastante dinero por verlas por un agujero cuando se encuentran por la Zarzuela, una escena que se repetirá mañana en un almuerzo familiar que puede llegar a ser de lo más incómodo.

