La fuerte crisis en Rodalies se ha convertido en uno de los grandes obstáculos del gobierno de Salvador Illa, que ha visto en las últimas semanas cómo la oposición se ha unido en bloque para reclamar mejoras urgentes para el servicio. La oposición, incluidos sus socios de investidura, le ha forzado a enfrentarse al primer pleno monográfico de la historia sobre Rodalies, que empieza este martes por la tarde y terminará el jueves por la tarde. Y el ejecutivo llega también bajo la presión de las quejas de los usuarios que, hartos de sufrir cada día las consecuencias de la desinversión acumulada en la red ferroviaria catalana, han dejado de lado la resignación, han afilado las herramientas, y se han puesto en pie de guerra, tal como se ha visto durante el fin de semana. Ante los embates de unos y otros, el ejecutivo catalán pide paciencia a la ciudadanía: «Hemos empezado a poner los pilares para tener las Rodalies que Cataluña merece, pero no será ni rápido ni fácil», afirmaba la consejera Sílvia Paneque durante la comisión de Territorio de la semana pasada. Pero la paciencia de los usuarios ya ha llegado al límite, tal como se ha demostrado con las manifestaciones multitudinarias de este fin de semana -que se podrían volver a repetir-, motivo por el cual reclaman medidas urgentes.
El plan de contingencia firmado por la consejería de Territorio y el grupo Renfe incluye un capítulo para la mejora de la información y la atención a los usuarios. Concretamente, estipula la instalación de «cartelería digital» en las estaciones –270 monitores en unas ochenta paradas–, la renovación de los equipos de información de las estaciones –principalmente, megafonía– y la actualización de las máquinas de venta. Un conjunto de medidas que, según los plazos fijados por el departamento, se llevarán a cabo a lo largo de este 2025. Un planteamiento que los usuarios ven con buenos ojos: «Para facilitarnos la información no se necesitan grandes infraestructuras. Con un poco de voluntad política se puede hacer«, argumenta la miembro de la plataforma Salvem l’R2 Nord Anna Mas en conversación con El Món. «Mejorar los sistemas de información es el aspecto más sencillo de resolver, y ya tendrá algunos beneficios», coincide el vicepresidente de la plataforma de Promoción del Transporte Público (PTP), Carles Garcia. Ahora bien, estas medidas no son suficientes para paliar la crisis que golpea el servicio de Rodalies.

Una cuestión de voluntad política
Las diferentes entidades de usuarios consultadas mantienen que uno de los aspectos fundamentales para resolver a corto plazo algunos de los problemas de Rodalies es la «voluntad política» de las administraciones, tanto la catalana como la española, ambas controladas por los socialistas. «Entendemos que es muy necesario hacer obras, y que años de desinversión les han estallado en la cara, pero hace falta un plan B», apunta la portavoz de la plataforma Trens Dignes, Cinta Galiana, que reclama más «voluntad política para equilibrar el territorio». En este sentido, sin embargo, la representante de la entidad de las Tierras del Ebro cree que el ejecutivo de Salvador Illa ya está dando los primeros pasos, especialmente con el nombramiento de dos perfiles técnicos en la cúpula directiva de Renfe consensuados con la Generalitat: la incorporación de Josep Enric García Alemany, ingeniero de caminos y exdirector general de la EMT de Valencia, como director operativo; y Uli Wessling Tolon, ingeniero de caminos y con dilatada experiencia en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), como nuevo gerente de operaciones de Rodalies. «Incorporar dos ingenieros a Renfe es una buena noticia», asevera Cinta Galiana.
En esta línea, la miembro de la plataforma Salvem l’R2 Nord también considera que es «cuestión de voluntad política» aumentar las frecuencias de paso de las líneas: «Que la gente vaya apretada en las horas punta es un problema de gestión. Se podrían poner más vagones en los trenes de estas horas», argumenta Anna Mas, que reclama «más inversión» y «más frecuencia» para la línea que conecta el aeropuerto del Prat con la estación de Maçanet-Massanes. Una idea que también comparten desde la PTP, que consideran que «seguir al pie de la letra el programa de inversiones» pactado con el Ministerio de Transportes, en manos de Óscar Puente, y «las promesas institucionales» es clave para revertir las carencias endémicas del servicio ferroviario catalán.
No obstante, Carles Garcia admite que es una solución que no se notará «en pocos días o meses»: «Hay que seguir trabajando en las obras y la inversión», asevera. Por su parte, el portavoz de la plataforma Perquè No Ens Fotin el Tren, Marc Janeras, denuncia la «negligencia» y la «dejadez» de las operadoras ferroviarias y lamenta que, ahora, se buscan soluciones a «corto plazo», pero que ya llegan tarde: «Vamos con demasiados años de retraso», recuerda el portavoz de la entidad que defiende la R3. Para el usuario habitual del servicio de Rodalies, la manera de resolver esta «dejadez» es «cambiar la mentalidad» que tiene la administración sobre el servicio de Rodalies: «Es la única manera para que funcione», exclama Janeras.

La Moncloa se aferra a la inversión
Ante las constantes reclamaciones y las quejas de los usuarios afectados, el gobierno español se sacude las pulgas del caos ferroviario y se aferra a los datos sobre las inversiones que el ejecutivo de Pedro Sánchez asegura que ha realizado en los últimos años. «No niego que en Cataluña ha habido un déficit de inversión durante muchos años, pero no estamos de brazos cruzados. El incremento de las inversiones es innegable», remarcaba Óscar Puente durante sesión plenaria del Congreso de los Diputados del martes de la semana pasada. Ahora bien, los mismos datos de ejecución presupuestaria del Ministerio de Hacienda confirman que el Estado español solo ha ejecutado una tercera parte de las inversiones ferroviarias previstas para Cataluña entre el 2015 y el 2022 -buena parte de los años con Pedro Sánchez al frente de la Moncloa.
En detalle, en este período de tiempo, se proyectaron inversiones en la red ferroviaria de las demarcaciones catalanas por valor de 6.194 millones de euros, pero el gasto real acabó siendo de 2.171 millones de euros. Es decir, un 35,1% del total, que se sitúa por debajo de la media española. Ahora, sin embargo, parece que la desinversión comienza a revertirse poco a poco, ya que de los 5.500 millones que prevé el Plan de Rodalies 2020-30, se han adjudicado cerca de 4.000 y ya se han abonado 1.500 millones de euros. Es precisamente por este motivo que actualmente se están llevando a cabo unas doscientas actuaciones para mejorar el funcionamiento del servicio: «Durante muchas décadas no se ha hecho absolutamente nada, y ahora nos toca sufrir las consecuencias», lamenta Carles Garcia.

Potenciar el tren sobre el transporte por carretera
Los representantes de las plataformas de usuarios del transporte público catalán coinciden en que el Gobierno debe centrar sus esfuerzos en potenciar y mejorar el servicio ferroviario, ya que recuerdan que el tren es la mejor alternativa de movilidad ante la emergencia climática. Es precisamente por este motivo que consideran que los planes alternativos de transporte por carretera, que se han puesto en marcha durante los numerosos cortes por obras -tanto el último en el Camp de Tarragona como en las obras del desdoblamiento de la R3-, han de ser una medida temporal para paliar una situación concreta: «El autobús ha de ser un suplemento, no sustituir al tren», mantiene Marc Janeras. En este sentido, la miembro de la plataforma Salvem l’R2 Nord también asegura que «el coche» tampoco es una buena opción de transporte, porque sufres el colapso de las rondas a la hora de acceder a Barcelona.
Sea como sea, con más información, más frecuencia o más vagones en los trenes durante las horas de mayor afluencia de pasajeros, los usuarios necesitan respuestas rápidas y contundentes al caos diario que sufren. Y el gobierno de Salvador Illa también ha de encontrar soluciones efectivas para que la legislatura, teniendo en cuenta que necesitan el apoyo de otros grupos políticos para sacar adelante sus propuestas en el Parlamento, no se les convierta en un camino tortuoso. De momento, sin embargo, tendrán que rendir cuentas en el hemiciclo por el desbarajuste vivido en las últimas semanas.