El debate sobre el uso del teléfono móvil entre los menores de edad ha vuelto a primera plana. Un numeroso grupo de padres y madres de alumnos catalanes ha decidido movilizarse para probar de conseguir que los adolescentes no tengan móvil hasta los 16 años.
Esta iniciativa quiere ser una respuesta rompedora a la tendencia cada vez más habitual que hace que muchos niños estrenen su primer teléfono cuando empiezan el instituto. La propuesta se ha extendido como la pólvora por varios grupos de familias de alumnos de Cataluña, sobre todo gracias a WhatsApp y Telegram. En esta última plataforma, un grupo denominado Adolescencia libre de móvil ya suma 2.139 progenitores, pero hay grupos territoriales que también tienen un buen número de seguidores, como los de Girona, Cardedeu (Vallès Oriental) o los de varios de los distritos de Barcelona.
Todo ello está contando con el apoyo de varias asociaciones de familias de alumnos (AFA) de Cataluña, que se han querido sumar a la iniciativa para desterrar los móviles entre los adolescentes al menos hasta los 16 años.
Educació impulsa un debate sobre el uso de los móviles en los institutos
Hay que recordar que la consellera d’Educació, Anna Simó, ya anunció el pasado mes de octubre el inicio de un proceso de debate sobre el uso de los móviles en los centros educativos catalanes. El objetivo de esta iniciativa es consensuar con los claustros y las familias si se tienen que prohibir o no estos dispositivos en las escuelas e institutos, una dicotomía que hace tiempo que está sobre la mesa de la Generalitat.
En este sentido, la consellera considera que es importante mantener la autonomía de los centros y remarca que la mitad de los institutos catalanes ya tienen una norma respecto a los móviles, pero se compromete a sacar adelante esta prohibición si la mayoría de las personas e instituciones consultadas así lo creen oportuno. “En estos centros que ya han apostado por estas vías después de haber hecho un debate con las familias y los alumnos y no veo oportuno decirles ahora qué tendrán que hacer”, aseguraba Simó el pasado octubre en una entrevista a Radio 4, donde también puntualizaba que este dejar hacer no nace de la voluntad de la administración de desentenderse, sino de la de respetar las conclusiones importantes a las cuales ya se ha llegado de manera consensuada.