Los Bomberos de la Generalitat evitaron que el incendio de Cabacés se convirtiera en el más letal para la sierra del Montsec. Por ratos, la situación recordaba en el incendio de 1982, cuando las llamas arrasaron media sierra, pero los Bomberos lograron estabilizarlo el viernes por la tarde y confían en tenerlo controlado esta mañana. Pese a haber evitado una mayor tragedia, el fuego ha calcinado 110 hectáreas cercanas a este municipio, que se suman a las 15 hectáreas que quemaron de forma casi simultánea en Porrera.

Ambos incendios han puesto de manifiesto la falta de infraestructuras del Priorat, que se resigna a aceptar los golpes de un episodio de sequía que se alarga más que en otros territorios. De hecho, el alcalde de Cabacés, Jaume Pujals, ha reclamado «medidas estructurales» para estar «bien preparados» y evitar que los pocos recursos hídricos impida a los municipios del Priorat disponer de agua en todas las balsas contra incendios.

Quien también se ha pronunciado es el alcalde de Ulldecona, Sergi Méndez, también presidente del Consejo Comarcal del Priorat. El alcalde ha remarcado a los medios locales que la situación de estos días es resultado de «muchos meses y años de carencias» y teme que «se vuelvan a olvidar de nosotros» cuando el incendio haya pasado. Para Méndez, los dos incendios de esta semana «muestran la urgencia de recibir inversiones para garantizar el acceso al agua y modernizar las infraestructuras», poniendo especial énfasis en las líneas eléctricas, que «son viejas y precarias».

En términos más genéricos, Joan Carles García, alcalde del otro pueblo afectado, Porrera, añadía que es necesaria «una acequia de apoyo» no solo para garantizar el suministro de agua, sino también para hacer viable las producciones. «Sin una manera de vivir, los pueblos no necesitarán agua, porque no estarán», avisaba estando al pie del cañón del incendio.

El último Gobierno tenía entre manos el estudio de cómo llevar el agua del Ebro a la zona, pero los alcaldes creen que no hay tiempo suficiente y se necesitan soluciones más inmediatas. La falta de infraestructuras no solo es un anhelo de los alcaldes de la zona, sino una realidad admitida por la Generalitat de Cataluña. La consejera del Interior, Núria Parlon, que estos días centraba su actividad en la reestructuración de los Mossos d’Esquadra, reconocía que todo ello «es una cuestión de mejora de las infraestructuras» y apuntaba que las reclamaciones del Priorat estarán en el punto de mira de las «decisiones que el gobierno catalán tomará en los próximos días».

Las infraestructuras eléctricas, posibles causantes de los incendios

El incendio de Cabacés, el que más ha preocupado esta semana, se ha conseguido estabilizar el viernes por la tarde. La situación había empeorado por culpa de un fuerte viento de Mistral que complicó las labores de extinción en la madrugada del jueves al viernes. El fuego ha quemado cerca de 110 hectáreas, de las que 108 son forestales y 2 agrícolas, según el cálculo que han realizado los agentes rurales. Los bomberos también tienen controlada su situación en Porrera. En este caso, el incendio se llevó 15 hectáreas, la mayoría de masa forestal.

Ambos fuegos, según las primeras hipótesis, aun por confirmar, se habrían generado por culpa de una línea eléctrica. De hecho, los alcaldes ya apuntaban que la infraestructura eléctrica de la zona es bastante antigua. Endesa todavía está investigando qué ha pasado y apunta que el viento de estos días «podría haber dañado alguna infraestructura».

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