Desde que Salvador Illa tomó posesión como presidente de la Generalitat de Cataluña, el Gobierno no ha dejado de anunciar a bombo y plateret todas las medidas que quieren llevar a cabo. Una de las primeras fue la construcción de la desalinizadora de la Costa Brava Norte. Pero apenas hace dos semanas que el ejecutivo catalán sacó el polvo del archivo y volvió a poner sobre la mesa la propuesta de ampliación del Aeropuerto de Barcelona. Un anuncio que para Lluís Mijoler, alcalde del Prat del Llobregat, «es decir, que se llevan inversiones en Cataluña» a pesar de que es una propuesta que «en ningún caso veríamos en menos de 5 años» y que es «vender una posible inversión que no se producirá hasta muchos años o quizás nunca».

Esta propuesta choca frontalmente con la conservación de la natura del delta del Llobregat y de la Ricarda, dos espacios que son muy beneficiosos para el medio ambiente y que el ampliación del aeropuerto amenaza directamente. Ecologistas, administraciones y académicos analizan la situación en una conversación con El Mundo.

Hacer pasar una decisión política por una decisión técnica

Los ecologistas acusan el Gobierno de «hacer pasar una decisión política por una decisión técnica», señala Joan Manel de Llano, miembro de Zeroport. El ecologista añade que duda de las posibles trabas al proyecto, puesto que lanza una sospecha: «¿Que dirán los técnicos que vaya contra la directriz política?», preguntan. Lluís Mijoler, alcalde del Prat del Llobregat por los Comunes, destaca que «era una noticia esperada» por las declaraciones del PSC durante la campaña electoral y las negociaciones para la investidura de Salvador Illa, pero destaca que desde el Prat se opongan «frontalmente». «Donde acaba el aeropuerto empiezan los espacios naturales y nos opondremos a la destrucción de espacios naturales» sentencia el alcalde pratenc.

Por su parte, académicos y vecinos muestran su rechazo a un proyecto que puede comportar graves consecuencias a uno de los espacios naturales más importantes de Cataluña. Isabel Muñoz, profesora de ecología de la Universidad Barcelona, destaca que «hay informes» que confirman el peligro de esta ampliación y señala que estos documentos poniendo énfasis en el hecho que la ampliación «causará impactos irreversibles en la zona natural de la Ricarda, tanto al estaño como en todos sus hábitats o ambientes, los humedales, los pinares o la zona costera». «Es una propuesta destructiva», señala Muñoz. La plataforma vecinal SOS Baix Llobregat, en palabras de Jordi Fortuny, miembro grupo técnico de coordinación de SOS Baix Llobregat  y el Hospitalet, muestra lo rechazo vecinal a «cualquier ampliación». «No queremos que el perímetro actual de las instalaciones crezcan más», añade.

Imagen de archivo de un avión elevándose del aeropuerto del Prat / ACN
Imagen de archivo de un avión elevándose del aeropuerto del Prat / ACN

Una propuesta que no considera el impacto ambiental

La gran crítica llega por el impacto ambiental que puede suponer la ampliación del Prat. Los proyectos de la Generalitat tienen que presentar una evaluación de impacto ambiental que tiene que ser validada. Precisamente este impacto ambiental es el que enfurece a Zeroport, que señala que «si se tuviera en cuenta el rigor ambiental, la ampliación estaría descartada desde el minuto -1». La propuesta de ampliación, que busca mejorar la infraestructura aeroportuaria despierta los recelos dentro de la plataforma vecinal SOS Baix Llobregat y el Hospitalet, que señala que «cualquier actuación que se haga al aeropuerto se tiene que hacer para mejorar las instalaciones, tiene que comportar una mejora del impacto ambiental, no un empeoramiento». Fortuny destaca que «no nos oponemos a que una instalación tan importando invierta en mejoras, pero que lo hagan en orden a la sostenibilidad».

Lluís Mijoler pide que Cataluña afronte un nuevo «modelo de gestión aeroportuaria». El alcalde del Prat recuerda que «no se están cumpliendo con las medidas ambientales de la ampliación anterior» a pesar de que lo dictara la Comisión Europea. Mijoler destaca que tienen «dudas» sobre el hecho que haya que aumentar la capacidad del Prat, un hecho por el cual mantienen la esperanza de «poder echar atrás» la propuesta de ampliación de la tercera pista y de la capacidad del aeropuerto y señala directamente a los intereses de AENA, asegurando que el aeropuerto del Prat es «lo más rentable» de los que gestionan gracias a un «turismo bajo coste». Una de las grandes reclamaciones de Mijoler es descentralizar el servicio aeroportuario hacia Reus y Girona, aligerando el turismo de bajo coste y dotando de servicio e instalaciones infrautilizadas.

Quien también señala directamente en el Gobierno y AENA es el colectivo Las Agujas, de Ecologistas en Acción. «AENA y el Gobierno español han despreciado todos los temas ambientales, incumpliendo la Declaración de Impacto Ambiental (DÍA) de la anterior ampliación» asegura Jaume Grau, miembro del colectivo que señala que «las emisiones del sector de la aviación son las que más han crecido y crecen en los últimos años y amenazan el Acuerdo de París».

Hay que recordar que el delta y la Ricarda son unos espacios naturales que están rodeados de varias infraestructuras. Un hecho que destaca Isabel Muñoz, profesora de la UB, puesto que alrededor hay «la red viaria, el puerto, la desviación del río, es una zona en que toda esta actividad humana e infraestructuras que se han desarrollado ha alterado el espacio natural».

Uno de los otros aspectos a considerar son las emisiones que generan los aviones de las infraestructuras aeroportuarias. A pesar de que las fuentes consultadas por El Mundo coinciden a señalar que el factor clave no son las emisiones que pueda generar la ampliación del aeropuerto ‘per se’ sino que se sumaría a las emisiones del planeta y tendrían un impacto global, no local. Desde SOS Baix Llobregat señala la ‘hipocresía’ del Estado español, puesto que «este aumento del tráfico comporta un aumento de emisiones y el impacto ambiental» en una situación de emergencia climática topa con unos «objetivos de mitigación a los cuales se ha adherido el Estado español». Joan Manel de Llano, también se añade a esta reflexión señalando que es «absolutamente necesario hacer decrecer la actividad aeroportuaria, se tiene que rebajar el tráfico aviones escala mundial» porque es un sector que «colabora en un 6% global el calentamiento y es un sector que no para de subir y pide más recursos».

El alcalde del Prat, pero, recuerda que en seis meses el Gobierno tiene que presentar un estudio de capacidad turística, un hecho que podría acabar de echar atrás la propuesta de ampliación del Prat en caso de que se confirmen «las voces que no ven necesaria la ampliación».

El estaño de la Ricarda | ACN
El estaño de la Ricarda | ACN

El valor natural del delta y la Ricarda

La amenaza de la propuesta de ampliación del Prat madriguera de pleno sobre la Ricarda y el delta del Llobregat, dos de los espacios naturales de más valor al Área Metropolitana de Barcelona. Desde Zeroport denuncian que «Fomento y algunos políticos dicen que la Ricarda ya está tan degradada que ya no viene de aquí y la degradación no es tal» y señala que el Aeropuerto «no cumple con sus obligaciones» como pueden ser las compensaciones ambientales. «No es un espacio artificial (la Ricarda) y está muy perjudicado por la proximidad con el aeropuerto», lamenta un Jordi Fortuny señala que «la gran sospecha es que no al mejorar la Ricarda va perdiendo valor, y que prescindir de la Ricarda no sea tan grave. La Ricarda ha sido toda la vida aquí y alguien ha hecho correr la berrea de que la Ricarda era artificial y en absoluto lo es».

La cantidad de fauna, de flora, el espacio verde que supone esta zona del delta y la Ricarda hace que desde SOS Baix Llobregat lo quieran defender como un espacio «importante para la población porque te puedes esparcir, pasear, serenar, pasar tiempo de ocio» a pesar de que señalan que esto «es una caricatura y no hay que ir al delta para beneficiarse del delta». «No es sensato ‘cargarse’ una cosa que produce tantos beneficios» sentencia Fortuny. Q

Mijoler pone énfasis en el hecho que la Ricarda no es solo un espacio «para el Prat», sino que «es una infraestructura verde del área metropolitana de Barcelona. La Ricarda es un pulmón fundamental, no defendemos solo nuestro territorio, defendemos una infraestructura metropolitana» y explica que se tienen conversaciones con los diferentes ayuntamientos metropolitanos como Gavà, Castelldefels o Viladecans para mitigar y debatir sobre el impacto del aeropuerto y con el Ayuntamiento de Barcelona sobre el modelo de turismo.

La profesora Isabel Muñoz destaca como de importante es el Delta del Llobregat y la Ricarda para la fauna y la flora del Área Metropolitana de Barcelona, puesto que «el delta del Llobregat es el tercer espacio húmedo más importante de Cataluña, hay muchas aves que lo utilizan como un lugar de para las migraciones» y señala que se han visto, habitando especies en peligro de extinción y otras que utilizan el Delta como lugar de . «Cómo es un humedal tenemos pescados, anfibios, reptiles, fartets, mariposas, caballitos del diablo, murciélagos…» señala Muñoz que alerta que la ampliación del aeropuerto comportaría la destrucción de hábitats y esto provocaría «un cambio de hábitat, una fragmentación de los espacios naturales que quedan y su interconexión cada vez sería más baja». «La fragmentación impide a las especies moverse de un hábitat a otro», añade. Joan Manel de Llano, de Zeroport también destaca la gran importancia natural de esta zona «con pinares muy singulares, hay pocas al litoral para fijar las dunas» argumenta el ecologista que destaca que no se puede «reproducir la Ricarda, no es tan fácil, no es un mecano, nos comeríamos terreno agrario, y la agricultura es un sector olvidado», una reproducción que segundos de Llano «continuaría aumentando los conflictos ecología-campesinado». Precisamente este intento de ‘reproducir la Ricarda’ enfurece los ecologistas de Las Agujas, que señalan que es «un desprecio a la ciencia: los pocos espacios naturales que restan al delta del Llobregat son insustituïbles, no te puedes cargar la Ricarda y hacer una laguna artificial y pretender que funcionará como la original. Porque no tendría nunca las mismas características hidrogeológicas que la Ricarda, y porque no se puede garantizar que reproducirá toda la complejidad del ecosistema de la Ricarda y las especies que viven».

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