Plataforma per la Llengua ha denunciado por segunda vez en tres años a la multinacional francesa Leroy Merlin, especializada en bricolaje, construcción, decoración y jardinería por incumplimientos en las disposiciones lingüísticas del Código de Consumo de Cataluña. «Ahora los hemos vuelto a denunciar, esperando la incoación de un expediente sancionador«, reclama la entidad en defensa de la lengua a la Agencia Catalana del Consumo, que en el año 2022 archivó una denuncia por incumplimientos lingüísticos contra la compañía que tiene casi una veintena de establecimientos en Cataluña.

La ONG del catalán explica en un breve hilo de X, antes Twitter, que ya denunciaron los incumplimientos lingüísticos de Leroy Merlin en el año 2022, pero entonces la Agencia Catalana del Consumo archivó la denuncia porque, según relata, «los hechos denunciados pasaban a formar parte de oficio de las actuaciones inspectoras». Aun así, la entidad lamenta que tres años después la situación de incumplimiento es la misma y difunde fotografías de un establecimiento de Vic para denunciar que el catalán no tiene presencia «ni en los lineales, ni en la señalética, ni en la cartelería fija con precios». Además, añade que tampoco hay «ninguna presencia del catalán» en las instrucciones de uso y manejo ni en la web.

Fuentes de la ONG del catalán han puntualizado a El Món que en algunos centros comerciales como, por ejemplo, el de Cabrera de Mar «la rotulación de los lineales sí que cumple la normativa». En este sentido, lamentan que «una multinacional de este nivel no tiene una política lingüística clara en sus establecimientos de Cataluña», y dejan claro que en el resto del dominio lingüístico «nada de nada». Y, además, denuncian que en el ámbito digital no hay «ni rastro de catalán» y que la multinacional opera con varias marcas blancas que no incluyen el catalán.

Leroy Merlin: un caso extrapolable a otras grandes superficies

Además, fuentes de Plataforma per la Llengua dejan claro que la dejadez de Leroy Merlin con incumplir la ley es «extrapolable» a otras grandes superficies y citan Bauhaus y Decathlon como empresas que no etiquetan en catalán, los manuales de uso tampoco están disponibles en lengua catalana y no hay presencia del idioma en el ámbito digital. De hecho, en el año 2022 la ONG del catalán realizó un estudio a partir de las valoraciones de los usuarios de la Catal App, una aplicación para evaluar la atención lingüística de los establecimientos comerciales de los territorios de habla catalana, y Leroy Merlin ocupaba la parte baja de la tabla, concretamente el penúltimo lugar. Solo por encima de Bricomart, que obtuvo un irrisorio 0,70, la multinacional francesa recibió una puntuación de 1,42, con «una nota muy baja tanto en la atención oral como en la escrita y la digital». Aparte de Leroy Merlin, en el pasado Plataforma per la Llengua también ha denunciado a Flying Tiger y Decathlon por incumplimientos reiterados del Código de consumo de Cataluña, ya que ni una ni otra etiquetan sus productos en catalán.

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