Gerard Insa (Castelldefels, 1996), profesor interino que está esperando plaza, denunció a principios de junio que había sufrido una situación catalanófoba por parte de una doctora de la Clínica Diagonal. Insa denunció los hechos a través de las redes, los puso en conocimiento del centro sanitario a través del formulario de sugerencias, el equivalente a una hoja de reclamaciones, y presentó una queja al Departamento de Salud. Pero las dos respuestas que ha recibido no le acaban de convencer, aunque en esta entrevista con El Món admite que es más contundente la respuesta de la clínica que la de la misma Generalitat, a quien quiere pedir más información. Además, ha decidido presentar una denuncia con el objetivo de que «haya consecuencias tanto para la doctora como para la clínica». Además de su caso, Gerard Insa explica cómo ha ido tomando conciencia lingüística, sobre todo desde que se dedica a la enseñanza. Muestra su preocupación por el uso del catalán entre los jóvenes y reclama una reflexión sobre el actual sistema de inmersión. «Es un sistema que castellaniza», sentencia.

Este miércoles Acció Cassandra ha presentado la denuncia. ¿Satisfecho?

Sí. Estoy satisfecho con el asesoramiento recibido por Acció Cassandra y por su paciencia a la hora de responder a mis preguntas. El proceso ha tardado unas semanas, pero entiendo que es una consecuencia del trabajo acumulado que tienen por los últimos casos de discriminación y también el de Sixena… Lo importante es la voluntad y determinación de ambas partes para continuar adelante. Me enviaron las correcciones de los comentarios que yo hice, y di el visto bueno para que la presenten, pero están muy ocupados con el caso de Sixena.

¿Cuál es el objetivo de la denuncia?

Mi objetivo es que haya consecuencias tanto para la doctora como para la clínica, para que haya un cambio y que esto no vuelva a ocurrir. Establecer un precedente con este tipo de situaciones y que la gente entienda que con esto no se puede jugar. Según me han explicado en Acció Cassandra, cada vez hay más personas que se quejan, pero al final son quejas que acaban en Plataforma per la Llengua u otras entidades que figuran en estadísticas, pero que los afectados abandonan cuando Acció Cassandra les dice de llevarlo a los tribunales. Creo que tengo toda la razón del mundo, que no es una exageración, y me gustaría ver hasta dónde llega. También quiero explicarlo a la gente, a través de las redes sociales, y que se sepa lo que acaba pasando con la denuncia. Si me la han desestimado o aceptado.

¿Le han convencido las explicaciones que ha recibido de Salud?

No. Tengo pensado contactar con la subdirección general de Evaluación e Inspección Sanitarias y Farmacéuticas del Departamento de Salud, que es el organismo que me envía la carta, porque yo, al menos, no sé cómo hacer una respuesta a través del aplicativo de comunicaciones oficiales electrónicas. Tengo pensado llamar a la subdirección o al 012 para que me guíen sobre cómo puedo hacerlo.

Gerard Insa, profesor interino y víctima de una situación de discriminación lingüística / Cedida

¿Y qué quiere pedir?

Mi pregunta es muy sencilla. Yo quiero saber qué medidas se han tomado y que me den más explicaciones. A ver qué hacen.

¿Las explicaciones que le da Salud van en la línea de las que recibió por parte de la clínica?

Diría que las de Salud son peores porque, aunque ninguna de las dos cartas concreta las medidas tomadas, vi a la clínica más preocupada, porque reconocieron los hechos, que eran intolerables. Pero sí, en la falta de concreción sobre las medidas, ambas respuestas son muy similares.

Decía antes que quiere explicar a la gente cómo avanza su caso, pero de hecho ya desde que lo denunció ha comenzado a hacer videos e hilos de su caso, pero también de concienciación social.

Sí, pero eso viene de lejos. Desde hace tiempo tenía inquietud por hacer hilos en Twitter o por grabarme videos hablando de temas de lengua y educación, porque es a lo que me dedico. Tenía una carpeta llena de ideas, de cosas que quería comentar, pero nunca me atreví a dar el paso. Hasta que me pasó esto y fue mi primer video, y una manera de romper el hielo y quitarme esta vergüenza, que quizás mucha gente siente a la hora de exponerse.

Entre otras cosas, ha hecho un hilo explicando los derechos de los catalanohablantes. ¿Cree que hay falta de conocimiento en este sentido?

Sí, yo creo que sí. Mucha gente, yo entre ellos antes de todo esto, desconoce que hay una ley que obliga, por ejemplo, a enviar las cartas en catalán, o hacer los letreros en catalán, o al hecho de que en los servicios públicos te respondan en catalán. Esto yo no lo sabía. Es algo que, si no estás implicado en el tema, cada uno hace su vida y va con el piloto automático, y son cosas que desconocemos. Pienso que estaría bien que hubiera una campaña de concienciación. Que la gente viera que hay apoyo institucional.

Así, ¿cree que, más allá de la responsabilidad que quiera asumir cada persona en cada caso, la responsabilidad final es de la administración?

Sí. Es una combinación de factores. Creo que es irresponsable dejar las discriminaciones en manos de la ciudadanía, que tenemos nuestras vidas, quizás no queremos problemas, estamos ocupados… En el caso de Cataluña, sí que se necesita un apoyo institucional.

¿Ha sentido que recibía apoyo en este proceso que inició?

No. Al menos he recibido las cartas de disculpa, pero tengo la sensación de que, si el video no se hubiera viralizado, no lo sabremos nunca, quizás no se habrían puesto en contacto conmigo de esta manera.

También explica que a partir de ahora compartiría cada discriminación que vivas, por pequeña que sea¿Ha vivido alguna más?

Sí. En un mismo día me pasaron dos cosas. En otro momento de mi vida no le habría dado ninguna importancia y, de hecho, ni me habría dado cuenta. Pero, ahora, como he tomado conciencia y estoy implicado, me doy cuenta de que están violando la ley, y es una discriminación. Y, ahora, en Alicante [está de vacaciones], diría que la ley no es la misma, porque, si lo fuera, es una discriminación constante. Total. El valenciano, prácticamente, no aparece en ningún tipo de negocio, ni establecimiento, ni nada.

¿Va mucho?

Es donde veraneo siempre porque mi familia es de aquí. Por ejemplo, mi familia aprendió catalán cuando vino a Cataluña. O sea, ellos desconocían totalmente el valenciano, y es algo cada vez más generalizado. Es lo que te he dicho, vienes aquí y no ves absolutamente ningún letrero. Estoy en la playa de San Juan, y no hay ningún letrero, ninguna carta, nada en catalán. Como mucho el nombre de una calle o el nombre de una cala, pero ya está, y evidentemente no oigo hablar nunca catalán aquí.

Gerard Insa, profesor interino y víctima de una situación de discriminación lingüística / Cedida

Más allá de su caso personal, ¿cómo ve la salud del catalán?

A mí lo que me preocupa, sobre todo, es el tema de la juventud. Como soy profesor, me doy cuenta muchísimo, y, según lo que he leído, la lógica dice que las lenguas son algo de transmisión generacional. Si la gente joven falla, seguramente esto tendrá consecuencias en el futuro. Quizás acaban tomando conciencia lingüística, como me pasó a mí. Porque yo, cuando era joven, también hablaba mucho castellano, pero no podemos saber qué pasará. Pero el problema que veo es, sobre todo, la gente joven. Es muy difícil llegar a ellos sin parecer pesado.

¿En la escuela en qué situación ve el uso del catalán?

Mi toma de conciencia lingüística es algo progresivo, pero sí que es verdad que tomo más conciencia cuando empiezo a dar clases. Entonces me doy cuenta de que tenemos un problema serio con el catalán con la gente joven, porque, y no exagero, no he visto interactuar a dos alumnos en catalán. He dado clase en varios institutos del Baix Llobregat y de Terrassa, y nunca he visto una interacción en catalán entre dos alumnos. Cuando yo era alumno también predominaba mucho el castellano en Castelldefels, pero al menos los alumnos nos dirigíamos a los profesores en catalán. Y ahora mismo, no. Actualmente, he tenido problemas para hacerme entender e insistir en que se dirijan a mí en catalán. Y también he tenido muy poco apoyo directivo en este sentido.

¿Qué problemas?

Cuando empiezo a dar clase, hace unos cuatro años, me doy cuenta de que cuando me hablan en castellano, como yo he vivido prácticamente en castellano siempre socialmente, cambio al castellano. Veo que los alumnos se me dirigen en castellano, tengo esta dificultad que, en según qué momento, si estoy despistado, me cambio al castellano. Y yo no quería que esto me pasara. Y, por otro lado, cuando tengo que gestionar una situación más complicada, cuando tengo que llamar la atención o regañar a algún alumno, tengo dificultades para expresarme igual de bien en catalán en situaciones más complejas. Es aquí cuando empiezo a intentar entrenarme y responder en catalán a la gente por la calle que me habla en castellano. Quiero entrenarme para que en clase no me pase esto. En clase yo quiero hablar 100% en catalán, y creo que es aquí los inicios de mi activismo.

En su experiencia como profesor, ¿el sistema de inmersión se está aplicando?

No, evidentemente que no. Y te hablo desde la perspectiva de Baix Llobregat y área metropolitana. En estas zonas, incluso las familias catalanohablantes se castellanizan cuando llevan a su hijo al instituto público. Es un sistema que castellaniza, hoy en día. No sé cómo se podría cambiar, no sé si es un tema de que no hay rigor a la hora de aplicar correctamente la inmersión lingüística, pero aunque se aplicara, es algo difícil de controlar. Por ejemplo, ¿qué harás en la hora del recreo? ¿Controlarás que se hable en catalán? Eso me parece mucho más difícil, y es algo que pasa, porque la gente que habla catalán somos minoría.

¿Se debería repensar el modelo?

Yo creo que sí, que se debería repensar. No sé si se debería cambiar radicalmente, pero al menos el tema de cuestionárselo es fundamental. Es evidente que no está funcionando tal como esperábamos que funcionara. Por lo tanto, me parece irresponsable no plantearse un debate sobre este tema.

¿Cree que la sanidad es el ámbito donde la situación es más delicada?

Que yo haya vivido, seguramente sí. Pero, por ejemplo, cuando yo daba clases en Abrera me pusieron una multa en el coche por haber aparcado mal y cuando fui a la policía local me atendió una persona totalmente en castellano. En ese momento, no tenía tanta implicación y cambié de lengua. Y no sé qué habría pasado si hubiera mantenido el catalán. La policía, seguramente, es otro lugar donde hay mucha castellanización, pero en el ámbito sanitario, por la cantidad de gente que viene de fuera a ejercer, es evidente que cada vez se están denunciando más casos.

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