Seis de cada diez presos que cumplen condena en Cataluña han aprendido catalán en los centros penitenciarios. Así lo asegura el consejero de Justicia y Memoria Democrática, Ramon Espadaler, en una estadística aportada al Parlamento a petición del portavoz del PPC en la cámara catalana, Juan Fernández, a la cual ha tenido acceso El Món. Según el balance registrado por Espadaler, 5.458 internos en el curso 2023-2024 asistieron a clases de lengua catalana y de lengua española, pero la más elegida fue el catalán.
En concreto, 3.354 internos se matricularon el último curso para recibir clase de catalán, un 61,5% del total, y en el de español se matricularon 2.104. Un porcentaje que es prácticamente invariable en los doce centros de los cuales Justicia ha dado los datos, salvo en la prisión de Ponent o en el centro penitenciario de Jóvenes. De hecho, hay dos donde solo se ofrecen cursos de catalán, y son los centros penitenciarios abiertos de Girona y de Barcelona, con seis y un alumno respectivamente. Cursos que, por un lado, ayudan a obtener títulos oficiales de conocimiento y, por otro lado, computan para la obtención de derechos penitenciarios.
La demanda de cursos de catalán es alta en los centros penitenciarios, básicamente, porque muchos de los internos desconocen el idioma catalán, sobre todo normativamente. La alta demanda también es una tónica que se refleja en todos los colectivos de nuevos hablantes. De hecho, desde el mes de mayo pasado Òmnium Cultural defiende la necesidad de incrementar los recursos necesarios para duplicar la oferta de clases de catalán para nuevos hablantes hasta alcanzar las 200.000 plazas. El presidente de la entidad, Xavier Antich, hizo una petición expresa en este sentido a los grupos parlamentarios del PSC, Junts, ERC, los Comuns y la CUP en un encuentro en noviembre. El objetivo de Òmnium es universalizar el conocimiento del catalán en 10 años como máximo.

Brians 1, el centro penitenciario con más alumnos de catalán
Si se analiza prisión por prisión, los datos mantienen los mismos porcentajes que la cifra global. El centro de Brians 1, de los 1.810 alumnos, 1.108 se han matriculado en catalán y 792 en español. Es el centro que más alumnos tiene en matrícula viva. Brians 2 tuvo el curso pasado 624 alumnos, de los cuales 465 optaron por aprender catalán y 159 español. En cuanto al centro de Mujeres de Barcelona, la matrícula del curso pasado contaba con 160 alumnos, de los cuales 108 se inscribieron en catalán y el resto en español.
El Centro Penitenciario de Lledoners, donde pasaron gran parte de la condena los presos políticos y donde también hay una escuela de adultos que depende del departamento de Educación, había 336 alumnos matriculados, de los cuales 244 optaron por el catalán y 92 por el español. Mas Enric, en la demarcación de Tarragona, de los 723 presos matriculados, 471 lo hicieron para aprender catalán y 252 español. El Centro Abierto 2 de Barcelona solo tenía 19 alumnos, de los cuales 14 eligieron hacer los cursos de catalán y cinco de español. En la demarcación de las comarcas de Girona, en el centro Puig de les Basses, de los 765 alumnos, 462 eligieron catalán y 303 el curso de lengua española. Cierra la lista el centro de Quatre Camins, que contabilizó 415 alumnos durante el curso 23-24. De estos, 306 hicieron el curso de catalán y 109 de español.
El centro de Jóvenes es de los pocos que rompe esta tendencia de preeminencia del catalán. Así, de los 204 alumnos, 131 se inscribieron en lengua española y 73 en la formación de catalán. Sigue esta tónica el Centro Penitenciario de Ponent, donde se registraron 395 alumnos el curso pasado, de los cuales 186 escogieron catalán y 209 español.