El presidente del Tribunal de Justicia de Cataluña (TSJC), Jesús Maria Barrientos, ha presentado esta mañana la Memoria de la Actividad Judicial del año 2022. Una comparecencia ante la comisión de Justicia y con el debate de la ley de amnistía de fondo, que ha puesto en guardia buena parte del alta judicatura española. Barrientos, en su primera intervención, ha evitado cualquier comentario sobre la exoneración de responsabilidades penales a los independentistas. Y en la segunda, a pesar de las preguntas de los diputados, ha dejado muy claro que no pensaba decir nada. No obstante, a pesar de hacer su intervención en castellano, ha lamentado que solo un 6,67% de las sentencias se hagan en catalán. En este sentido, ha admitido la falta de presencia de la lengua catalana a los estrados de Cataluña.
Por otro lado, también ha subrayado la carencia de togados que hay Cataluña. En este marco, ha indicado que la tasa de litigiosidad va en aumento en Cataluña. Unos números que no se corresponden con la ratio de jueces y magistrados que tiene el país. De hecho, Barrientos ha recordado que la ratio estatal es de 12,8 jueces por cada 100.000 ciudadanos. Un nivel que solo se lograría con 118 jueces más de los actuales, que son 846. Un aumento que no prevé ni el mismo Ministerio de Justicia, puesto que sus cálculos son reservar 109 plazas nuevas, una cifra que tampoco se acaba cumpliendo nunca. También ha pedido más recursos por atención a la víctima. Barrientos se ha despedido de la cámara porque afronta su último mandato.

Evita meterse en una zarza
Después de la primera intervención explicativa del magistrado, Barrientos ha parado la oreja a los diputados que le preguntaban por la amnistía. De hecho, el primero a hacerlo ha estado, precisamente, el alto representante de la derecha visigótica en el Parlamento, el portavoz de Justicia e interior de Vox, Sergio Macián. Por cierto, un diputado que es letrado de la administración de Justicia. Macián ha sacado la polémica y la diputada de la CUP, Montse Vinyets, le ha hecho una réplica con orfebrería fina que ha conseguido dos cosas a la vez: sacar de tino el diputado de ultraderecha y argumentar en favor de la amnistía. La cupaire ha reprochado que el portavoz de Vox haya sido el único que haya «cuestionado el estado de derecho» y ha recordado que el poder judicial, en base la separación de poderes, solo tiene que aplicar la norma que apruebe el legislativo, como se aplicó «la amnistía del 77 o la ley de Seguridad Vial».
La diputada de ERC, Anna Balsera, ha aprovechado su turno para incidir en la amnistía. Así, le ha pedido explicaciones por sus declaraciones en la apertura del año judicial, donde se entreveía la crítica a dejar sin efecto las penas de los damnificados del Procés. Barrientos ha hecho de Ter Stegen y ha parado el juego ofensivo alegando que el Parlamento no es el lugar para expresar su opinión. «Mi opinión en este contexto no tiene nada de interés ni tiene que ser objeto de análisis», ha advertido. «Admito su crítica, pero