La ex consejera de Educación exiliada a raíz de la persecución del 1-O y ahora eurodiputada Clara Ponsatí ha quedado en libertad alrededor de las once de la noche de este martes, después de más de cinco horas detenida. Los gritos de «libertad, libertad», «valiente» y «gracias, Clara!», la han recibido cuando ha abierto la puerta. Ha salido y se ha encontrado con una muchedumbre de amigos y manifestantes, además de representantes de Junts, la ANC y otras organizaciones, y una nube de fotógrafos que la llamaban por el nombre para que los mirara y poderla fotografiar de cara, como se hace en los festivales de cine con las estrellas. El grito quizás más ingenioso que se ha oído ha sido «clara-mente es lo que queremos», en un juego de palabras con la letra de una de las canciones que Shakira ha dedicado a su ex, Gerard Piqué, y a su nueva pareja, Clara Chía. La diferencia es que esta versión contenía afecto.
Ponsatí ha quedado en libertad por orden de la misma persona que la ha hecho detener, el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena, aunque los trámites se hayan hecho en el juzgado de guardia de Barcelona, en la Ciudad de la Justicia. Una orden y la otra, por lo tanto, han venido de Madrid. Y la misma interlocutoria que deja sin efecto la orden de detención le ordena que el 24 de abril, a las 11 de la mañana, comparezca ante Llarena, en el Supremo, con su abogado, para tomarle declaración como investigada. Y ya la avisan de que si no se presenta –una opción con posibilidades– comportará «la conducción ante el tribunal por la fuerza pública», es decir, que la volverán a detener.
La eurodiputada había vuelto hoy del exilio por sorpresa y ha hecho una rueda de prensa en que ha advertido que no pensaba presentarse ante el Tribunal Supremo, entre otros cosas porque ni siquiera reconoce como juez competente en el caso Pablo Llarena. Ha dejado claro que volvía para «hacer frente» y «continuar el combate» y para denunciar «la vulneración de derechos constante» del independentismo.
Detención ante las cámaras
Pocos minutos después, cuando iba a pie –rodeada de amigos, su abogado, Gonzalo Boye, y periodistas– desde el Colegio de Periodistas, donde ha hecho la rueda de prensa, a la oficina que los eurodiputados de Juntos tienen al Born, ha sido interceptada por un mosso d’esquadra de paisano a la altura de la plaza de la Catedral. Allá ha mantenido un tira y afloja con el mosso, al cual ha enseñado su credencial de eurodiputada y le ha dicho que estaba deteniendo una eurodiputada con inmunidad parlamentaria. Finalmente, ha accedido a subir al coche sin logotipar de los Mossos que la esperaba –de paisano, como el agente, a pesar de que el policía llevaba una chaqueta donde se veía claramente el escudo del cuerpo– y la han llevado hacia la Ciudad de la Justicia.
Protesta ante la Ciudad de la Justicia
Un centenar de personas se ha reunido después de la detención ante la Ciudad de la Justicia para protestar por la detención y gran parte de estas personas la han esperado hasta que ha salido. Entre los que se han acercado había el secretario general de Junts, Jordi Turull, la presidenta del partido, Laura Borràs, y el diputado de la CUP Carles Riera, que se ha mostrado muy crítico con el hecho que los Mossos hayan obedecido la orden judicial de detener Ponsatí.