No hay nada como rodearte de tus mejores amigos, especialmente cuando vienen tiempos difíciles. Y eso es lo que encuentra Pedro Sánchez en Salvador Illa –en «Salva», como le ha dicho este domingo– cada vez que pisa Cataluña. El presidente del gobierno español, feliz rodeado por decenas de militantes socialistas en Gavà, ha prometido a Illa la reforma de la financiación que necesita para salvar la legislatura. «Once años después, años en los que ha habido mayorías absolutas como la de Rajoy, toca renovar la financiación autonómica», ha dicho Sánchez en la Fiesta de la Rosa. El socialista, que ha cargado duramente contra el PP, sobre todo por su posicionamiento con Gaza, ha dado por hecho que la nueva financiación llegará «en esta legislatura».
Sánchez ha recordado que su ejecutivo ha aportado «más de 300.000 millones de euros» a los gobiernos autonómicos desde que él está en la Moncloa y ha resituado la reforma –en ningún caso tildada de ‘financiación singular’ ni mucho menos de ‘pacto fiscal’– en una medida que «es buena para Cataluña y para el conjunto de pueblos y territorios de nuestro país».

La reforma de la financiación catalana fue la pieza clave que desbloqueó las negociaciones entre el PSC y ERC para acabar situando a Illa en el Palau de la Generalitat, y que esté costando aterrizar preocupa a ERC, que ha elevado el tono. «Sin cumplir los acuerdos existentes, no habrá presupuestos», ha dejado claro Oriol Junqueras en reiteradas ocasiones, consciente de las reticencias del gobierno español a blindar sin matices el principio de ordinalidad –que Cataluña reciba más dinero que otros territorios que aportan menos a la caja del Estado.
Ahora son los socialistas catalanes quienes negocian el nuevo modelo con la ministra de Hacienda y futura candidata a las elecciones andaluzas, Maria Jesús Montero. Que sea ella, la negociadora, y no una figura sin lazos electorales a la vista no agrada al independentismo, que teme que la feroz batalla que mantendrá pronto con el PP de Juanma Moreno –que gobierna Andalucía con mayoría absoluta– diluya el acuerdo. «No ha sido casual ni gratuito ni neutral que haya una andaluza al frente del ministerio de Hacienda», decía Montero el sábado ante el Comité Director del PSOE de Andalucía. Montero les dejó claro que es «mentira» que la reforma de la financiación beneficie a Cataluña y criticó a Moreno que rechace la condonación de la deuda del FLA –los préstamos del Estado a las autonomías– porque «perdonamos más a Andalucía que a otros territorios».
Illa carga contra Aznar
Sánchez ha echado una mano a Illa, prometiendo la reforma de la financiación, e Illa le ha devuelto el favor con un golpe sonado al Partido Popular, que presiona a Sánchez con la corrupción, pero se enreda con diferentes perspectivas internas sobre lo que ocurre en Gaza. En este sentido, Illa ha afirmado que el PP está «colonizado» por José María Aznar. Las palabras del expresidente español, que ha asegurado que de la ofensiva de Israel en Gaza depende gran parte del bienestar de Occidente, son gasolina para un PSOE castigado por la corrupción. «El aznarismo es terminal, pero sus amenazas nos animan y nos dan estímulo», ha apuntado Illa después de que el popular acusara a Sánchez de «abanderar» la causa Palestina «solo para mantenerse en la Moncloa». Sánchez también ha acusado al PP de limitarse a «insultar» y ha lamentado que Alberto Núñez Feijóo ceda el rumbo del partido a «las tres A: Abascal, Ayuso y Aznar».