Este sábado, 16 de diciembre, la CUP celebrará una asamblea clave para su proceso de «refundación», bautizado como Proceso de Garbí. Lo dirige un «grupo motor», formado por 17 personas, que ha funcionado independientemente del día a día de la formación y que ha elaborado un documento denso que no se ahorra la autocrítica ni debates que pueden resultar incómodos para los cupaires. Maria Gordillo y Non Casadevall son los portavoces. De hecho, explican el que los relatores del grupo motor han recogido de la militancia. Reestructuración interna, ideología, estrategia… todo está a debate, salvo el ADN de la formación: independencia, socialismo, feminismo y ecologismo. La reivindicación revolucionaria y un aviso ante el auge de la extrema derecha son algunos de los elementos que recoge el documento. La CUP es, por lo tanto, en una nueva edición del que fue el Proceso de Vinaròs, la gran asamblea del año 2000 que generó el gran crecimiento sostenido de los cupaires.

El documento de base por el Proceso de Garbí es un análisis y una autocrítica del momento actual de la CUP. ¿Ha sido difícil?

Non Casadevall (NC): Era el objetivo. Diecisiete personas con diferentes personalidades, de edades, trayectorias y lugares de origen para hacer un análisis del terreno de juego donde nos encontramos ahora. De hecho, lo planteamos como un proceso largo donde la militancia tenga la oportunidad de aportar cosas.

Se hace un análisis de todo, salvo cuatro pilares, independencia, socialismo, feminismo y ecologismo. ¿Es porque en los últimos años habían perdido pistonada estos conceptos?

Maria Gordillo (MG): Más que pensar en una pérdida es que en el momento de decidir como afrontamos un debate como el Proceso de Garbí hemos tenido que elegir qué eran los objetivos de debate, que se debate y que no. La militancia no piensa que la propuesta ideológica de la CUP sea relevante en el debate, porque la considera necesaria y correcta.

De hecho, si utilizamos termas mercantiles sería la marca.

N.C.: Sí, pero el planteamiento es que los cuatro pilares son el objetivo y la razón de ser de nuestra organización. No hay debate en esto, en el resto de cosas sí, para ver como llegamos a este objetivo.

Non Casadevall y Maria Gordillo, portavoces del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas
Non Casadevall y Maria Gordillo, portavoces del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas

¿Nos encontramos ante una segunda parte del Proceso de Vinaròs?

N.C.: El Proceso de Vinaròs también fue un momento de replanteamiento y reestructuración y reorganización del que queríamos hacer y como hacerlo, con los mismos pilares que tenemos ahora. Por eso el debate tiene que acabar en una asamblea y veremos donde llegamos. Entre todas tenemos que decidir si es un proceso de Vinaròs.

M.G.: Es un debate de la CUP, pero no solo de la CUP, sino que es abierto porque participen otros actores y agentes, en cambio, Vinaròs fue un debate de conjunto de la izquierda independentista. Y ahora es una primera aportación para generar otros debates, pero con una CUP que se haya replanteado.

Non Casadevall y Maria Gordillo, portavoces del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas
Non Casadevall, portavoz del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas

El documento también plantea la dicotomía entre la CUP y los movimientos de la izquierda independentista. Dicen «alteridad».

N.C.: Lo ponemos sobre la mesa, porque tenemos que hablar.

M.G.: Tenemos que sobrepasar las limitaciones con nuevas propuestas que quizás resuelvan cosas complejas. Un proyecto político que se construye luchando a través o dentro de las instituciones y también fuera tiene una complejidad. Enmendar las instituciones en que participas genera una serie de problemas o de dificultades que hay que ver como se superan. Con la trayectoria y bagaje de la CUP, y acompañada de un movimiento popular y diverso, tenemos que encontrar fórmulas para superar las limitaciones que hemos encontrado hasta ahora. Tenemos que afilar la herramienta y no tirarla por el hecho que haya cosas que no han salido cómo querríamos.

Hay una referencia exprés al hecho que se identifican como una «fuerza revolucionaria» y esto no se pone en debate.

N.C.: Nosotros queremos subvertir la orden establecido, cambiar este sistema y legar uno de nuevo. Esto es ser una fuerza revolucionaria.

Pero esto deriva, en el mismo documento, en el concepto «reformismo revolucionario», preparar la revolución desde las instituciones

N.C.: Sí, y también recogemos en el documento un intento de reflexión sobre el papel de la institución y la calle y como se articula. Vemos que ni la institución lo puede todo, ni la calle lo puede todo. Es una de las tesis que ponemos en debate. Entendemos que la institución tiene una función, pero la movilización en la calle también hay de ser. Una no se entiende sin la otra. Nuestras responsabilidades institucionales tienen que ser, y valoraremos si tenemos que ser más o menos, pero no en basura suficiente con esto. Hace falta la calle.

M.G.: Más que reformismo revolucionario, más bien se trata de una organización que actúa con esta duplicidad avanza y contribuye a generar un poder político que pueda producir escenarios de ruptura, ruptura democrática sin renunciar a la idea de revolución. Pero tenemos que ver de qué forma actuamos y pensando en el aquí y el ahora.

Maria Gordillo, portavoz del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas
Maria Gordillo, portavoz del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas

Uno de los puntos que destacan es el papel de la extrema derecha y su auge todo y el panorama desolador social que tendría que trasladarse a la clase trabajadora.

M.G.: El Proceso de Garbí es tanto un debate de revisión interna como la posibilidad de dar a una respuesta a la altura de las circunstancias. Nos encontramos en un momento que, por un lado, son muy evidentes los límites y contradicciones a que nos ha abocado el sistema, y de hecho, la gente las sufre día a día, y quizás falta que la izquierda revolucionaria tenga la capacidad de dar una respuesta a la altura que pueda ser igual de muy recibida. Nosotros venimos de un ciclo muy agitado políticamente. Ha habido errores, pero también aportaciones relevantes, podemos elaborar una propuesta que puede competir con un sistema que no deja de derrumbarse y con propuestas fascistas y que mujer como bono el estado del capital como hasta ahora.

De momento, la única formación que ha puesto negro sobre blanco cierta crítica al Procés es la CUP con este documento.

N.C.: Es uno de los puntos del documento y del análisis, revisar este Procés y ver qué aciertos y errores hubo. Y también ver como nos preparamos para un nuevo embate.

M.G.: La CUP está donde era el 2015, el 2016 y el 2017, cuando era la única formación que ponía sobre la mesa una propuesta que nada tenía que ver con el pacto, la negociación o el principio de la ley a la ley que planteaban el resto de partidos políticos. Nos habremos equivocado, lo habremos podido hacer mejor o peor, tendremos que pasar cuentas con nosotros o con quién sea, pero mantenemos aquello que manteníamos.

Este periodo del 2015 al 2017, pero, hubo acuerdos. En cambio, por ahora no hay posibilidad de un frente común, o coordinado… con las fuerzas que dicen «burguesas«.

N.C.: Es obvio que hoy por hoy es complicado generar un frente de embate ante el Estado con fuerzas burguesas o con determinadas fuerzas políticas que se puedan etiquetar como independentistas. Lo que planteamos es, en este escenario, que queremos hacer? Qué táctica utilizaremos? En este momento nosotros solas no podamos. El Primero de Octubre no lo hicimos nosotros solos, a pesar de ser un motor bastante clave. El planteamiento es saber, en este escenario, qué táctica tenemos y como lo tenemos que hacer. La política de alianzas tiene el recorrido que tiene y más en el ámbito del municipalismo.

Non Casadevall y Maria Gordillo, portavoces del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas
Non Casadevall y Maria Gordillo, portavoces del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas

Precisamente sobre municipalismo, llegan a hablar de localismos y carencia de estrategia conjunta nacional en la política municipal. A pesar de considerar que es importante estar en el Parlamento, la fuerza de la CUP es el municipalismo.

M.G.: Nosotros pensamos que la fuerza de la CUP está en la base. La base tiene que tomar la fórmula organizativa que sea, donde recae el poder propio está en la base. A partir de aquí, cuando hablamos de localismo nos referimos a una fuerza política que se construye desde organizaciones municipales que nacen en un contexto concreto. Y esta es la crítica, que a veces hay que superar la visión parcial de un territorio en concreto. Y que, cuando se quiere construir nacionalmente, hay que tener presentes cuestiones que quizás no tienen ningún retorno en el ámbito local. Nosotros no pronosticamos si tiene que ser una vuelta a los orígenes o no, porque también había cosas que nos parecían positivas y otras que no, la fuerza de un proyecto como el nuestro es tener una base social, política y popular fuerte. La fórmula organizativa más idónea es una gran parte del debate que tenemos.

¿Entienden que se ha agotado un ciclo para la CUP?

N.C.: Hay un nuevo ciclo político. Ha habido un proceso y ahora se acontece un de nuevo. En estos años, el contexto, la situación, la militancia, las personas, la manera de relacionarnos, la Covid… nos tenemos que repensar. Desde el 2002 no nos hemos sentado para hacerlo, pero tampoco se habían dado las condiciones de ahora, que se ha cerrado un ciclo y viene un de nuevo que será llevar y complicado, con una crisis multisistémica… Hay que plantearse, ahora que basura aquí?

Non Casadevall y Maria Gordillo, portavoces del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas
Non Casadevall y Maria Gordillo, portavoces del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas

Un ciclo que, en cierto modo, donde la CUP ha estado entre la espada y la pared. Por ejemplo, de la CUP dependía la investidura de los tres últimos presidentes. ¿Esto añadido al día a día no ha permitido profundizar en los debates y ha fagocitado la militancia?

N.C.: Ser militante de la CUP es complicado y costoso y genera sesgos de género y clase. De aquí nace el grupo motor, que puede organizar este debate mientras la organización funciona en paralelo. Para que, pase el que pase o haya la coyuntura que haya, este debate no se pare. Sí, hay gente que ha bajado del tren, pero otros han subido.

¿No notan cierta rotura generacional?

M.G.: Nuestra propuesta todavía es válida. En un momento como este, nosotros podríamos haber apostado una debate para salvar la formación política en una clave que encaje mucho más en el que es el sistema capitalista del Estado español y francés. Pero, precisamente, apostamos por un debate que defiende una fuerza de rotura absoluta con aquello que conocemos y de manera profunda. Hay de haber un espacio político en clave socialista, independentista, feminista y ecologista, por eso hacemos el debate. Tenemos que hacer que la única opción posible no sea la extrema derecha y salvar sensaciones de no reconocer una opción política como la nuestra. Y que la gente joven sepa cuál es el mundo que ha conocido y qué idea tiene de los partidos políticos de orden, partidos que sirven para la reproducción del sistema y que no dan más respuesta. No tenemos vocación de partido de orden ni de reproducir aquello que nos viene dado.

N.C.: Nosotros tenemos que hacer un llamamiento atractivo al máximo de sectores posibles, por eso la apertura y la autocrítica que se hace. No somos una fuerza política más. La CUP no quiere enmendar el sistema, quiere cambiarlo.

La crítica genérica a la izquierda es que en los últimos años se ha preocupado más de los valores morales que de los materiales.

M.G.: Es tramposo plantearlo así. Las luchas feministas no se han hecho desde un punto de vista moral o cultural. Por ejemplo, las mujeres burguesas han podido abortar siempre. Es posible que el sistema tenga capacidad de asimilar los avances para rebajar el conflicto, pero creo que no nos podemos dejar convencer por planteamientos que dejen en segundo término cuestiones de la vida de la clase trabajadora, como las de género. La trampa es plantear que hay una separación o distancia entre el que es cultural y aquello que son derechos materiales.

¿Hay que superar la resaca del Procés?

N.C.: Sí. Cómo dice María, hicimos una cosa que fue brutal. Pues volvámosla a hacer y tenemos que ver donde fallamos porque se pueda hacer efectivo.

Non Casadevall y Maria Gordillo, portavoces del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas
Non Casadevall y Maria Gordillo, portavoces del grupo motor del “Proceso de Garbí” 12.12.2023 / Mireia Comas
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