“No nos distraeremos hablando de Junts, sino que hablaremos del país”. De esta forma el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha querido levantar un muro ante la presión de los otros partidos de intentar sustituir a su líder Laura Borràs, como presidenta del Parlament de Catalunya. Turull quiere evitar que el caso Borràs salpique su partido y que provoque una grieta que ya se vio reflejada durante el debate interno sobre la salida del ejecutivo catalán. En la rueda de prensa que ha hecho este jueves por la tarde en la sede de Junts, Turull se ha mostrado contundente y ha rehuido en todo momento el asunto de la sustitución de Borràs como presidenta del Parlament: «No estamos en la fase de sustitución», ha dicho haciendo una imitación de la «ahora no toca» del padre de su espacio político, Jordi Pujol. Y nadie se ha salido del guion, conscientes, todos los sectores de la formación, que se juegan el partido. La incógnita es hasta cuando aguantará este ir todos a una.

Un debate aplazado
El secretario general de Junts ha querido dejar para otro día el debate, que, con toda probabilidad, tendrá que afrontar su partido a la hora de sustituir la presidencia del Parlament. En el momento que la Junta Electoral Central retire el escaño a Borràs -tal como sucedió con el diputado de la CUP Pau Juvillà y el expresidente Torra-, Junts tendrá que activar todos los mecanismos internos para afrontarlo. “Si llega, lo abordarán los órganos internos”, ha dicho el ex consejero. La prórroga del debate incluso se ha podido ver en el hecho que hoy no se haya hecho una reunión de la ejecutiva –a pesar de los encuentros en pequeño comité de los principales líderes del partido-. «No se hará una ejecutiva sobre esto. No hay nada que hablar», decía un dirigente del partido. Si no hay ejecutiva, no puede haber discusión, al menos no discusión abierta, ni grietas internas en el partido.
Aun así, ya hay voces en Junts que reclaman dejar vacante la silla de presidente de la cámara catalana como medida de protesta. Lo hizo hace unos días la vicepresidenta segunda del Parlament, Aurora Madaula, que es próxima a Borràs. También lo ha hecho este jueves el expresidente Torra -a pesar de no ser un afiliado- después de las exclamaciones de la misma Borràs de «no rendición» ante el caso de «lawfare».
De puertas a fuera, tanto Turull como la mayor parte del partido se ha posicionado junto a su presidenta, pero hay voces del sector más moderado que no entenderían dejar de presidir la segunda institución más importante de Cataluña, y más teniendo en cuenta que Junts no es ni el primer grupo de la oposición. Internamente, las personas mejor situadas para ocupar el liderazgo del Parlamento son la alcaldesa de Vic, Anna Erre, y la de Girona, Marta Madrenas, ya que las dos dejan el liderazgo de sus respectivos ayuntamientos. Por su parte, y haciendo pinza, ERC ha reconocido conversas preliminares con Junts sobre esta cuestión, tal como dijo la secretaria general adjunta de los republicanos en una entrevista en este diario.

El PSC quiere un «paso al lado»
Con la prórroga del debate interno sobre la sustitución de Borràs a la presidencia, los otros grupos no se han hecho esperar y ya reclaman un «paso junto a Borràs». Un ejemplo ha sido la portavoz del grupo parlamentario del PSC-Unidos para Avanzar, Alícia Romero, quien opina que hay que “restablecer” la “normalidad” de la cámara catalana.
Así mismo, la líder socialista ha ofrecido a los otros partidos consensuar un nuevo presidente de la cámara catalana y opina que correspondería a ERC, Junts y la CUP hacer una propuesta, pero el PSC “se ofrece” para resolver la cuestión. A pesar de que Romero no ha descartado que su partido, que son el primer grupo del Parlament, puedan optar al liderazgo de la cámara catalana, ha negado que este sea ahora su objetivo. “No importa tanto quien, sino el qué”, ha afirmado.
ERC se contradice
En cambio, Esquerra Republicana no ha acabado de ser del todo clara ante este contexto. La portavoz del partido, Marta Vilalta, ha asegurado que no pedirán la dimisión de Borràs hasta que la sentencia sea firme, mientras que Aragonès ha instado los partidos a pactar un relevo «cuanto antes mejor». Sí que es cierto que Vilalta ha asegurado que, una vez la JEC retire el escaño a Borràs, es una oportunidad para «construir un nuevo acuerdo entre las fuerzas independentistas». Los republicanos lo tienen claro y exprimen al máximo este relato: quieren una presidencia del Parlament independentista.
La CUP y comunes, igual que el PSC
La CUP no solo ha optado por la misma postura que el PSC, sino que ha utilizado la misma expresión. «Pedimos a Borràs que dé un paso al lado», ha dicho el anticapitalista Xavier Pellicer, quien se ha mostrado muy contundente asegurando que ya «estamos hablando de corrupción y fraccionamiento de contratos». Los anticapitalistas también han tendido la mano a ERC y Junts para que la presidencia de la cámara no recaiga en un partido del 155.
Una línea que también ha optado la líder de los comunes, Jéssica Albiach, quién considera que «Cataluña no se merece esta situación». «No hay ninguna excusa para no escoger una nueva presidencia del Parlament», ha dicho Albiach, quien ha pedido una reunión con los otros grupos parlamentarios para escoger una nueva presidencia «progresista». También ha recordado la modificación de la ley sobre las pensiones, puesto que quieren evitar que los expresidentes con condenas de «corrupción» la cobren. Sobre el indulto, ha explicado que no son «partidarios» de aplicarlo en «casos de corrupción», a pesar de que falte la sentencia firme.
La derecha unionista lo lleva a la junta electoral
Por parte de la derecha españolista, ni una hora han tardado Vox, PP y Ciutadans a anunciar que pedirán a la Junta Electoral Central el cese como diputada de Laura Borràs, condenada esta mañana por prevaricación y falsedad documental a 4 años y medio de prisión y 13 de inhabilitación. De hecho, Vox ya ha registrado un escrito, al cual ha tenido acceso El Món, en que pide aplicar el artículo 6.2 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, que prevé la inelegibilidad sobrevenida. En este contexto, las tres formaciones españolistas quieren que la Junta aplique el mismo criterio que se aplicó al presidente Quim Torra y el exsecretario del Parlament, el cupaire Pau Juvillà.