El Parlamento Europeo ha vuelto a atacar el modelo de inmersión lingüística en Cataluña gracias a los tejemanejes y las maniobras políticas del PP, que utiliza a conveniencia el Comité de Peticiones de la cámara para continuar su campaña contra el catalán. El comité, presidido por la eurodiputada popular Dolors Montserrat, ha aprobado el informe elaborado por varios eurodiputados —la mayor parte de derecha y ultraderecha— después de un viaje relámpago de tres días a Cataluña para supuestamente evaluar la inmersión lingüística. La misión ha estado en el centro de la polémica desde primer día, puesto que no contó con eurodiputados progresistas y ha recibido numerosas críticas por su funcionamiento interno. La Generalitat y los independentistas catalanes ha acusado a los eurodiputados de viajar a Cataluña con las conclusiones del informe precocinadas y sin intención de entrevistarse con defensores de la inmersión.
En el texto, los eurodiputados de la derecha y la ultraderecha expresan su “preocupación” por las “serias disfunciones” que genera la inmersión en los alumnos que tienen el castellano como lengua materna y reclaman un trato “equivalente” entre las dos lenguas. Las formaciones progresistas han votado contra el informe porque lo consideran “partidista”. El documento final incorpora las enmiendas de compromiso, pero en esencia es igual que el borrador que se publicó el pasado mes de febrero. Los eurodiputados conservadores insisten en la “inquietud” que provocan las “controversias” alrededor del modelo de inmersión y denuncian “casos de exclusión social, intimidación y

Los ataques a la inmersión abren un conflicto en Bruselas
Las maniobras del PP para atacar la inmersión en el Parlamento Europeo han abierto un conflicto en la cámara y han generado bastante malestar, sobre todo entre los eurodiputados socialistas y de los verdes. Hace unas semanas un debate al Comité de Peticiones acabó a gritos por la insistencia de Dolors Montserrat en mantener la votación del borrador del informe, a pesar de no haber dado ni 24 horas a sus miembros para leerlo y estudiarlo a fondo. La líder de la misión de eurodiputados, la eurodiputada estonia Yana Toom, es miembro de la minoría rusa del país báltico y ha expresado en numerosas ocasiones la discriminación que sufre su lengua, una frustración que ha trasladado a su trabajo como eurodiputada para poner en entredicho la inmersión. Las enmiendas de compromiso que se han votado no incorporan cambios significativos en el informe elaborado por el ultranacionalista polaco Kosma Zlotowski, el eurodiputado de Vox Jorge Buxadé y varios miembros del Partido Popular y Ciutadans.
Por su parte, la eurodiputada de ERC Diana Riba, que será cabeza de lista de los republicanos a las elecciones en el Parlamento Europeo del 9 de junio, estuvo presente en la misión, pero desde un primer momento avanzó que la boicotearía porque no había una voluntad real de analizar la inmersión. Riba no ha hecho ninguna enmienda al texto y recientemente ha cargado contra la presidenta del Comité de Peticiones por organizar debates y comisiones contra la inmersión mientras deniega peticiones similares a ciudadanos de otros países porque, según ella misma reconoció, el Parlamento Europeo “no tiene competencias” para intervenir en el sistema educativo de los estados miembro. El eurodiputado de Junts Toni Comín también ha criticado “el acoso” de los eurodiputados ultra a la inmersión y ha vaticinado que el informe aprobado “no tiene ningún recorrido” porque no es vinculante y solo se usa para hacer ruido y alimentar el relato del PP en el estado español.