Europa mantiene congelada la oficialidad del catalán, el eusquera y el gallego después de los tacos de varios estados miembro. Los detractores de la medida, pero, esperan el movimiento del gobierno español, ya fuera de la presidencia de turno, por retomar las conversaciones –un movimiento que, según fuentes diplomáticas han confirmado a la agencia
Las mismas fuentes diplomáticas aseguran que la oficialización del catalán, el gallego y el eusquera a Europa «difícilmente avanzará» sin el informe que el Estado no se apresura a pedir. Es Moncloa, reiteran, quien tiene la responsabilidad de «moverse», para mostrar a los estados miembros las garantías políticas y económicas de la ejecución de la medida. Justo es decir que el encaje legal del catalán a las instituciones comunitarias permanece, a pesar de los esfuerzos del ejecutivo de Pedro Sánchez, en entredicho: si bien el gobierno español sostiene su legalidad, el consejo de la Unión muestra recelos sobre el cimiento jurídico de la medida. Para resolver este desacuerdo, Madrid sostiene reuniones «informales» con las partes, si bien encara nada oficial.

Divergencia de posiciones europeas
La presidencia de turno de la UE, actualmente en manos de Bélgica, no parece especialmente preocupada por el estado de las lenguas a las instituciones europeas. Después de la reunión del consejo de la UE, la ministra belga de exteriores, Hadja Lahbib, ha soltado que el ejecutivo de Bruselas «toma nota» sobre las demandas españolas. Sobre el futuro de la propuesta, Lahbib ha evitado ofrecer ningún tipo de posición. «Veremos qué pasa», remacha. Tampoco da mucha prioridad Finlandia: el ministro de Asuntos Europeos del país Anders Adlercreutz reclama a las instituciones europeas «mirar hacia donde nos conduce» esta decisión; si bien ha reconocido la «necesidad» de ofrecer especificidad lingüística en Cataluña, Galicia y Euskal Herria a escala continental.
Más próxima a la reforma ha sido la secretaria de estado de Rumanía, Daniela Grigore, que ha entendido que la medida es «muy importante» para Moncloa; mientras que el ministro de exteriores de Letonia, Krisjanis Karins, ha pedido «respetar» el estatus de las lenguas oficiales del Estado español, en un claro cambio de posición sobre la relevancia del catalán en la UE. Justo es decir que el mismo gobierno español ha evitado poner el foco sobre el tema durante su ponencia ante los ministros europeos. Aun así, la representación española sostiene que la oficialización es «perfectamente legal» aunque catalán, eusquera y gallego no sean «lenguas de los tratados». La medida, aseguran desde el gobierno español, permite «respetar la identidad nacional de los estados miembro» y «los derechos lingüísticos de sus ciudadanos».