A pesar de que siempre ha vivido convulsiones internas, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) no pasa por su mejor momento. Así lo muestran las actas de las profusas reuniones de su secretariado nacional, a las que ha tenido acceso El Món. Unos encuentros, sobre todo las dos últimas, que resaltan la división y el lío que sufre la gran entidad independentista para aclarar su indispensable «hoja de ruta», es decir, el programa del ANC para llegar a la independencia que cada dos años se revisa.
Este año, los mismos secretarios generales se han animado en una dura batalla entre sectores para poder redactar la hoja de ruta. Todo ello con críticas por parte de los alternativos al oficialismo dominante al secretariado para querer cambiar el sistema de redacción y aprobación del documento que tiene que servir de mapa por la entidad. De hecho, el mismo informo de presidencia del plenario celebrado el pasado 31 de agosto, celebrado de forma telemática, el mismo presidente del ANC, Lluís Llach transmitía a sus compañeros del secretariado que una de las «demandas más menudeadas» de los socios era «la pérdida de tiempo que supone la elaboración de la hoja de ruta» en los encuentros que celebra en todo el país con el programa «Reactivémonos». De hecho, uno de los secretarios tilda la situación de «lamentable».

Propuestas de resolución ensañan el debate
El acto también refleja la dura acometida por una propuesta de resolución de la Comisión de la Asamblea General que parte de las «grandes alteraciones en el panorama político» para justificar como «necesario una nueva hoja de ruta». Una propuesta que no convence, ni mucho menos, a los alternativos que no entienden a que viene «tanta prisa» para cambiar el documento y más, sin seguir de pe a pa, los caminos procesales que establecen los estatutos. De hecho, otros secretarios nacionales hacen constar al acta que no están «ni de acuerdo con la composición de las comisiones» que tienen que preparar este documento fundamental por la estrategia independentista de la entidad.
Los oficialistas defienden el cambio de fórmula para redactar la hoja de ruta porque «no puede ser mucha gente». «Es un tema de operativa de trabajo», señalan. Un motivo que los alternativos ven como una excusa de mal pagador para dar urraca por perdiz y que sean los oficialistas los que redacten la hoja de ruta. Los alternativos acusan la mayoría del secretariado, oficialistas, de no hacer caso del reglamento interno del ANC porque la comisión que tiene que redactar la hoja de ruta de manera tan urgente «no cumple ni el requisito de la representatividad». Así mismo, los acusan de «estallarse las asambleas de base» que siempre han participado de su redacción.
Todo y la división clara que rompe el principio que un secretario describe como «mensaje unido y de consenso», los oficialistas imponen su ley con 31 votos a favor y 22 en contra de los alternativos que se muestran perplejos ante cómo utilizan los estatutos los oficialistas en su interés. De hecho, estos defienden que «solo son trabajos previos para redactar la hoja de ruta». Una razón con que no comulgan los alternativos que creen que con este sistema se mira de esquivar la participación de las bases. «Empiezan la casa por el tejado», critican.

Otra resolución esvera los dos sectores
Con el ambiente bastante calentado, el debate continúa con otra propuesta de resolución de la Comisión de Incidencia Política titulada «Marc de Unidad Estratégica», que pide «antes de abordar la elaboración de una nueva hoja de ruta» un «debate entorno la oportunidad y la conveniencia que, en este nuevo contexto, se busque la máxima complicidad de los diferentes actores o agentes independentistas». El debate se vuelve a reavivar. De entrada uno de los críticos a los oficialistas recuerda a los proposants: «Es incongruente buscar consenso con otras entidades y no hacerlo dentro del secretariado». Otros aseguran que, por ahora, «no ven posible pactar con los partidos».
Los críticos continúan al ataque. «Nosotros no tenemos ni unidad ni estrategia», sentencia uno de los miembros del secretariado para reprochar a los proponentes que ahora no se puede negociar nada porque el ANC es un follón ideológico. «Primero que hay que saber es el que volamos nosotros y como lo queremos hacer», añade otro secretario de los alternativos. De hecho, muchos recuerdan que no se han evaluado los acuerdos con otros actores independentistas llegados hasta ahora y que no han dado ningún resultado. Ante la ofensiva de los críticos, los alternativos reculan y retiran la propuesta alegando que es un documento que todavía «no está cerrado» y que «toma nota de las aportaciones».
«Una situación lamentable»
Uno de los secretarios, a resultas de los debates vividos, no puede más y espeta al resto del secretariado que «la unidad estratégica tiene que empezar dentro de casa». Un hecho que abonan gran parte de los componentes del politburó asambleario. «La situación es lamentable», enfatiza. Otro sale en defensa para intentar convencer que la ANC no lidere ni organice más «acciones simbólicas» y otras añoran en los documentos estratégicos propuestos el concepto de «confrontación» sobre todo con «Europa». Uno de los oficialistas proponentes de las resoluciones levanta la bandera blanca y resignado, sentencia que «lamenta la división que se ha puesto de manifiesto». Otro miembro oficialista expresa el mismo sentimiento con la esperanza que se «pueda reconducir». La palma se lo lleva un secretario que, de buena fe, en el turno de ruegos y preguntas exprés que «hay que solucionar los enfrentamientos sistemáticos que se dan a los plenos» y pide ayuda a Lluís Llach, el presidente del ANC.