El exvicepresidente del Parlamento Josep Costa ha combinado el escándalo de Catalangate, de espionaje al independentismo, con el actual estado de las negociaciones para la gobernabilidad del Estado español entre los partidos independentistas y el PSOE. «Espero que la amnistía no sirva para amnistiar los espías», ha advertido Costa arran que la desjudicialització de las causas contra el Proceso se han planteado como uno de los puntos clave. Una idea reforzada por la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, que ha reclamado incluir en las negociaciones la «independencia» más allá de la amnistía.
En un debate organizado en la 55.ª edición de la Universidad Catalana de Verano (UCE) donde han participado, además de Costa, la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, el presidente de Òmnium, Xavier Antich, y el ingeniero informático, Josep Maria Ganyet. Todos los ponentes han criticado en puridad la estrategia clandestina a través del espionaje con programas espía como Pegasus o Candiru a decenas de activistas, cargos institucionales -hasta tres presidentes de la Generalitat- periodistas y abogados de la biosfera del Proceso.
El debate también ha servido para calentar el ambiente de cara la manifestación de la Fiesta convocada por la ANC con el apoyo de Òmnium. Una convocatoria que despertó los recelos de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) porque se lo había excluido. Precisamente, unas horas antes, el mismo consejero de Universidades, Joaquim Nadal, no se ha querido pronunciar sobre si tiene pensado asistir a la manifestación. De hecho, Navidad ha apuntado que el Gobierno todavía tiene pendiente un consejo ejecutivo donde se podría decidir su posicionamiento. En todo caso, ha querido diferenciar el posicionamiento del Gobierno y otra muy diferente, el partido, en este caso ERC.

«Explicaciones, responsabilidades y garantía de no repetición»
El líder de Òmnium ha insistido que el Catalangate «se ha aprovechado» por parte del independentismo para «debilitar el Estado» y «fortalecernos como movimiento», pero también ha reconocido que «se ha aprovechado poco». Así ha recordado la ofensiva internacional para denunciar el espionaje masivo al independentismo que ha reconocido Amnistía Internacional, el Parlamento Europeo o el informe de derechos fundamentales del gobierno de los Estados Unidos así como los diferentes procesos judiciales abiertos en el Estado español. Antich ha reclamado «explicaciones, responsabilidades y la garantía de no repetición». El escándalo, por Antich, también ha servido para acreditar, como una «ironía de la historia» que Pedro Sánchez ahora es en manos del independentismo, después de haberlo espiado, a pesar de pasearse por Europa asegurando que el conflicto con Cataluña se había apagado. «En el espionaje, como en la guerra, también hay normas y el Estado no las ha respetado», ha concluido.
De hecho, Costa ha señalado Pedro Sánchez como el responsable de los datos obtenidos por el espionaje del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). «La ley especifica que es el CNI quien libra sus informes al presidente del gobierno», ha destacado. «Con España no se puede negociar», ha argüido el exvicepresidente parafraseando una expresión que «decía Oriol Junqueras antes del 2017». En este sentido, Costa ha reprochado que el escándalo del Catalangate estalló el abril de 2022, pero que ERC firmó la «renuncia al derecho de autodeterminación con los espías con la tabla de diálogo, que definí como farsa y era peor, una tragedia». «Yo no hablaría con nadie sin saber del cierto que no me están espiando», ha añadido Costa.
Por su parte, Feliu ha propuesto que el escándalo tiene que servir para crear un «relato ynternacional» del movimiento soberanista como un «movimiento pacifista». En este contexto, pero, ha alertado que los «negociadores» que ahora sientan a la mesa con el PSOE «pueden ser espiados». De hecho, Costa ha intervenido para añadir que «a estas alturas no hay ninguna noticia que nos hayan dejado de espiar». También se ha referido a la reclamación judicial ha interpuesto al poder jurisdiccional español en el sentido que piden «qué se han hecho de los datos que han obtenido». El ingeniero Josep Maria Ganyet, autor del libro La democracia muere a la nube (La Magrana, 2023) y víctima del espionaje ha subrayado que el «Catalangate es el caso de espionaje más grande del mundo demostrado de manera forense».

Una Fiesta para reivindicar la independencia
A preguntas sobre la relación entre el espionaje, las negociaciones políticas a raíz del resultado de las elecciones españolas, y la inminente Fiesta tanto Feliu como Antich han coincidido a señalar que la manifestación del 11-S es «una buena ocasión para rehacer la unidad» entre formaciones independentistas. Así, Antich ha argumentado que «lo único que le da miedo en el Estado es cuando el país se pone de acuerdo en cosas», de aquí que confíe en un acuerdo. «Esta ocasión es buena y lo aprovecharemos», ha añadido dejando entrever que de una manera o la otra, participan en las conversaciones.
En la misma línea, Feliu ha añadido que hay que incluir la independencia tanto en la manifestación como en las negociaciones, más que no la amnistía. «Si hacen una amnistía ya estaremos contentos o volamos algo más?», se ha preguntado Dolors Feliu. «O independencia o nada!», ha clamado. Además, Feliu se ha autoexcluido de participar en estas conversaciones si no hay un plan por la independencia. De hecho, ha confirmado que solo trabajan ahora con el «Pacto Nacional por el Movimiento Civil por la independencia», es decir, sin formaciones políticas.
