«Estamos en las calles». El independentismo vuelve a salir a la calle este Once de Septiembre en una Diada que el conjunto de entidades independentistas ha articulado con cinco manifestaciones en diferentes puntos del territorio. Este año, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha unido fuerzas con Òmnium Cultural, el AMI, el Consell de la República, el CIEMEN, la Intersindical y los CDR para organizar una jornada «descentralizada», con movilizaciones en Barcelona, Girona, Lleida, Tortosa y Tarragona que llevan por lema «volvemos a las calles. Independencia»: «Es señal que volamos la unidad como herramienta de trabajo para el independentismo», ha aseverado el presidente del ANC, Lluís Llach, en una atención a medios. En cada una de las protestas se reivindica una problemática concreta que golpea la sociedad catalana, como las carencias en vivienda o «el expolio fiscal» que ejerce el gobierno español. A pesar de que los clamores son varios, el objetivo es compartido: la independencia de Cataluña. En total, según las cifras de las policías locales de las ciudades en que se han producido las manifestaciones, la Diada de este año ha reunido cerca de 70.000 personas en todo el territorio, una cifra ligeramente inferior a los 115.000 que la Guardia Urbana registró el año pasado -donde la protesta se concentró, solo, en la capital catalana.

En Barcelona, los manifestantes han empezado a concentrarse en la estación de Francia para dar el pistoletazo de salida en la convocatoria de la capital catalana, que ha arrancado oficialmente a las 16.15 horas y que ha acabado en el Arco de Triunfo. Una manifestación multitudinaria que ha reunido 60.000 personas, según indican desde la Guardia Urbana, en la cual se ha denunciado el mal estado en que se encuentra la vivienda en Cataluña y reivindicar la independencia de Cataluña como el camino a seguir para combatir las malas condiciones y los precios sobredimensionados que golpean a la sociedad catalana, especialmente en Barcelona. Detrás la primera cabecera que preside Llach, donde no se ha invitado dirigentes políticos, también hay pancartas contra el nuevo presidente de la Generalitat, Salvador Illa, pero también contra el expresidente Pere Aragonès y su formación, la cual ha convertido el líder socialista en el nuevo jefe del ejecutivo catalán gracias a un acuerdo de investidura a cambio de un nuevo modelo de financiación por Cataluña, el cual algunos manifestantes han denominado «el pacto de la vergüenza» en sus pancartas: «Quién avala el 155 no se merece ser nuestro presidente».

Manifestación 11 septiembre, La Diada. 11.09.2024, Barcelona foto: Jordi Play

A pesar de que en la primera línea de la protesta no ha formado parte ningún dirigente político, sí que se han adherido en un segundo plan figuras como el exalcalde barcelonés, Xavier Trias, el presidente del Parlamento, Josep Rull, o el exdiputado cupaire David Fernández, el cual se ha situado en una de las diversas paradetas de la Asamblea para reflexionar sobre las carencias en vivienda. Mientras avanza la manifestación, al Arco de Triunfo, donde la ANC ha establecido el escenario principal del acto donde se llevarán a cabo los diversos parlamentos y la lectura del tradicional manifiesto, ya se han reunido centenares de personas para recibir la columna principal. Entre gritos de «independencia», algún silbido contra ERC y, incluso, cánticos de «puta España», las diferentes entidades ha subido al escenario de Arco de Triunfo para leer su manifiesto conjunto.

El independentismo «vuelve a la calle» contra «el expolio fiscal»

Un discurso enfocado a poner sobre la mesa el «expolio fiscal» -la principal reclamación de la Diada- que ejerce el gobierno español sobre la población catalana. Ha sido precisamente este «expolio» el cual ha centrado parte del manifiesto conjunto que han leído los principales representantes de las entidades organizadoras de la jornada: «Vivimos años faltados por la represión que todavía continúa, por los continuos ataques a nuestra lengua, pero además nuestra sociedad se ve afectada por una desigualdad social cada vez más profunda», ha espetado David Minoves, presidente del CIEMEN.

Este manifiesto conjunto, pero, que no solo ha lanzado dardos contra el Estado español, sino que también ha criticado los «rifirrafes cainitas» que se han producido últimamente entre el independentismo político, especialmente entre los republicanos y los juntaires. En este sentido, y recordando lo primero de octubre de 2017, han hecho un llamamiento a «recuperar la unión» para continuar luchando para conseguir la independencia: «¡Salimos a las calles porque ni estamos pacificados ni nos han pacificado!«, exclaman los representantes del independentismo civil, que critican la línea discursiva que ha adoptado el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, hacia Cataluña: «Bastante de lamernos las heridas».

Lluís Llach, Xavier Antich, Aurora Madaula y representantes de las entidades independentistas llegan a Arco de Triunfo / Mireia Comas

Una Diada «descentralizada»

Este año, el independentismo social ha optado para articular la Diada de manera «descentralizada» para conducir la lucha hacia la independencia desde cinco puntos del país. A Girona, la movilización, que ha reunido unas 6.500 personas, según la policía local, ha llevado como principal reivindicación conseguir una «sanidad de calidad», uno de los reclamos históricos del sector que denuncia las carencias salariales y las malas condiciones laborales -tanto de horarios como de recursos- con que se encuentran: «Ya no salimos con un lirio, salimos con un cactus, que se den cuenta de que si se acercan pinchamos«, ha remachado Meritxell Yanes, el activo que se ha encargado de presentar el acto de esta Diada. Siguiendo la tónica del manifiesto conjunto, el independentismo gerundense también ha hecho un llamamiento a «rehacer» la unidad para volver a «sumar, de recoser, de volver a tejer complicidades, de coger fuerza y hacer un embate en el Estado español para conseguir la independencia».

A Lleida, siguiendo la tónica de la capital catalana, la movilización ha reunido cerca de 3.000 personas, según las cifras de la policía local, pero 8.000 según los organizadores. La principal reivindicación que ha centrado la protesta ha sido la defensa del campesinado y el sector primario, uno de los colectivos que se ha puesto en pie de guerra en los últimos meses. En este sentido, los parlamentos han recordado la importancia del sector para Cataluña y han reivindicado la necesidad de continuar apostando por el gremio, que hace años que se batalla la supervivencia por la disminución de los precios y la carencia de relevo generacional: “Solo con la independencia los campesinos podrán recibir más ayudas para sobrevivir”, han aseverado.

Milers de manifestants en la protesta de la Diada 2024 a Girona / Glòria Sánchez (Europa Press)

A Tarragona, donde se han reunido cerca de 3.000 personas según la policía local -4.000 según los organizadores-, la reivindicación principal de la manifestación ha sido el «expolio fiscal» del gobierno español en materia de infraestructuras, especialmente las escasas inversiones en Rodalies, que todo y el traspaso de gobernanza acordado entre ERC y el PSOE -y el cual tendrá que continuar desplegando el nuevo gobierno monocolor de Cataluña- continúa siendo un servicio bastante deficiente. La manera de combatir este «expolio»: la independencia. En esta línea, la reivindicación del transporte público que ha centrado la protesta a Tarragona llega pocas semanas antes de que empiecen los cortes en el servicio por las obras del corredor mediterráneo, que afectará el día a día de los vecinos del Camp de Tarragona hasta principios del mes de marzo del año próximo.

Por último, a las Tierras del Ebro la manifestación ha reivindicado la independencia como la única vía para combatir el «expolio del agua [en referencia a la propuesta de trasvasar agua del río Ebro en otros puntos del territorio, como por ejemplo la capital catalana, para combatir la sequía]» y el «desequilibrio» de los recursos que la administración destina en función del territorio: «Un expolio de recursos naturales, de recursos económicos y recursos humanos. Tenemos una vía para evitarlo, la vía de la independencia», ha aseverado Josep Sunyé, líder histórico de Unión de Campesinos, que se ha comprometido a trabajar por la «democratización del agua». El sindicalista también ha cargado contra las inversiones «exiguas» que destina el gobierno español en las infraestructuras de gestión de los recursos hídricos.

Decenas de personas durante la manifestación de la Diada 2024 en Lleida / David Oller (Europa Press)

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