Las siete entidades independentistas han elaborado un manifiesto conjunto para este Once de Septiembre descentralizado, con cinco manifestaciones en diferentes puntos de Cataluña, en el cual gritan el movimiento a dejar de lamerse las heridas y luchar unidos para lograr el objetivo de cualquier independentista: la independencia de Cataluña. «Salimos a las calles porque ni estamos pacificados ni nos han pacificado!», avisan la ANC, Òmnium Cultural, el AMI, el Consell de la República, la Intersindical, Ciemen y los CDR, que esta Diada han dado una imagen de unidad en un momento que el independentismo institucional está más dividido que nunca después de haber perdido la mayoría en el Parlamento y haber perdido la Generalitat, ahora en manos de Salvador Illa y el PSC.
«Hoy, aquí, las entidades diversas nos hemos unido demostrando que es posible llegar a acuerdos por las cuestiones que realmente importan», subrayan, y hacen un llamamiento a demostrar que el movimiento es «fuerte, transversal, inteligente, y que aquí no se rinde nadie». «Bastante de lamernos las heridas!», reclaman, y a la vez piden que todos los soberanistas trabajen y luchen «plegados» hasta la independencia. «Ante un Estado español que no ofrece ningún futuro digno para los Países Catalanes, volvamos a las calles: Por la justicia, por el país y por futuro de nuestra gente: independencia», concluye el manifiesto «Volvemos a las Calles. Justicia, país y futuro», que han leído Sònia Pascual, David Minoves, Sergi Perelló, Jordi Gaseni, Teresa Vallverdú, Xavier Antich y Lluís Llach, en representación de las siete entidades, en el escenario situado en Arco de Triunfo de Barcelona. Una lectura que, en algunos momentos, se ha visto interrumpida por gritos de «independencia».
El documento, por otro lado, no escatima en críticas a las formaciones políticas independentistas porque, según remarcan las entidades, han sido incapaces de ponerse de acuerdo y construir una estrategia compartida para lograr la independencia a pesar de que la ciudadanía se ha movilizado «una y otra vez». «Les hemos facilitado mayorías parlamentarias, que unos y otras han derrochado en discusiones cainitas», sentencian. También critican la «pelea permanente y las disputas» que ha habido y que ha provocado que la Generalitat haya caído en manos de Salvador Illa y el PSC, «un gobierno españolista que hace pocos días se arrodillaba ante Felipe VI, el rey del 3 de octubre». Cuando Xavier Antich ha pronunciado el nombre del monarca se ha producido un gran abucheo por parte del público.

La ANC y el resto de entidades rechazan la «normalidad» del PSC
Y, además, las entidades rechazan frontalmente esta pacificación y «normalidad autonómica» que quiere instaurar el Gobierno de Illa. En este sentido, se hacen una serie de preguntas poniendo énfasis en el retorno del presidente al exilio, Carles Puigdemont, el pasado 8 de agosto, coincidiendo con el debate de investidura en el Parlamento. «En qué país es normal que un presidente de la Generalitat, que un diputado electo que además es jefe de la oposición, no pueda participar de los debates parlamentarios?», han pedido, mientras el público ha coreado el nombre del presidente en el exilio. También cuestionan la democracia de un estado donde los jueces se niegan a aplicar las leyes aprobadas por el poder legislativo y habla directamente de «golpe de estado judicial» para negarse a aplicar la amnistía a centenares de independentistas. «¿Es normal que la ciudadanía no pueda expresar su voluntad en un referéndum?», han preguntado, con un no rotundo del público, que ha empezado a cantar «Puta España».
Las reivindicaciones de esta Diada: lengua, expolio fiscal y un futuro digno
El manifiesto también hace referencia a las principales reivindicaciones de esta Fiesta y subraya que «por superar los desafíos de las sociedades modernas, hacen falta las herramientas de un estado propio», y, en este sentido, cita la financiación. De hecho, las entidades reclaman que se ponga fin al expolio fiscal, cifrado en 22.000 millones de euros anuales, para disponer de «todos» los recursos para favorecer el desarrollo económico, social y cultural de los catalanes. Así, hace referencia en la educación, la sanidad, las infraestructuras, los bienes naturales y la lengua, que es una de las reivindicaciones principales de esta Fiesta.
Sobre la lengua catalana, hacen un llamamiento a defender y promover su uso para garantizar el deber y el derecho de hablar catalán, así como para combatir la «dejadez» de los representantes políticos en la defensa y el uso del catalán para garantizar el derecho a vivir plenamente en catalán. Finalmente, dicen que han vuelto a la calle para garantizar «un futuro digno y justo» para todos los catalanes en aspectos como el acceso a la vivienda, parar el «espiral gentrificadora que desdibuja las ciudades», revertir las desigualdades territoriales y para garantizar un futuro a los jóvenes.