La Moncloa, desde un inicio, y también el PSOE, han descartado que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza, tal como le ha exigido desde Bruselas el líder de Junts, Carles Puigdemont. En una comparecencia en la que criticaba los pocos avances de los acuerdos de investidura, Puigdemont también adelantaba que su partido había presentado la cuestión de confianza en el Congreso. Según han indicado fuentes parlamentarias citadas por la Agencia Catalana de Noticias (ACN), la Mesa de la cámara baja, liderada por la expresidenta balear Francina Armengol, no permitirá que la propuesta de Junts supere el trámite. 

Los votos en contra de Sumar y el PSOE harán que la petición de cuestión de confianza no supere ni siquiera el trámite de la Mesa y que no llegue siquiera a votarse en el pleno, aunque no tendría ningún efecto más que el del debate público, porque al final solo el presidente del gobierno tiene la potestad de convocarla. De hecho, la propuesta llegará a la Mesa con un informe en contra de los letrados del Congreso. Ya hay un precedente de 2013 en el mismo sentido, en el que los letrados rechazaban una propuesta similar argumentando que se trataba de una “moción de censura encubierta”.

Carles Puigdemont durant la compareixença a Brussel·les /Junts
Carles Puigdemont durante la comparecencia en Bruselas /Junts

Justamente, en las últimas horas, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha descartado que el partido de Puigdemont participe en una moción de censura contra Sánchez, algo que ha calificado de «fantasía», porque para prosperar necesitaría, con toda probabilidad, el apoyo de la extrema derecha, una línea roja.

Sin apoyos

El poco movimiento que ha habido con el traspaso de competencias de inmigración a la Generalitat —la Moncloa ha pedido paciencia este martes— ha sido el detonante final que ha llevado a Junts a presionar con la cuestión de confianza. Una moción que desde ERC califican de “humo, humo, humo”, en palabras del portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián. La propuesta tampoco cuenta con el visto bueno del resto de socios de Sánchez, que o bien se han desmarcado o bien han descartado mojarse. 

El ejecutivo español tampoco se ha movido un ápice de su negativa inicial. La portavoz del gobierno, Pilar Alegría, recordaba este martes por la mañana que la moción de confianza es potestad del presidente y que Sánchez, ha reiterado Alegría, “cuenta con el apoyo de los españoles”. 

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