El presidente español, Pedro Sánchez, tiene un plan B para salvar parte del traspaso de las competencias de inmigración que previsiblemente descarrilará este martes en el Congreso. La proposición de ley, pactada por el PSOE y Junts después de más de un año de polémicas y negociaciones intensas, llega tocada de muerte por la oposición frontal de Podemos, que considera que el texto registrado ampara un “discurso abiertamente racista”. Junts señala directamente a la Moncloa por el fracaso de la medida porque creen que el gobierno español ha ido “tarde” y no ha negociado con suficiente fuerza para conseguir los apoyos necesarios.

Ante esta situación, Sánchez ha asegurado a los de Carles Puigdemont que la proposición de ley no quedará guardada en un cajón y que volverá a presentar el proyecto más adelante, cuando tenga los votos necesarios. Mientras tanto, el gobierno español se ha comprometido a impulsar mediante reglamento todos los aspectos del traspaso que no tienen rango de ley. El gesto, que desde Junts consideran insuficiente, es un intento desesperado del PSOE por rebajar la tensión con el partido independentista, que hace semanas que amenaza con romper relaciones con el gobierno español si no hay avances tangibles en los acuerdos de investidura. El PSOE veía el traspaso de las competencias de inmigración como una buena oportunidad para demostrar a Junts que cumplen los acuerdos, pero la intransigencia de Podemos ha dinamitado la hoja de ruta de Sánchez.

Jordi Turull, Carles Puigdemont y Miriam Nogueras en una reunión en Bruselas / Europa Press

Guerra abierta entre Junts y Podemos

El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha acusado a Podemos de querer “aplicar un 155 en materia de inmigración” por su rechazo a la delegación de las competencias. Horas antes de la votación decisiva —que ahora mismo se da por perdida porque el PP, Vox y Podemos suman 175 de los 350 escaños del Congreso—, Turull ha criticado que la formación morada prefiera que las competencias en inmigración “estén en manos del PP y Vox que en manos de Cataluña”, ya que los dos partidos tienen opciones reales de llegar a la Moncloa. El secretario general ha defendido que la propuesta solo busca “herramientas” para dar “soluciones al reto demográfico” que vive Cataluña y ha rechazado las acusaciones de racismo de Podemos. “El traspaso no es a Junts, sino al Gobierno de la Generalitat”, ha recordado.

Turull ha criticado que el PSOE “ha llegado tarde” a negociar con los grupos y ha lamentado que Podemos no haya querido hablar con su partido. “Al menos, mentiras no. Si quieren hacer demagogia, populismo, que lo hagan, pero mentiras no”, ha dicho Turull, que asegura haber intercambiado “mensajes y llamadas” con la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. El enfado en Junts es monumental y también ha cargado contra el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, por su pasividad. “¿Qué ha hecho el presidente para defender esta transferencia? ¿Qué pedagogía ha hecho? Nada de nada”. El dirigente de Junts ha vuelto a decir que “pasarán cosas” si no se empiezan a concretar los acuerdos de investidura de Sánchez y ha adelantado que tomarán una decisión “antes de comer los turrones de Navidad”.

El portavoz de Podemos, Pablo Fernández; la secretaria general, Ione Belarra, y la eurodiputada Irene Montero en una reunión del partido / Europa Press

Podemos defiende el voto contra el traspaso

El coportavoz de Podemos, Pablo Fernández, ha insistido esta mañana en que sus cuatro diputados no cambiarán de opinión y votarán en contra de la toma en consideración de la proposición de ley. Según ha defendido Fernández, su formación no está en contra del traspaso de las competencias, “sino [contra] una ley y un discurso abiertamente racista” que impulsa Junts en su competición electoral con Aliança Catalana. “Podemos en ningún caso será cómplice de la expansión y normalización del racismo”, ha dicho. La formación dice que el texto que ha llegado al contexto recoge “auténticas barbaridades” como que “la inmigración pone en riesgo la nación catalana o que los inmigrantes son un peligro para la cohesión social y la cultura en Cataluña” y culpa a los inmigrantes del colapso de los servicios públicos “cuando en realidad están al límite porque han sido recortados por políticas neoliberales en los últimos años”.

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