El debate de investidura del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, empezará este miércoles a mediodía en el Congreso de los Diputados con un discurso sin límite de tiempo en que el presidente español en funciones y candidato a la reelección pedirá la confianza de la cámara y expondrá su programa de gobierno. Posteriormente, se prevé que la sesión se interrumpa hasta la tarde, cuando todos los grupos podrán intervenir durante treinta minutos, de mayor a menor representación, empezando por el PP. Sánchez podrá contestar a las intervenciones sin límite de tiempo, de forma conjunta o por separado. Pero más allá del debate y la votación, la cita estará marcada por las protestas que, desde hace once días, claman contra la ley de amnistía y que han obligado el Ministerio del Interior a redoblar la seguridad de la cercanía de la cámara baja, un edificio que a estas alturas ya está blindado y rodeado de vallas y furgones policiales.
Se prevé una sesión de investidura marcada por las protestas incitadas por la derecha y la extrema derecha que, desde hace más de una semana, claman contra los pactos entre el PSOE y las formaciones independentistas con el objetivo de deslegitimar los acuerdos y el gobierno que surgirá. Las convocatorias nocturnas ante la sede de los socialistas españoles, en la calle Ferraz de Madrid, han acabado en más de una ocasión con cargas policiales, detenciones y actos vandálicos. Estas manifestaciones, además, han recibido el apoyo de dirigentes de Vox como Santiago Abascal y con apariciones estelares como la de Esperanza Aguirre.
Estas concentraciones, detrás de las cuales algunos expertos ven al expresidente español José María Aznar como instigador intelectual de la movilización, han ido acompañadas de proclamas incendiarias por parte de dirigentes de PP y de Vox. Horas después de conocerse el acuerdo entre Junts y PSOE, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acusó Sánchez de colar “una dictadura por la puerta atrás”, mientras que el líder estatal del PP, Alberto Núñez Feijóo, habló de «desafío a la democracia española» y aseguró que las anteriores amenazas a la democracia española han sido, según él, “el golpe de estado del 23 de febrero del 1981, el terrorismo de ETA y el golpe del independentismo catalán el 2017”.

Vox, por su parte, ha hablado de «golpe de estado» de Sánchez, ha hecho un llamamiento a la movilización «permanente» y ha llegado a decir que los agentes de la Policía Nacional tienen que negarse a cumplir “órdenes ilegales” del Ministerio del Interior, en referencia al que consideran cargas injustificadas contra los manifestantes que han asediado la sede del PSOE. Además, su líder, Santiago Abascal, auguró que el Estado español vivirá “un periodo negro de su historia”. “Solo tiene un final: o el dictador al banquillo de los acusados o los que nos oponemos a este golpe en la prisión”, remachó.
Un dispositivo de 1.600 agentes para blindar el Congreso
Los disturbios de los últimos días y estas declaraciones tan agresivas ha obligado a las autoridades policiales a redoblar la seguridad de los alrededores del Congreso de los Diputados, que es ahora mismo un edificio blindado y rodeado de vallas y furgones policiales. De hecho, el Ministerio del Interior despliega este miércoles y mañana a Madrid más de 1.600 policías nacionales y guardias civiles en el operativo que tiene que dar seguridad a la sesión de investidura.

Desde este lunes, muchas calles y aceras próximas en la cámara baja están cortados al paso, y ya han llegado vallas y estructuras metálicas para blindar totalmente el perímetro del Congreso. Ya se han producido controles y restricciones de acceso de peatones en la zona, donde ya hay presencia de agentes de información de paisano y antidisturbios y furgonetas.
En este dispositivo policial hay 600 agentes más que en el pleno que escogió el popular Mariano Rajoy como presidente en 2016. Entonces, miles de personas secundaron la manifestación
Llamamiento a la calma del gobierno español
La portavoz del gobierno español en funciones, Isabel Rodríguez, ha querido lanzar este martes una «mensaje de tranquilidad» y ha pedido a los «ciudadanos de buena fe» que hagan «confianza» en el ejecutivo de Pedro Sánchez que, según ha dicho, seguirá gobernando «pensante en las cosas del día a día como los salarios, las condiciones laborales, la juventud, la educación, y la atención a la gente mayor».
Por otro lado, ha añadido que «respeta» a quienes han ejercido el derecho de manifestación, pero ha advertido que las protestas están atizadas por unos partidos de la derecha que «no aceptan la mayoría parlamentaria que apoya a la ley, y esto es nada más y nada menos la democracia». «A menos argumentos más insultos, y además frustración más violencia y decibelios, pero la responsabilidad de los que creemos en la democracia es el debate, el diálogo y aceptar las reglas del juego», ha concluido.
Una mayoría de 179 diputados
Sánchez llega al debate de investidura de este miércoles con la previsión de recibir el apoyo de 179 de los 350 diputados. Son los escaños que suman el PSOE (122), Sumar (31), Junts (7), ERC (7), EH Bildu (6), el PNV (5), el BNG (1) y Coalición Canaria (1). Por el contrario, se da por hecho la oposición de los 137 diputados del PP, el principal grupo de la cámara, de Vox (33 escaños) y de UPN (1).
Una vez acaben los turnos de palabra, el jueves, se hará la primera votación donde, con toda probabilidad, Sánchez recogerá los 179 votos y será investido por mayoría absoluta en primera vuelta. Superado este paso, la presidenta de la cámara, Francina Armengol, será la encargada de comunicar el resultado al rey español, Felipe V. Posteriormente, y en caso de que haya cambios de cartera, se producirían los relevos entre los ministros en funciones y los designados por el nuevo ejecutivo español.