Los últimos datos apuntan a una aceleración de participación a las elecciones del País Vasco. Según ha confirmado el consejero de Seguridad del gobierno euskera, Josu Erkoreka, un 51% del electorado había emitido ya su voto a las 18 horas de la tarde de este domingo electoral. El contexto -las elecciones del 2020 se celebraron en plena pandemia- y los cambios técnicos en la lectura de las cifras de sufragios hacen imposible comparar el ritmo con el de hace cuatro años. Según celebra Erkoreka, la jornada se ha desarrollado «con completa normalidad, sin incidentes destacables». La demarcación más activa a solo dos horas del cierre de los colegios ha estado Vizcaya, con un 52% del censo. Guipúzcoa, por su parte, frota el 51%; mientras que Álava se habría quedado en el 48,7% de los ciudadanos listados a las mesas. Durante la jornada, cerca de 1,8 millones de vascos han sido gritados a emitir su voto para decidir la nueva composición del parlamento y, al turno, la lehendakaritza.
El gran combate de las elecciones de este 21-A es el de la hegemonía del nacionalismo vasco. El Partido Nacionalista Vasco, en este sentido, voz como su histórico dominio en la cámara se escapa ante el meteórico ascenso de una EH Bildu ya perfectamente integrada como alternativa de gobierno en Euskadi. Los sondeos apuntan a un empate técnico en las que serán, con toda seguridad, las elecciones más igualadas de la historia de la democracia vasca. Según voces autorizadas, una participación en el entorno del 60% beneficiaría los abertzales, mientras que los jeltzale ganarían enteros con una cifra de votos de entre el 65 y el 70% del censo. El resto de la composición parlamentaria acontecerá clave, con un PSE que busca sostener la clave de la gobernabilidad; sea hacia el candidato de Bildu, Pello Otxandiano, o el del PNB, Imanol Prades.

Bildu, con confianza
Desde EH Bildu enfrentan los minutos previos a la que puede acontecer una victoria histórica con optimismo. El coordinador general de la formación, el que fuera secretario general de Sortu Arnaldo Otegi, celebra un crecimiento de la izquierda independentista vasca que considera «estructural». Los abertzales, pues, se ven como un bloque de poder a futuro, y esperan combatir a largo plazo por la hegemonía del nacionalismo vasco. En este sentido, Otegi llamamiento a hacer «un paso más» este 21-A. También enfrentan los datos de participación con optimismo desde el PSE-EE, que consideran que «además participación, más votos socialistas». Los miembros de la ejecutiva del Partido Socialista Ekain Rico y Pau Blasi aseguran que «el electorado nacionalista es más fácilmente movilizable»; hecho que convence la formación que un buen contingente de sufragios irá a parar a su candidato Eneko Andueza.