La candidata de la CUP, Laia Estrada, ha propuesto este jueves una renta básica universal de 900 euros en el mes, la mesura estrella de los anticapitalistas en estas elecciones. La candidata lo ha defendido ante los representantes de la Mesa de entidades del Tercer Sector Social y ha asegurado que sería una ayuda dirigida a toda la población. Estrada ha argumentado que esta ayuda beneficiaría un 90% de los catalanes y se financiaría «grabando más» las rentas más altas. «Hay experiencias en otros países, es perfectamente viable y ayudaría a hacer una política redistributiva», ha razonado.

Estrada ha explicado que la CUP se plantea esta nueva legislatura como «una enmienda a las políticas sociales desplegadas hasta ahora» y ha señalado la necesidad de «cambios radicales» en salud, educación y vivienda. El anticapitalista ha defendido que la medida «garantizaría que la gente tiene una vida mínimamente digna». La renta básica universal, al contrario que la renta garantizada o el ingreso mínimo vital, seria para todo el mundo y no se tendrían que cumplir requisitos concretos.

La candidata de la CUP, Laia Estrada / ACN
La candidata de la CUP, Laia Estrada / ACN

Se financiaría con el IRPF

La candidata ha explicado que la medida se financiaría a partir del IRPF, con un único tramo del 49%, pero como que en Cataluña esto no es posible porque la competencia es del Estado, se tendría que hacer a partir de cambios en el impuesto de sucesiones y el de patrimonio. Esta propuesta es la mesura estrella de la CUP en esta campaña, pero hasta ahora no se había precisado la cantidad económica de esta renta universal. Durante el comienzo de la legislatura anterior, los anticapitalistas ya pactaron con ERC una prueba piloto de la renta básica.

Contratos de alquiler indefinidos y con precio limitado

A banda, la candidata de la CUP ha denunciado que la ley de vivienda estatal «tiene muchos agujeros» y ha pedido una ley catalana que limite el precio del alquiler porque este no supere nunca el 30% de la renta familiar. Además, ha propuesto que los contratos de alquiler puedan ser indefinidos para evitar el que ya ha pasado, que la vivienda «sea un privilegio».

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