El próximo 28 de mayo estarán en juego todos los ayuntamientos de Cataluña. PSC, Junts y Esquerra Republicana parten como grandes favoritos para repartirse el pastel, como muestran las diversas encuestas que se han publicado. Pero la guinda del pastel a cada circunscripción es la Diputación, una institución con un presupuesto alto, muy importante para centenares de municipios pequeños y con un enrevesado sistema para designar sus miembros, que no son de elección directa para los ciudadanos.
Todo ello explica la polémica durante todo el actual mandato entre ERC y Junts porque los postconvergentes gobiernan con el PSC la Diputación de Barcelona. Y también permite entender que todo un exvicepresidente del Gobierno, Jordi Puigneró, vaya en un lugar tan poco destacado como el número 5 en la lista electoral de su población, Sant Cugat. Si Juntos obtiene buenos resultados en Barcelona –confían en el efecto Trias– tendrá bastante a la Diputación y puede aspirar a la presidencia o la vicepresidencia de esta preciada institución. Y si se da esta oportunidad, la formación de Laura Borràs y Jordi Turull quiere que sea Puigneró quién ocupe este lugar, y por eso necesita que haya sido elegido regidor. Aunque los primeros lugares ya estuvieran ocupados en clave estrictamente local, el número 5 garantiza a Puigneró que obtendrá un lugar al consistorio, y con esto ya tiene bastante para hacer el salto a la Diputación.

Las cuatro diputaciones
Malgrat que gran parte de la ciudadanía desconoce el funcionamiento de esta institución, tiene una gran relevancia en cuanto a la gestión económica del país. Por ejemplo, la Diputación de Barcelona, presidida actualmente por la alcaldesa socialista de la Hospitalet, Nuria Marín, cuenta con un presupuesto de 1.087 millones de euros.
La función de la Diputación es asegurar que se presten con calidad todos los servicios de competencia municipal y en todo el territorio que alcanza la demarcación. Por eso, es clave para los servicios en municipios pequeños donde los ayuntamientos no podrían prestarlos. Los dan cobertura técnica y jurídica y los reparten fondos estatales para infraestructuras, cultura o educación. Para lo cual, las elecciones municipales también son claves para la elección de este órgano, que se renueva cada cuatro años.
Los partidos judiciales
Si las funciones de las diputaciones son poco conocidas –excepto para los alcaldes, regidores y funcionarios que tienen contacto directo y saben hasta qué punto son importantes–, todavía menos popular es lo complicado sistema para designar los diputados que la forman. Y es que los miembros de las diputaciones tienen que ser obligatoriamente regidores o alcaldes de cada una de las cuatro demarcaciones de Cataluña, pero no son de elección directa. En el caso de Barcelona, cuenta con 51 diputados provinciales, según establece la normativa electoral española, la de aplicación en Cataluña, que no tiene ley electoral propia. Según esta regla, las demarcaciones con hasta 500.000 residentes cuentan con 25 diputados, mientras que las que tienen de 500.001 a 1.000.000, 27 diputados; de 1.000.001 a 3.500.000, 31 diputados; y de 3.500.001 en lo sucesivo: 51 diputados.
Esto hace que, por ejemplo, la Diputación de Lleida no supere los 25 diputados, y que, en cambio, la de Tarragona y la de Girona tengan 27. Cada diputado provincial tiene que representar su partido judicial. Barcelona cuenta con 14 partidos judiciales. El partido judicial con más diputados es el de Barcelona ciudad (18), seguido de los de l’Hospitalet de Llobregat (6), Sabadell (4), Terrassa (4), Granollers (3), Mataró (3), Sant Feliu de Llobregat (3), Manresa (2), Arenys de Mar (2), Vic (2), Berga (1), Igualada (1), Vilafranca del Penedès (1) y Vilanova i la Geltrú (1).
En Tarragona, los partidos judiciales son: Reus (7), Tarragona (7), Tortosa (5), El Vendrell (5) y Valls (3). Así mismo, en Lleida, los partidos judiciales y sus respectivos diputados provinciales son: Lleida (13), Balaguer (3), Cervera (3), les Borges Blanques (1), Tremp (1), Sort (1), la Seu d’Urgell (1), Solsona (1) y Vielha (1). En cuanto a Girona, los partidos judiciales son: Girona (8), Santa Coloma de Farners (6), Bisbal de Ampurdán y Figueres (5), Olot (2) y Puigcerdà (1). Se tiene que tener en cuenta que, en función de la Ley D’Hondt y de la variación del número de habitantes, cada año podría variar el número de diputados de los partidos provinciales.
Como se elige el diputado provincial
Una vez constituidos todos los gobiernos de los ayuntamientos después del 28 de mayo, la junta electoral de zona elabora una relación de todos los partidos políticos, coaliciones, federaciones y agrupaciones de electores que hayan obtenido algún regidor dentro de cada partido judicial. La junta electoral procede, entonces, a determinar cuántos diputados corresponden a cada formación política en cada partido judicial, de acuerdo con los votos obtenidos y los escaños disponibles y aplicando la ley D’Hondt, que no es nada más que el sistema de cálculo que se usa en todas las elecciones reguladas por la ley electoral española.
En los 5 días siguientes, la junta electoral de zona convoca por separado los regidores de cada partido, coalición, federación y agrupación de electores con derecho a uno o más diputados porque designen, de entre sus listas, aquellos que serán proclamados como diputados provinciales. Por lo tanto, la normativa establece cuántos diputados toca a cada partido –de manera objetiva– pero los nombres los eligen los partidos y no los electores. Esto tienen que ser personas ya electas, escogidas por los votantes para sus respectivos ayuntamientos.
Los pactos de Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona
Una vez se han escogido los diputados provinciales, se tendrán que escoger los gobiernos y las presidencias. El candidato a la presidencia puede ser cualquier de los diputados y tiene que obtener el apoyo de la mayoría absoluta en primera votación, o la mayoría simple en la segunda. Es aquí donde usualmente ha habido polémica. En el caso de la Diputación de Barcelona (Diba), los reproches entre independentistas han estado notorios los últimos cuatro años, puesto que Juntos, con 6 diputados, apoyó al PSC (16) para que liderara la Diba, a pesar de que podían sumar con los republicanos (16). Aun así, es cierto que la suma entre republicanos y Junts no sumaba para tener mayoría simple si se tiene en cuenta que el resto de formaciones habrían votado en contra para evitar un gobierno independentista a la Diputación. De hecho, hasta ahora la Diputación de Barcelona, históricamente, se lo han repartido entre convergentes y socialistas y con una clara influencia del cinturón rojo del área metropolitana.
En cuanto a Girona, el alcalde de Banyoles, Miquel Noguer (Junts), revalidó hace casi cuatro años el liderazgo de la diputación gerundense, con un pacto entre las dos principales fuerzas independentistas. A Lleida y a Tarragona se repitió la fórmula, pero a la inversa. Esquerra Republicana ha gobernado los últimos cuatro años estas dos diputaciones, como lo ha hecho a sus dos principales ayuntamientos. La vicealcaldesa de Reus, Noemí Llauradó (ERC), preside la de Tarragona y gobierna con Juntos. Así mismo, el alcalde de ERC de Bellvís, Joan Talarn, fue escogido para liderar la Diputación de Lleida, también con Juntos dentro de en el gobierno.