La decisión de incluir el Centro Nacional de Inteligencia español (CNI) en la Operación Cataluña podría tener consecuencias judiciales. Sobre todo, en casos todavía pendientes de juicio en que la vista oral podría ser inminente, como por ejemplo los que lleva el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona, que abrió la macrocausa madre contra el referéndum del Primero de Octubre. Una instrucción que, después de más de cinco años, pronto desembocará un primer juicio: será contra el actual presidente del grupo de ERC en el Parlament, Josep Maria Jové, el presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, y la consejera de Cultura, Natàlia Garriga, al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Y el hecho que el CNI no esté facultado como policía judicial y que la información sin control judicial que aportó haya construido informes y atestados policiales del caso puede hacer tambalear las instrucciones.
Conversaciones que delatan la participación del CNI en un proceso judicial
Precisamente, este martes el juzgado de instrucción número 20 de Barcelona ha abierto una nueva vía en este sentido. La decisión, obligada por la Audiencia de Barcelona, de desclasificar los documentos sobre el caso de espionaje al independentismo con Pegasus y de citar a declarar la directora del CNI, Esperanza Casteleiro, puede ayudar a aclarar anotaciones a las agendas del comisario de Inteligencia ahora jubilado José Manuel Villarejo, conversaciones grabadas y de comunicaciones por WhatsApp.
Estas pruebas revelan la colaboración de los servicios de inteligencia en el caso, la relación con el CNI de Daniel Baena, el famoso

Pegasus, Cellebrite y una cadena de custodia rota
El caso Jové ha disparado todas las alarmas porque se mezcla el espionaje sufrido con Pegasus y que Baena fue el instructor. En concreto, el 20 de septiembre del 2017, a Jové le fue requisado un terminal móvil que, por orden de Baena, fue enviado en Múnich, Alemania, a la empresa israelí Cellebrite, la misma que se utiliza para desencriptar móviles de yihadistas. Ahora bien, este móvil no aparece en el registro de evidencias hasta casi un mes después, el 9 de octubre del 2017. Un dato que rechina porque, puesta en relación con Pegasus, esta demora podría tener alguna explicación
Es decir, el móvil estuvo fuera de control, sin referencia a ningún número de precinto ni descripción del contenedor donde se depositó la fuente de prueba, durante 3 semanas. El día 17 de octubre del 2017 el móvil se envía, por exprés y personal decisión del teniente coronel Baena, a Cellebrite en Alemania, es decir, fuera de la jurisdicción del tribunal, sin que exista ninguna resolución judicial donde se establezcan reglas que garanticen la admisiblidad futura de la prueba y sin usar ningún instrumento de cooperación judicial internacional. El móvil se estará más de un año en Alemania, sin resultado y manipulado con una «metodología confidencial».
La defensa de Jové advirtió al TSJC que el móvil de su cliente había sido manipulado de forma totalmente irregular, sin garantías de cadena de custodia, con procedimientos efectuados por empresas privadas con métodos confidenciales, por técnicos privados anónimos, en procedimientos no registrados, sin validación de la integridad de los datos copiados en el proceso de adquisición forense y con un absoluto descontrol de la fuente de prueba en todas las instancias de manipulación. El letrado ahora quiere comprobar si el dispositivo móvil que obra en las actuaciones fue objeto de espionaje con Pegasus porque «de esto depende no solo la fiabilidad de la prueba sino su legalidad«. El móvil que tiene en custodia el TSJC, pero, no se le libra. Es más, tampoco se le da «una imagen forense del contenido del dispositivo móvil» atribuido a Jové. Por lo tanto, o bien en esta copia se encontrarían acciones irregulares, como por ejemplo el uso de un software espía, o bien habría rastro que se habría manipulado por no dejar pruebas de este ciberespionaje ilegal.

El CNI y el teniente coronel Baena, el ‘Tácito’ de Twitter
La relación del teniente coronel Baena con el CNI encaja con el plan de trabajo de la Operación Cataluña establecido en una anotación a la agenda de Villarejo el 5 de noviembre del 2012, justo antes de las elecciones en el Parlamento de Cataluña y justo el día antes de entrevistarse con la líder del PPC, Alícia Sánchez Camacho. Villarejo comenzó una hoja de la agenda con el título

De hecho, el marzo del mismo año otra anotación importante de recolección de información vuelve a aparecer con nombres y apellidos. En este caso, es un encuentro con el comisario José Luis Olivera,

El CNI, de colaborador a dirigir las investigaciones
Siguiendo el relato de las agendas, wasaps y audios, el CNI fue ganando peso en la Operación Cataluña a medida que pasaba el tiempo y la intensidad del conflicto. Por ejemplo, el 11 de febrero del 2014, Villarejo conversa con Antonio Giménez Raso,

Un mes después, el 4 de marzo, se celebra una reunión al más alto nivel en el despacho del comisario Eugenio Pino, el entonces máximo mando uniformado del Cuerpo Nacional de Policía. También están el jefe de la unidad de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas, y el comisario Villarejo. Los tres escuchan el comisario de información en Cataluña Pedro Esteban sobre las novedades de la Operación Cataluña y plantea una reunión de todos con Agustín Linares, ex mano derecha de Pino y un tal Muñoz. Así mismo, Esteban, envuelto en el caso de los 33 jueces soberanistas, lamenta que el CNI no le dice nada, a pesar de que ya han hablado de “repartirse el trabajo”. En este contexto informa que ya ha comido con “Jesús” (Jesús Campo), uno de los agentes coordinadores de los agentes de información del CNI en Cataluña, y que todavía espera noticias. Campo le dijo que primero tenía que hablar con Madrid. Martín Blas lo serena y lo avisa que no hace falta que “consulte” ni coordine nada con el CNI porque “tienen otros objetivos”. Hay que recordar que Martín Blas será acusado posteriormente por Villarejo de ser un hombre del exdirector del CNI, el general Félix Sanz Roldán, a raíz del caso del Pequeño Nicolás.
El 9 de abril hay una nueva anotación que refuerza esta línea de ceder el peso al CNI. En concreto, es el resumen de una reunión entre Villarejo y el comisario Enrique García Castaño,

El CNI está para Cataluña
Otro de las fuentes donde se acredita la participación del CNI en la Operación Cataluña son los wasaps que se envían Pino y el secretario de Estado de Seguridad del ministro Jorge Fernández Díaz, Francisco Martínez. Son diversas las comunicaciones, donde incluso se desprende cierto frío de pies policial con los servicios de inteligencia. Como ejemplo, el 1 de marzo que entre todos recuerdan que el «CNI está por Cataluña» aprovechando que comentan que los servicios secretos también vigilan Venezuela, y que han tenido un error. Otro wasap que envía Pino el 27 de mayo de 2016 a Martínez donde comenta: “El CNI va con gente de exteriores vendiendo el que están haciendo en Cataluña, explican que es ANC, Òmnium Cultural, Asamblea de Municipios y CUP. La proyección exterior de la Generalitat etc. Hoy ha tocado Holanda. Embajada de España y continúan. Han invitado Gago (inspector José Ángel Fuentes Gago) para conocer la situación, también consejeros diplomáticos y embajador. Sic”.
La respuesta de Martínez es que Gago “habrá alucinado”. Gago es conocido con el sobrenombre de “mayordomo de la policía patriótica” que había llegado a ser ninguno de gabinete de Pino. “Ha entrado en estado catatónico”, replica Pino con ironía porque consideran que el CNI se apropia de sus investigaciones parapoliciales. “No me extraña”, concluye Martínez.


Pero, curiosamente, Pino envía otro mensaje a Martínez el 11 de octubre de 2018, recordando como el CNI de un principio participaba a la Operación Cataluña arrastrando los pies. Así, detalla que Beatriz Méndez de Vigo, ex secretaria general de La Casa, opinaba que no era un objetivo, pero suerte de la cúpula de Interior del PP que se lo cogió seriamente. Parece que lamente que Interior cediera el paso al CNI y reprocha que no hubiera continuado el equipo de Martínez a Interior para acabar con la Operación Cataluña. Por otro lado, el 2017 Pino y Martínez también lamentaban que sus informadores de la CUP habían pasado hacia el CNI. Continuará.
