Tamara Falcó no tiene pelos a la lengua y esto es lo que hace que genere tanta curiosidad su participación en la tertulia de
Isabel Preysler es una mujer de carácter, por lo que dicen, y que daría mucha importancia a la elegancia y las formas. Esta mentalidad ha intentado inculcarla a todos sus hijos y, en especial, a Tamara. Es con ella con quien ha convivido durante más tiempo y, por eso, la tertuliana sabe perfectamente qué puede hacer y qué no cuando se encuentra en la casa familiar.
Por primera vez, ha sacado a la luz algunas de las normas que tienen cuando se sientan en la mesa con Isabel Preysler: «Antes que nada, no se puede hablar por teléfono cuando estás en la mesa y no se puede gritar. Además, no puedes empezar a comer hasta que han servido a todo el mundo. Las manos tienen que estar encima de la mesa y la servilleta en la falda. Si mi madre te ve limpiarte con el mantel, puedes llevarte una buena bronca«.
«El plato no puede estar demasiado lleno porque dice que no es nada elegante… Prefiere que repitamosel plato, pero que los platos que servimos no estén llenos de comida porque cree que es muy vulgar«, ha explicado. Curiosamente, las habría enseñado que el jamón se come «con las manos»: «Dice que hacerlo con el tenedor es una

Finalmente, también les habría enseñado a levantarse y saludar con respeto siempre que entra alguien mayor a la habitación: «Si es mi madre quien entra, pues lo mismo. Te levantas y saludas. Si entra tres veces seguidas, solo hace falta que lo hagas una vez está claro».
Más críticas hacia Íñigo Onieva, el marido de Tamara Falcó
En su momento, se dijo que Íñigo Onieva podría haber empezado un negocio con el icónico Café Gijón de Madrid. Desde el establecimiento lo negaron y ahora vuelven a insistir en que no quieren que los relacionen con el marido de Tamara Falcó. Lo han hecho a través de unas declaraciones contundentes en la revista
«Esta es una empresa familiar y no entrará nadie. Hasta la fecha, este señor no nos ha dicho nada. Se están difundiendo muchos rumores que no son ciertos. Íñigo viene mucho y lo vemos porque vive aquí al lado, pero solo he hablado con él cuando ha venido a pedir una Coca Cola o una cerveza», ha proseguido en un mensaje que deja claro que el empresario aquí no tiene nada a hacer.