Juan Carlos de Borbón ha cambiado de actitud radicalmente en la visita que está haciendo estos días en España. El año pasado fue recibido por aplausos y una fuerte presencia de mediados de comunicación, una bienvenida que no ha tenido este año. Si en aquel momento se acreditaron más de 200 periodistas para seguir sus aventuras por Sanxenxo, ahora han acudido bien pocos a un aeropuerto de Vigo desierto.
El emérito ha bajado del avión privado con cara seria y no ha sido recibido por ningún miembro de su familia, que vuelven a demostrar la frialdad existente entre ellos. Solo ha recibido el cariño de su amigo íntimo, quién lo alojará en estos días en Galicia. El show mediático que protagonizó en la última visita no se ha repetido y el motivo está claro, la Casa Real no quería volver a hacer el ridículo con unos vítores a Juan Carlos que los perjudicaban muchísimo.
Esta será una visita mucho más discreta, la que se ha demostrado también en la actitud de Borbón. Al subir al coche, no ha saludado nadie y tampoco ha hablado con los reporteros como sí que había hecho en aquella controvertida ocasión.


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Mientras tanto, la visita del padre de Felipe VI ha coincidido con la emisión de un nuevo capítulo del documental de Bárbara Rey. La