La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha evitado en el último momento la moción de censura promovida en el Parlamento Europeo por setenta eurodiputados ultraconservadores y de ultraderecha. En las últimas horas, el Partido Popular Europeo (PPE) ha trabajado arduamente para salvar al ejecutivo comunitario y ha tenido que hacer concesiones importantes a socialdemócratas y liberales en el próximo macropresupuesto de la Unión Europea para evitar una crisis sin precedentes en Bruselas. La cámara ha rechazado con claridad la moción de censura ultra, que solo ha conseguido 175 votos a favor.
El PPE, junto con los Socialistas y Demócratas (S&D), donde está integrado el PSOE, y los liberales de Renew han sumado 360 votos para tumbar la iniciativa. Tanto unos como otros habían amenazado con abstenerse para obligar a los populares a moverse en las conversaciones con los grupos políticos de la Eurocámara para asegurarse los apoyos necesarios para hacer fracasar la moción de censura y, de paso, salvar los presupuestos de la UE, que pendían de un hilo.
Los presupuestos comunitarios, el siguiente escollo
De aquí a menos de una semana, la Comisión Europea debe presentar el marco financiero plurianual de la UE, es decir, el presupuesto europeo. Se espera que en los próximos meses haya una dura negociación entre los diferentes grupos, pero al menos Von der Leyen ha salvado la primera bola de partido y gana tiempo para cerrar los flecos de la operación. Para aprobar los presupuestos, la Comisión Europea necesita el voto unánime de todos los estados miembros y también la mayoría en la Eurocámara.

Con el acuerdo con socialdemócratas y liberales, Von der Leyen y el PPE ganan tiempo para negociar más a fondo los presupuestos para el período 2028-2034. Los socialdemócratas rechazan la creación de “planes nacionales” y quieren una política de cohesión más fuerte, así como un Fondo Social Europeo Plus “separado y bien financiado para implementar el pilar europeo de los derechos sociales”. La Comisión Europea busca “simplificar” las cuentas comunitarias, pero el grupo de la S&D no quiere que esto lleve a una “mayor recentralización o renacionalización de las políticas europeas”. Por su parte, la Defensora del Pueblo Europeo teme que esta simplificación esté influenciada por la vorágine de recortes del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y critica los métodos “precipitados” del polémico magnate.
La ultraderecha vota dividida
La moción de censura contra Von der Leyen estaba promovida por el rumano Gheorghe Piperea, del grupo de ultraderecha Conservadores y Reformistas por Europa (ECR), que contaba con el aval de 73 eurodiputados más. El motivo de la moción era la negativa de la presidenta de la Comisión Europea a revelar los mensajes que intercambió con el exjefe de la farmacéutica Pfizer, Albert Bourla, por las vacunas de la covid-19. “Insinuar que estos contratos fueron de alguna manera inapropiados o contrarios al interés europeo es, se mire por donde se mire, simplemente falso”, dijo Von der Leyen a los diputados en su discurso durante el debate de la moción de censura.
Los promotores de la moción de censura necesitaban al menos 360 votos para sacarla adelante, pero solo han sido capaces de sumar 175 apoyos y 18 abstenciones. Ni los mismos partidos ultras han votado unidos. El grupo de Conservadores y Reformistas por Europa (ECR), promotor de la moción, ha votado dividido y los miembros del partido de la actual primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, han preferido no mojarse y directamente no han votado. Los grupos ultras de Patriotas por Europa (PFE), donde está Vox, y la Europa de las Naciones Soberanas (ESN) sí que han votado a favor de destituir a Von der Leyen.