Israel ha negado ante el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) de La Haya que esté comentan un genocidio contra los palestinos. En esta línea, el representante israelí, Tal Becker, ha asegurado que «no queremos destruir cabe pueblo, sino proteger el nuestro». Esta comparecencia llega solo 24 horas después de que Suráfrica expusiera sus alegaciones por la demanda contra Israel por presunta vulneración de la Convención de Genocidio en Gaza. Durante la intervención, los abogados de Israel han presentado sus argumentos legales para justificar la guerra y desmentir las acusaciones de genocidio, defendiendo el derecho «legítimo» de Israel a la autodefensa y «la ausencia de la esencia» genocida en sus operaciones militares, que considera «legítimas» y «proporcionadas».
Para proseguir con su defensa, Israel ha asegurado que fue Hamás quien perpetrar «un acto genocida con el ataque del 7 de octubre» y lo ha culpado de todas las muertes que se han producido en Gaza desde entonces. También ha acusado Suráfrica de «distorsionar» y «descontextualizar» los hechos en su caso en La Haya y ha lamentado que no le hubiera trasladado antes sus quejas.
Mientras la guerra continúa en Gaza, y los Estados Unidos intenta evitar la extensión del conflicto en la región, se espera que la Corte Internacional con sede en La Haya tome una decisión las próximas semanas después de que una sala formada por 15 jueces y 2 magistrados adicionales elegidos por Suráfrica e Israel hayan escuchado a las partes. Pretoria espera que lo TIJ ordene a Israel «la suspensión inmediata de las operaciones militares» en Gaza y la «prevención de un genocidio» contra Palestina.
Israel rechaza el «genocidio»
La audiencia de este viernes ha empezado con breve discurso de apertura de Becker en el que ha negado el presunto genocidio y ha acusado Hamás de perpetrar ataques que buscan «la aniquilación» del pueblo hebreo. Aun así, Becker ha admitido que la crisis de los rehenes no supone ninguna justificación para la supuesta vulneración de la Convención del Genocidio, aunque ha querido detallar que esta guerra es «la matanza más grande de judíos desde el Holocausto» para explicar «la naturaleza de la amenaza» que comporta la Franja de Gaza para Israel.
En este sentido, Becker ha acusado Hamás de aplicar una estrategia de guerra que se basa a «el infiltrarse entre la población civil» y «sacrificarlos activamente para sus beneficios». Según Becker, la petición de medidas cautelares es un intento para impedir a Israel cumplir con su obligación de defender sus ciudadanos y los «más de 110.000 israelíes desplazados internos».

Suráfrica distorsiona los hechos
Por otro lado, Becker ha recriminado en Suráfrica que haya «distorsionado» los hechos y haya «obviado que hay un conflicto entre dos partes». Incluso ha dicho que Pretoria «tiene vínculos» con esta «organización terrorista». «En un momento en que las palabras son baratas y algunos tienen la tentación de utilizar el término más escandaloso en un intento de vilipendiar y demonizar. Un lugar donde las palabras importan, y donde la verdad todavía tendría que importar, tendría que ser en un tribunal», ha remachado.
Por otro lado, el abogado cabe de Israel, Malcolm Shaw, ha rechazado todas las acusaciones de genocidio por parte de Suráfrica y ha subrayado que no se ha demostrado que haya «intención genocida» en las operaciones militares de Israel. «Aunque estén justificados y legales, los conflictos armados son brutales y cuestan vidas», pero esto no quiere decir que «todos los conflictos sean genocidios», ha remarcado. Por otro lado, Shaw ha criticado la falta de interacción previa entre los dos estados respecto al caso de genocidio, un elemento que considera indispensable en una disputa entre estados. «No ha dado la oportunidad» a Israel de defenderse de las acusaciones de genocidio «antes de presentar la demanda», ha lamentado.