La lucha por el control en la ciudad de Bakhmut, al este de Ucrania, se ha intensificado en las últimas horas. Este viernes, a través de un video, mercenarios prorrusos del grupo paramilitar Wagner han avisado de que tienen la ciudad «rodeada». El fundador del grupo prorruso, Yevguany Prigozhin, ha compartido en Telegram las imágenes en las que se ven las tropas y los mercenarios cerrando las vías de acceso a Bakhmut y ha instado al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a dar esta ciudad por perdida y retirar las tropas. «Dales la oportunidad de abandonar la ciudad, está prácticamente rodeada», ha avisado Prigozhin.
Solo queda un camino abierto
El grupo Wagner no se ha rendido y quiere esta victoria cueste lo que cueste, que sería beneficiosa para Moscú y para el mismo grupo prorruso, puesto que no cuenta con soldados rusos en sus filas. Este miércoles, el parlamentario ucraniano Serhi Rakhmanin reconocía que, «tarde o temprano», tendrían que irse de Bakhmut y que «no tenía sentido mantenerla a cualquier precio». Zelenski, sin embargo, no quería renunciar a esta ciudad y envió refuerzos. Este jueves, el jefe de Wagner remarcó que las tropas ucranianas «ofrecían una resistencia encarnizada», pero 24 horas después ha vuelto a aparecer para asegurar que sus «divisiones tienen prácticamente rodeada Bakhmut». Prigozhin ha añadido que han cerrado todas las vías de acceso a la ciudad excepto una, y ha instado Zelenski a retirar sus tropas.

Victòria estratégica
Conseguir Bakhmut sería una victoria estratégica de peso para Rusia. Por un lado, porque dotaría al ejército ruso de numerosos accesos por carretera a otras partes de la región de Donetsk y dejaría desprotegidas otras ciudades de la zona. Y, del otro lado, sería una victoria relevante para el grupo prorruso Wagner, que ya han conseguido anteriormente éxitos a favor de Vladímir Putin –en enero, la organización afirmó que habían tomado la ciudad de Soledar, en Donetsk– y Prigozhin se posicionaría como una figura imprescindible para el mandatario ruso.