La noche de San Juan es, para muchos, la más mágica del año. Una noche que combina emoción, familia, amigos, fuego y pólvora. Para muchos, la verbena no se puede entender sin los tradicionales petardos, de cualquier tipo. La pirotecnia, aunque es un elemento que genera grandes divisiones de opinión entre la ciudadanía catalana -o te encanta o la odias-, es uno de los ingredientes más esenciales de la noche de San Juan. En los últimos años, para adaptar esta práctica a las sensibilidades de toda la población, ha nacido un nuevo modelo de pirotecnia: la de baja sonoridad, también conocida como «pirotecnia inclusiva». Se trata de petardos con un sonido por debajo de los 97 decibelios, que es el volumen estándar de una conversación entre dos personas, teniendo en cuenta que el límite marcado son 120 decibelios, según los estándares de las Naciones Unidas: «La verbena es un acto de comunidad. Nosotros optamos por transformar la gama de productos para no transformar la actividad», argumenta en conversación con El Món Jordi Brau, CEO de La Traca, la empresa líder en pirotecnia de baja sonoridad.

El auge de los petardos de baja sonoridad ya es una realidad. De hecho, las estimaciones de la compañía indican que, en las ventas de sus tiendas y casetas, este año se superará el porcentaje de petardos de baja sonoridad del año pasado, que ya supusieron un 55% del total. La previsión es que aumenten un 10% respecto a 2024, momento en que la empresa facturó unos 2 millones de euros durante la campaña. Estas estimaciones también se palpan en la calle. En la caseta de La Traca del barrio de Sants, a escasos metros de la estación, Toni compra varios productos de baja sonoridad acompañado de su hijo. Es la primera vez que lo hace, pero cree que es el momento de probarlo: “Si podemos contribuir a que todos lo pasen bien, ¿por qué no hacerlo?”, dice Toni en conversación con este diario. Lo mismo opina Fátima, que acompaña a sus dos hijas a que elijan los petardos que quieren para celebrar la verbena: «Les gustan los petardos, pero también les dan un poco de miedo», dice.

Diversos productos pirotécnicos de baja sonoridad en una tienda de petardos La Traca / Albert Segura (ACN)

Las ventajas de una pirotecnia más amable

El CEO de La Traca, que también es el presidente de la Asociación de Comerciantes de Fuegos Artificiales del estado español (ACAFE), sostiene que apostar por una pirotecnia más «inclusiva», de baja sonoridad, es la medida «más correcta» para contribuir a que todos puedan disfrutar de la verbena de San Juan. Es decir, se trata de una tipología de petardos que no resultan molestos -o, al menos, mucho menos- para las personas hipersensibles al sonido, como las personas con autismo, entre otros, los niños y niñas o las personas mayores. Este, de hecho, fue el motivo por el cual Jordi Brau decidió comenzar a incentivar el consumo de este tipo de pirotecnia: «Hace siete años, con mi hija, lanzando una fuente [un tipo de petardos que provocan varias explosiones muy coloridas] tuvimos un susto. El sonido la asustó. Ahí es donde me pregunté si realmente era necesario que hiciera mucho ruido«, recuerda el director general de La Traca.

Según detalla el CEO de la compañía, al principio, cuando La Traca sacó a la venta la primera línea de pirotecnia de baja sonoridad -la cual han ido modificando- la gente que la compraba más eran «de colectivos más vulnerables». Ahora, sin embargo, se ha ido extendiendo cada vez más entre buena parte de la población. Núria, por ejemplo, ya lleva tres años comprando petardos de baja sonoridad por respeto a los animales que viven en las ciudades: «Hay perros que lo pasan muy mal por San Juan, pero a nosotros también nos gusta lanzar petardos. Creo que es una buena solución», comenta la vecina del barrio de Sants mientras sale de la tienda con las manos llenas, quien explica que, aunque su mascota «lleva muy bien» el ruido de los petardos, también cree que es bueno ser respetuoso con todos: «Lo disfrutaremos seguro», exclama.

Vídeo de cómo funciona un petardo de baja sonoridad de La Traca / ACN

Petardos de todos los colores y para todos

Esta línea de pirotecnia ofrece productos de todo tipo: desde bombillas y bengalas -dos de los petardos más populares entre los más pequeños de la casa- hasta cohetes. De esta manera, cualquier persona que quiera apostar por una línea de pirotecnia menos ruidosa lo puede hacer sin tener que elegir qué tipos de petardos quiere lanzar. Según detalla el CEO de la compañía, para lograr el mismo impacto en los petardos, pero con menor sonoridad, solo es necesario hacer unas pequeñas modificaciones químicas en su composición. Por ejemplo, en el caso de los cohetes de color que estallan para hacer las tradicionales palmeras, se cambia la carga para que en lugar de ser «de aluminio» sea de «carbón», lo que genera un sonido por debajo de las recomendaciones de decibelios de las Naciones Unidas: «La apertura es menos violenta», argumenta.

Ahora bien, desde La Traca también apuntan que, además de ofrecer petardos inclusivos, también disponen de petardos «ruidosos»: «Es un sector del mercado y hay clientela», admite Jordi Brau, quien asegura que las personas que acuden a sus puntos de venta a buscar este tipo de petardos les preguntan «dónde es más seguro lanzarlos»: «Les recomendamos que no lo hagan a partir de las diez de la noche, entre otros», añade Brau. Los amantes de los petardos, pues, disponen de una enorme variedad de productos, de todos los colores y todas las clases, para disfrutar de la verbena de San Juan y mantener la tradición y la fiesta bien vivas. «El objetivo es que sea la noche más mágica del año», asegura el director general de la compañía. Así pues, con este nuevo cambio de paradigma, y tal como constatan sus tendencias de venta, ya ha llegado para quedarse una verbena de San Juan repensada que permita mantener viva la tradición, pero adaptarla a los nuevos tiempos.

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