Las últimas incidencias en Rodalies obligan a mover ficha al Govern, que este viernes recibió numerosas presiones de los propios usuarios y de la oposición para que proponga una solución a las deficiencias del servicio. El ejecutivo liderado por Salvador Illa, que atribuye los problemas a las distorsiones causadas por las obras en la zona sur del país, intenta apagar el incendio que ha desencadenado el caos que se ha vivido esta semana en la R2. Desde Palamós, donde se ha inaugurado una nueva estación de bus, la consellera de Territorio, Sílvia Paneque, ha anunciado que convocará una reunión con Adif y Renfe este mismo domingo para exigir «soluciones inmediatas». En su intervención, que recogen diferentes agencias, Paneque ha remarcado que el objetivo del encuentro es «asegurarse» de que habrá «los equipos necesarios por parte de Renfe y Adif» para informar del estado del servicio y de los problemas que puedan ocasionarse. Paneque también ha dicho que las inversiones acordadas deberían permitir “avanzar hacia un sistema fiable y con las infraestructuras adecuadas”.

Al caos vivido el viernes, con decenas de pasajeros atrapados más de una hora en un tren y posteriormente evacuados por la vía, se suma el caos vivido esta mañana en Sants. En este caso, la afectación ha colapsado el servicio de alta velocidad y de media distancia. A primera hora de la mañana, un tren Ouigo en dirección Madrid se ha averiado por problemas en la catenaria y ha tenido que evacuar a cerca de 400 viajeros. La situación ha generado retrasos que a media mañana aún superan los 40 minutos de media y hay dos trenes de larga distancia que han retrasado la salida más de dos horas. Paneque ha lamentado la incidencia: «Una más accidental», ha dicho. Según la información expuesta por la misma consellera, la caída de una placa dañada por la lluvia u otra caída causada por el mismo tren habrían motivado la avería.

Usuarios esperando para acceder a un tren en la parada de Bellvitge para ir en dirección a Barcelona | Albert Hernàndez (ACN)

Este viernes, el mismo presidente pedía perdón a los usuarios afectados por la avería que colapsó la R2 e insistía en que el Govern «está con las soluciones y no con las polémicas». «Insisto, comprometeré todos los recursos del Govern de Cataluña para revertir y resolver esta situación», remarcó Illa. El socialista se comprometió a mantener reuniones periódicas con la operadora española, como la que ha adelantado ahora la consellera, para «evitar que se produzcan incidentes» como el del viernes, que calificó de «inaceptable».

La oposición presiona

La presión política sobre Illa ha crecido en los últimos días. La CUP calificaba el viernes el caos de Rodalies de «desbarajuste esperpéntico» y cuestionaba a Illa su eslogan «vacíos». «Que dejen de decirnos que gobiernan para todos, porque hoy más que nunca se demuestra que es una auténtica mentira», apuntó Su Moreno desde el atril. Las críticas también vienen de Junts, que pregunta al Govern «si continuará defendiendo al PSOE o si comenzará a defender a los catalanes». El portavoz del partido en el Parlament, Albert Batet, se ha pronunciado este sábado en las redes: «Tantos años de desinversión premeditada por parte del Estado en Cataluña tienen estas consecuencias».

Los Comuns también se han pronunciado, en este caso, para reclamar un pleno específico sobre Rodalies para que Illa «dé explicaciones y soluciones». Para forzar este tipo de plenos se necesita el acuerdo de dos grupos y el portavoz de los Comuns, David Cid, ha detallado que este mismo fin de semana comenzarán los contactos para poder convocarlo. El PP se ha sumado a las críticas, en este caso señalando al ministro de Transportes, Óscar Puente, por el «caos ferroviario» y por no presentar en el Congreso un «plan de choque».

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