El gran problema de las obras ferroviarias es que sus afectaciones acaban para molestar incluso aquellos que no son usuarios habituales de los trenes. Esta vez, las obras a las vías del tren entre Sant Vicenç de Calders y Tarragona han provocado que haya un aumento del 7% a la carretera catalana por excelencia que sustituye este tramo, la AP-7. Así pues, tal como ha explicado el Servicio Catalán de Tráfico este jueves, ha habido más coches en sentido sur durante la hora punta a la autopista catalana en los dos últimos días, coincidiendo así con las obras a Roda de Berà. Sin embargo, la carretera en sentido norte permanece igual que antes de las obras, según los datos del organismo.
El pasado martes 1 de octubre, al mismo tiempo que se iniciaban las obras ferroviarias, Tráfico registró un aumento significativo del número de coches entre las 7 y las 9 de la mañana, y en especial entre las 10 y las 11 de la mañana. En cuanto a primera hora de la tarde, entre las 3 y las 4, también se notó una subida de afluencia en comparación a cualquier martes ordinario, cosa que hizo cerrar las 24 horas en un 4,6% de incremento medio. Ahora bien, sin duda el día que marcó el récord fue el pasado miércoles, cuando un 7,9% más de coches cogieron la AP-7 en sentido sur. Esta ha sido la cifra más elevada -de momento- de vehículos que han escogido la autopista catalana por las obras del tren.
La calma en sentido norte
Mientras los coches que viajes de Sant Vicenç de Calders a Tarragona han podido notar como las carreteras iban más llenas, los vehículos en sentido norte han circulado con normalidad. En concreto, el número de vehículos fue prácticamente idéntico al de dos semanas antes, con un incremento de un 0,4% en las primeras once horas, y una caída también del 0,4% en el conjunto de las 24 horas.