La consejera de Salud, Olga Pané, encara el mandato con un reto al horizonte: hacer frente al «envejecimiento saniactivo [término que fusiona las palabras saludable y activo] de la población«. Se trata del eje vertebral sobre el cual la nueva responsable de la cartera construye la legislatura entrante: «Es un reto para la sanidad, pero también es un reto para las políticas sociales, las políticas de movilidad, de sostenibilidad…», ha argumentado la jefa del departamento durante su intervención en la primera comisión parlamentaria. Para hacer frente a este reto -que no problemática, según la consejera-, Pané considera que hay que abordar varios cambios estructurales dentro del sistema sanitario catalán. Entre las prioridades que ha fijado la jefa del departamento destaca la reducción del tiempo de espera para acceder a la atención primaria a 48 horas -tres días menos que el horizonte fijado por el ex consejero Manel Balcells-, tal como ya quedó escrito en el acuerdo de investidura entre los socialistas y los comunes.
La responsable de la cartera defiende que reforzando los recursos de los cuales disponen los centros de atención primaria se puede «mejorar» el funcionamiento del sistema sanitario catalán, que a pesar de que ya es «un muy buen sistema», todavía tiene margen de mejora. Estos cambios, pero, tienen que ir acompañado de un incremento de los recursos económicos de los cuales dispone Salud, que todo y las partidas extraordinarias aplicadas últimamente -a causa del atraso de la aprobación de las nuevas cuentas catalanas-, todavía «no es suficiente» para hacer frente a todos los «retos» que plantea el sistema sanitario. Es por este motivo, de hecho, que la consejera se marca como objetivo destinar el 7% del PIB para Salud. En esta línea, el portavoz de Junts en esta comisión, Jordi Fàbrega, ha reclamado «combatir el expolio fiscal» al cual el gobierno español somete la población catalana como la vía para garantizar un aumento de los recursos económicos para Salud. Una idea bastante similar a la cual ha expresado el diputado republicano Juli Fernández, que ha querido recordar que el acuerdo de investidura al cual ha llegado su formación con el PSC «es una oportunidad para que el sistema sanitario cuente con los recursos económicos necesarios».

Poner los trabajadores en el centro
La nueva consejera ha querido dejar claro durante toda su intervención que los «pasos adelante» que hay que dar en el sistema sanitario catalán hay que construirlos con el consenso de todo el sector: «Tenemos que cuidar a la gente que nos cuida», ha apuntado Pané, que ha asegurado que trabajará para paliar las malas condiciones laborales -desde horarios hasta salarios- que golpean a los profesionales. «La profesionalidad con que trabajan hace que den mucho más de sí [los trabajadores] del que les tendríamos que exigir, pero desde la administración tenemos que trabajar para facilitarlos la vida y no sobrecargarlos con burocracias innecesarias». En esta línea, la consejera también apuesta para «desplegar» todo el potencial de los profesionales del sector, puesto que considera que es personal «muy bien formado y especializado».
Olga Pané también ha hecho referencia en su primera intervención a la presencia del catalán en los centros sanitarios, uno de los aspectos que ha puesto en pie de guerra a la ciudadanía ante los últimos casos de discriminaciones lingüísticas en hospitales. En este sentido, la consejera ha defendido que «todos los profesionales tienen que hablar catalán» para garantizar el derecho de atención de los pacientes: «Si dejamos de hacerlo, el catalán irá perdiendo espacios», ha argumentado la responsable de la cartera, cosa que ha despertado las críticas del grupo parlamentario de Vox.