La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene evidencias que un buen descanso nocturno incide en la salud. Por eso, el Hospital de Bellvitge ha analizado las alteraciones de sueño de los pacientes ingresados, entre las cuales hay las interrupciones nocturnas a consecuencia de las curas requeridas, el ruido de dispositivos médicos y otros pacientes, la temperatura y la excesiva iluminación de la habitación, con la intención de poner remedio. Para mejorar todos estos aspectos, la dirección enfermera ha impulsado la iniciativa ‘El hospital ya duerme’, un proyecto pionero en Cataluña.
La Jefa de área Enfermera de Proceso Nefrológico, Corta Estancia y Unidad de Preparación de Pacientes, Rosa Maria Sánchez Cabrera, y el equipo enfermero realizaron entre mayo y el julio del 2019 un estudio para evaluar la calidad del sueño de los pacientes ingresados. Se hicieron 118 encuestas a pacientes y se registró los decibelios durante 48 horas en diferentes unidades y todos los turnos. Los resultados y las sugerencias de los pacientes sirvieron para poner en marcha este proyecto que a partir de ahora mejorará el descanso de los pacientes ingresados a Bellvitge.

Los cambios que comporta la iniciativa
A raíz de este estudio se han implantado en el Hospital cambios en los horarios de limpieza, en los horarios de algunos tratamientos farmacológicos, se han sustituido las ruedas de los carros y de los aparatos y se han instalado reguladores de luz. Además, Bellvitge se ha añadido a la iniciativa SueñOn del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), que también pone el foco en que los pacientes disfruten de un descanso reparador.
El hospital también ha organizado sesiones de información para los enfermeros y ha reforzado la señalización en las habitaciones con indicaciones para los pacientes, los acompañantes y los sanitarios. Los carteles que han situado recuerdan que a partir de las once tienen que hablar flojo, silenciar los dispositivos móviles, apagar las luces y la televisión y bajar las persianas. Para los pacientes más susceptibles a la claridad, se hará entrega de un antifaz. Además, los acompañantes solo estarán permitidos hasta las nueve de la noche.
A las ocho de la noche los profesionales tendrán que bajar la luz del control de enfermería y disminuir el volumen de los timbres de llamada de los pacientes. Entre las diez y las once harán la última ronda para valorar el paciente y su dolor, verificar que han cumplido las normas nocturnas, mantener las luces apagadas y cerrar la puerta. Si los sanitarios tienen que entrar en las habitaciones por la noche lo harán con una linterna que ya se los ha entregado.