“Las batas blancas decimos ya basta”. Las enfermeras y el personal sanitario y administrativo se han sublevado ante el III Acuerdo del Instituto Catalán de la Salud, el tercer convenio de la historia del ICS, que se logró a finales de noviembre. Este pacto revisaba el convenio vigente durante los últimos diecisiete años, que estaba “anticuado” y había que actualizarlo. En este punto coinciden tanto las enfermeras y sanitarios sublevados como los cuatro grandes sindicatos que firmaron el acuerdo con el Departamento de Salud, CCOO, UGT, Médicos de Cataluña y Satse. En lo que divergen es en la validez del acuerdo, que los huelguistas tildan de “desprecio” a sus colectivos: se consideran perjudicados por un pacto que, según ellos, favorece principalmente los médicos y no el resto del sector sanitario.
Como medida de presión para que se amplíe este acuerdo o se modifique la parte que les afecta, La Intersindical, la CGT, Som, Som Intersindical –no están en la mesa de negociación con Salud– y CATAC han convocado dos jornadas de huelga los próximos 12 y 13 de diciembre. Por su parte, Enfermeras de Cataluña ha convocado una huelga indefinida a partir del día 12 y promete ser el sindicato más combativo ante el “agravio” que ven en el acuerdo.
Mònica Meroño, portavoz de la sección de Sanidad de La Intersindical, asegura que el acuerdo ha provocado mucho enojo entre el personal y advierte que las movilizaciones serán masivas. “No estamos de acuerdo con las nuevas condiciones porque benefician solo unos colectivos y profesiones, principalmente a los médicos, y el resto se obvian”, denuncia. Según Meroño, los médicos se podrán beneficiar de un aumento de hasta 15.000 euros anuales, mientras que el personal administrativo se quedará con un incremento de 131 euros. “Entendemos que una misma empresa tiene que tener las mismas condiciones para todos los trabajadores. Si a los médicos les suben un porcentaje del sueldo, al resto de profesiones, que son indispensables, el porcentaje de incremento tiene que ser el mismo”, razona.

Meroño insiste que les alegra la subida de salario a los médicos y no tienen nada contra este colectivo, porque los representan a todos, pero asegura que sin el resto de profesiones “el sistema no funciona” y tendrían que recibir el mismo trato. “Tal como ha quedado ahora es un desprecio”, añade. Recuerda que el anterior convenio ha estado vigente 17 años: “Imagínate estar ahora 17 años más con estos agravios”.
“Hemos dicho basta y vamos en serio”
Uno de los colectivos en huelga que más preocupa es el de las enfermeras. El sindicado Infermeres de Catalunya ha llamado a una huelga indefinida a partir del 12 de diciembre, el próximo martes, cosa que podría provocar el caos en el sistema. Una de las portavoces de este sindicato, que no quiere dar su nombre para evitar “represalias”, asegura que esta vez han dicho “basta” y que “es de verdad”. “Estamos muy organizadas y haremos una huelga indefinida en todas las instituciones, hasta que quieran hablar con nosotros, porque esta vez ya basta», ha dicho.
“Esperamos una movilización masiva porque estamos en todos los centros del país. Las batas blancas estarán en la calle hasta que nos escuchen y se adopten los acuerdos que nos merecemos”, asegura esta enfermera, en conversación con El Món después de un encuentro con partidos en el Parlamento.
Asegura que a las enfermeras les parece bien que salga adelante el contenido del tercer acuerdo, pero siempre que se amplíe para su colectivo y se adapte a sus reclamaciones. “Hace años que hacemos cosas en el trabajo que no nos corresponden y que hemos asumido competencias que inicialmente no eran nuestras, pero esto tiene que estar reconocido”, razona. Piden, por ejemplo, un salario en consonancia con el tipo de grupo al cual pertenecen, el A1, y jubilarse a 60 años. Esto, pero, lo tiene que decidir el Ministerio de Sanidad y no la Generalitat, un hecho que los sindicatos que han firmado el acuerdo señalan con vehemencia.
“Una barbaridad y un insulto”
La CGT es otro de los sindicatos que se han sumado a la convocatoria de huelga para reclamar la regularización de los salarios. “Las subidas que supone este acuerdo son ridículas para muchos colectivos, sobre todo teniendo en cuenta el aumento del nivel de vida de los últimos años”, asegura Maribel Ramírez, delegada de CGT en el Hospital de Bellvitge. Reclama la reversión de los recortes del 2008, llegar a las 35 horas semanales –en Europa ya se está debatiendo sobre una jornada de 30 horas– y garantizar la conciliación familiar. “Pedimos una subida de sueldo lineal y real para todos, porque hay colectivos, como el de mantenimiento o el de cocina, a los que no les han subido nada. Es una barbaridad y un insulto”, remacha.
Ramírez lamenta la estrategia del Departamento de Salud, que a su parecer ha empezado “una guerra entre colectivos” para que no se hable del hecho de que se ha perdido el 50% de poder adquisitivo en los últimos diez años. “Es el momento de decir basta”, avisa.
Además, carga contra los sindicatos que han firmado el pacto para “mantener un estatus de poder”. “Creían que dando migajas a los médicos nos quedaríamos parados y han firmado deprisa después de las elecciones sindicales”, razona. Añade que, además, todo ha coincidido con el puente de diciembre y la proximidad de Navidad “para que cueste más organizarse”. “Son tácticas propias de una empresa y no de la administración pública”, concluye. El Món ha contactado con la consellería de Salud para que pudiera dar su versión sobre esta cuestión y no ha recibido respuesta.
Los sindicatos firmantes se defienden: «Que no les engañen»
La portavoz de sanidad de la UGT, Anna López, defiende el acuerdo ante estas críticas y de las próximas movilizaciones. “Lo que dice Infermeres de Catalunya es mentira, porque no saben ni lo que piden. Exigen cosas que solo puede pactar el gobierno español, como la jubilación o el paso del A2 al A1”, carga. Pide a los sindicatos convocantes de la huelga que “no engañen” al personal de los centros sanitarios y que paren “la guerra contra los médicos”.
“Los médicos tienen un incremento tan grande porque hacen muchas más horas que cualquier trabajador del ICS y muchas más guardias. Hasta ahora hacían guardias a un precio mucho más bajo que en la privada, y para retenerlos hemos subido el salario”, explica la responsable de UGT. Asegura que con las enfermeras ha pasado lo mismo, pero que ellas no hacen tantas guardias.
“Nosotros ya propusimos que si a un médico se le sube un 10% el salario se subiera en proporción un 45% a un administrativo, pero Salud no lo aceptó”, explica. Añade que tenían que seguir adelante y “aprovechar los 320 millones y las medidas positivas que ofrecían ahora” para continuar después negociando el resto. “No podíamos seguir con un convenio de hace 17 años. ¿Qué teníamos que hacer, quedarnos igual o negociar y obtener algo?”, recalca López.
“Si vendes a la gente una cosa que es mentira, a veces la compran, pero la huelga no provocará ningún cambio porque ni siquiera están presentes en las mesas negociadoras. La única repercusión que tendrá es para los pacientes”, advierte.
Un “caldo de cultivo” aprovechado por los sindicatos
Por su parte, CCOO insiste en que no quiere opinar de movilizaciones ajenas, pero defiende el acuerdo firmado. La portavoz de la Federación de Sanidad de CCOO, Mariàngels Rodríguez, asegura que el acuerdo “mejora las tablas retributivas anticuadas y las condiciones laborales”. “No hay una sola categoría sin incremento retributivo gracias al acuerdo”, insiste.
Cree que la guerra entre colectivos la ha originado el Departamento de Salud: “El consejero anunció el complemento para los médicos y todo el mundo se ha quedado con esa foto”. “Se ha empezado a crear un caldo de cultivo que los sindicatos han aprovechado para buscar algún tipo de rédito”, apunta. Rodríguez concluye que el tercer acuerdo “es un punto de partida” y no “un punto final”.