El verano es el punto más «crítico» del año en cuanto al uso de los teléfonos móviles por parte de los niños y adolescentes. Así lo alerta la jefa de intervención en drogodependencias del Centro SPOTT de la Diputación de Barcelona, Gemma Garcia, en una entrevista a la Agencia Catalana de Noticias (ACN), en la cual alerta que las familias deben mantener la supervisión habitual sobre el uso de las pantallas. En este sentido, Garcia también apunta que, más allá de mantener la supervisión, las familias deben «potenciar» actividades alternativas a los teléfonos como hacer deporte al aire libre. La jefa de intervención en drogodependencias advierte en esta misma entrevista que la adolescencia es uno de los momentos más críticos en cuanto al riesgo de adicción a los teléfonos móviles. De hecho, de las 235 personas atendidas en 2024 en el Centro SPOTT, que aborda la prevención y atención a adolescentes y jóvenes en conductas adictivas, un 36% son por adicción a las pantallas, con una media de edad alrededor de los 14-15 años.

La experta apunta que la adolescencia es una etapa más convulsa en cuanto a la adicción a las pantallas porque es una época del crecimiento «más exploratoria», en la cual una de las prioridades es «buscar relaciones sociales»: «Es una etapa en la que toda el área frontal es el área que aún no se ha desarrollado del todo y que, justamente, es la que controla las funciones ejecutivas, que son las que nos ayudan a planificar, organizar y tomar decisiones. Toda esta madurez hace que puedan tener más conductas de riesgo», subraya la jefa de intervención en drogodependencias. Un conjunto de casuísticas que se acentúan, aún más, durante el verano. En este sentido, la experta alerta que estos meses del año pueden ser «críticos» porque «se pierden los hábitos y las rutinas», lo cual favorece que los niños y adolescentes tengan más tiempo libre.

Imagen de personas que miran el teléfono móvil / Europa Press

Los síntomas de adicción

La experta avisa que se puede considerar que un niño o un adolescente tiene una adicción al teléfono móvil cuando el uso de las pantallas hace que modifique su manera de vivir el día a día. Es decir, en el momento en que deja de tener un componente «lúdico» o recreativo a uno que «dificulta la vida». En el momento en que se detectan estas señales, la experta considera que las familias ya deben estar alertas. Entre las conductas que pueden indicar que hay una adicción a las pantallas, según Garcia, destaca que el niño o el adolescente se aísle, mienta sobre cuántas horas pasa conectado, desequilibrios en el sueño, descontrol con las comidas o querer hacerlas frente a las pantallas o que actividades que antes les eran gratificantes dejen de serlo. En esta línea, de la misma manera que ocurre con la adicción a otras sustancias o actividades, el uso excesivo del teléfono móvil, según la especialista, también puede provocar «síndrome de abstinencia».

Aunque la adicción afecta tanto a chicos como a chicas, la jefa de intervención en drogodependencias del SPOTT apunta que hay diferencias «importantes» entre chicos y chicas. Por un lado, los chicos tienen relaciones más problemáticas con los videojuegos y apuestas en línea, mientras que en el caso de las chicas es con las redes sociales y el entretenimiento. En este sentido, también hay diferencias en cuanto a los síntomas: los chicos tienden a tener conductas más externas, como por ejemplo la violencia, mientras las chicas son más internas, relacionadas especialmente con el estado emocional. Para paliar los efectos de una posible dependencia a las pantallas, la experta aconseja fomentar la prevención para evitar situaciones de riesgo entre los niños y adolescentes.

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