Los cazadores catalanes han dado este sábado el pistoletazo de salida a un plan piloto que tiene por objetivo revalorar la carne de caza y promocionar el consumo. La iniciativa forma parte del plan de choque impulsado desde el Departamento de Acción Climática de la Generalitat y pretende evaluar los costes de los circuitos cárnicos y sanitarios de estos vareos para optimizarlos y evitar que se perpetúe la situación actual, donde la mitad de la carne cazada no llega a la comercialización.
La primera acción de este planeamiento ha sido la celebración hoy de una cacería solidaria en Vilabella (Alt Camp), donde todos los animales cazados se han destinado a personas desfavorecidas de la asociación Ginesta. El Gobierno se ha hecho cargo de los costes de evaluación sanitaria y conservación de la carne para poder estudiar como gestionar futuras batidas. Según los cálculos del Govern recogidos por la ACN, durante el año pasado se cazaron 66.000 ejemplares de jabalíes en todo Cataluña, el que representa 2.000 toneladas de carne, de la cual solo la mitad se comercializó. El resto se dividió entre consumo propio de los cazadores y descartes.
En marcha un nuevo decreto de caza
El objetivo principal de este plan piloto de la Generalitat es incentivar la comercialización y el consumo de la carne de caza entre la población. En el caso concreto de este tipo de batidas se suma un carácter social, puesto que la carne que se obtiene se destina a asociaciones que trabajan con personas desfavorecidas. Paralelamente, desde Acción Climática se trabaja en un nuevo decreto de caza con que se espera facilitar el proceso que rodea a las batidas en un contexto de crisis cinegética como el actual, donde hay una sobrepoblación de cerdos jabalíes y corzos que es necesaria controlar.