La primavera ya ha hecho acto de presencia. Después de uno de los inviernos más calurosos y con menos precipitaciones de las últimas décadas, el tiempo de las flores vuelve a casa nuestra y todo hace pensar que lo hará acompañado de lluvias que serán más que bienvenidos dada la situación de emergencia por sequía que vive buena parte del territorio catalán.
El primer aviso para navegantes de las precipitaciones que pueden tener lugar a lo largo del fin de semana se producirá este mismo viernes, cuando las primeras lluvias se dejarán ver en algunos puntos del extremo norte del Pirineo. En el resto del territorio catalán, sin embargo, la previsión es que las temperaturas se ensarten hasta lograr cotas prácticamente estivales que en algunas zonas del valle del Ebro y de la Depresión Central podrían superar los 28 grados de máxima.
La situación empezará a cambiar de cara al sábado. Según la información facilitada por el Servicio Catalán de Meteorología (Meteocat), la previsión es que la inestabilidad aumente a partir del mediodía, cuando se podrían registrar las primeras lluvias en puntos del Pirineo y de las comarcas de Girona. El sector más occidental del país, sin embargo, disfrutará con toda probabilidad de un sábado soleado, mientras que en el resto del territorio predominarán las franjas de nubes que se irán alternando con el sol.
La llegada de la gran perturbación
Esta tendencia seguirá de cara a domingo, cuando las nubes cada vez serán más protagonistas del cielo catalán, pero todavía dejarán ver el sol en varios puntos del territorio. Las previsiones de las autoridades indican que esta será la antesala de la llegada de la grande perturbación, que tendrá lugar lunes y que con toda probabilidad dejará precipitaciones en toda Cataluña, hecho que contribuirá a una normalización de las temperaturas, que recuperarán registros más propios de esta época del año, dejando a un lado este ambiente estival que ha imperado estos últimos días de la semana.