Cataluña está a punto de entrar en fase de emergencia por sequía, un hecho que el Gobierno calificó de «casi imposible» de evitar. Es por eso que ahora uno de los colectivos que se verá afectado será el de los centros deportivos, que verán su uso del agua restringido, eso sí, en tres fases diferentes. Betevé ha avanzado la noticia de las restricciones que sufrirán estas instalaciones y El Món lo ha podido confirmar.

Las partes implicadas se han reunido para explicar las tres fases
En una conversación con El Món, Iolanda Latorre, gerente del ADECAFF -la patronal de la actividad física y del fitness-, ha confirmado la reunión entre la secretaria general del Deporte, Anna Caula, el director de la Agencia Catalana del Agua, Samuel Reyes, el departamento de Acción Climática y las partes implicadas, reunión en la cual se ha expuesto la futura aplicación de restricciones por sequía una vez Cataluña decrete el estado de emergencia, unas restricciones que llegarán en tres fases según la gravedad de la situación que atraviese el territorio catalán.
La primera de estas fases llegará una vez se decrete el estado de emergencia por sequía, y esto implicará que no se podrán regar los campos con agua de boca y el agua de las piscinas se tendrá que renovar compensando el consumo total de las instalaciones, y como dice Latorre, esto implica que «si se renuevan las piscinas con un volumen se tiene que sacar de otro lado».
La segunda fase hará que no se pueda regar ni tampoco renovar el agua de las piscinas si se mantienen abiertas las duchas, es decir, sí que se podrá regar y renovar el agua de las piscinas a cambio de cerrar las duchas. Y, finalmente, la tercera fase implicará el cierre total del servicio de duchas, una medida que la gerente del ADECAFF señala que «al final trasladas el consumo de un lugar al otro».

Satisfacción parcial
Iolanda Latorre ha querido poner en valor el papel de Anna Caula, a quien ha agradecido que «haya defendido nuestros intereses y que no se entre de golpe en fase restrictiva». La satisfacción de Latorre es parcial, puesto que dice que los equipamientos deportivos no son «un gran consumidor de agua» y que son «conscientes» de la situación. Ha añadido que están «satisfechos» por la reunión entre las partes implicadas, pero destaca que «las decisiones ya estaban tomadas» y que «no podemos quejarnos, enviar escritos, y que nos hagan caso, pero nos apliquen las mismas restricciones», ha lamentado.