Cataluña vive unas horas especialmente tensas y graves en el oeste del país. Esta parte del territorio (concretamente Torrefeta i Florejacs, en la Segarra, Oliola, en la Noguera, y Agramunt, en el Alt Urgell) es el punto neurálgico de una de las primeras grandes crisis a escala forestal y de incendios de este 2025, ya que el fuego que comenzó ayer ha afectado unas 6.500 hectáreas. De hecho, la potencia, violencia y extensión del fenómeno –que se ha cobrado dos víctimas mortales– ha hecho que los Bomberos lo cataloguen como un incendio de sexta generación.
Los Bomberos aseguran que la evolución del fuego fue positiva durante la noche, pero las previsiones llevaban esta mañana a temer un rebrote que complicara las tareas de extinción por las altas temperaturas y las eventuales ráfagas de viento. En total los Bomberos han trabajado en un perímetro de 6.500 hectáreas y unos 40 kilómetros de longitud.
#bomberscat hem treballat durant tota la nit per acabar de definir el perímetre de l’incendi de Torrefeta i Florejacs. Durant el matí treballarem 35 dotacions repartides en unes 6.500 hectàrees, uns 40km de longitud del perímetre
— Bombers (@bomberscat) July 2, 2025
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¿Qué son los incendios de sexta generación?
Los incendios de sexta generación son aquellos que tienen la capacidad de modificar las condiciones meteorológicas de su entorno gracias a la violencia, potencia y la cantidad de energía que desprenden. Este tipo de fuegos, además, son especialmente complicados, ya que son muy rápidos y agresivos, con llamas que avanzan a una velocidad superior a los 6 km/h, que es la velocidad habitual, y pueden multiplicar por 12 la rapidez de las llamas de un incendio normal. Además, este tipo de incendio se caracteriza por los cambios de dirección y las aceleraciones totalmente repentinas, y se producen incluso fenómenos como remolinos o tormentas de fuego, un cóctel especialmente peligroso para la población y para los servicios de extinción.
De hecho, las características de este tipo de incendio, según cuál sea su comportamiento, puede hacer que no se le pueda atacar desde el aire con hidroaviones y helicópteros. Los incendios de sexta generación son un cóctel muy peligroso que puede devastar una gran extensión de tierra y que puede causar daños humanos y materiales irreparables.
En el caso del incendio de Torrefeta i Florejacs, las llamas de este han llegado a alcanzar una velocidad punta de 28 kilómetros por hora, una cifra que convierte esta velocidad de las llamas en una de las más altas registradas en toda Europa. Además, los vientos que ha generado el incendio han alcanzado hasta los 120 kilómetros por hora y el pirocúmulo –una nube de humo y cenizas a alta temperatura muy común en incendios violentos y erupciones volcánicas– ha llegado a ascender hasta los 14.000 metros.
L’#IVTorrefeta ja està estabilitzat, però els @bomberscat hi continuen treballant.
— Generalitat de Catalunya (@gencat) July 2, 2025
⚠️ Ha estat un incendi de característiques molt violentes i imprevisibles, amb puntes de velocitat de 28 km/h, una de les més altes registrades mai a Europa. pic.twitter.com/LqbhXiKp66
Poniente, tierra propicia para el fuego
Desde hace semanas en las Tierras del Ebro y en Poniente las temperaturas han ido subiendo sin parar, rompiendo récords y llegando a registrar los 42,9 grados en Vinebre. Una situación que unida a las características de esta zona del país -mucha tierra agrícola y forestal- es perfecta para la propagación de incendios cuando se ha acabado el junio más cálido jamás registrado en Cataluña.