«Nosotros estamos bien, pero aquí huele horrible». Esta es la sensación con la que se ha despertado a primera hora de la mañana Claudio Pérez, un vecino de Tortosa de toda la vida. La virulencia de las llamas que consumen el Baix Ebre, iniciado en el municipio de Paüls y que ya ha quemado más de 3.100 hectáreas -según el último balance de los agentes rurales-, ha dejado a todos los vecinos de la comarca con el corazón en un puño. Desde Tortosa, según detalla en conversación con El Món Claudio Pérez, se siente un «fuerte olor a quemado»: «No se puede estar», exclama. Los peores momentos del fuerte incendio se han vivido durante la noche, especialmente debido a la gran «incertidumbre» de los vecinos: «Veíamos que cada vez se acercaba más el fuego, pero no teníamos mucha información. La noche ha sido lo peor, sin duda. Tengo amigos de Paüls y de Alfara que están muy asustados», relata, compungido, el vecino tortosino, que se muestra muy preocupado por el devastador impacto que tendrá este gran incendio. Uno de los más grandes que recuerdan en las Tierras del Ebro.

Uno de los momentos de máxima tensión se ha producido cuando las llamas han superado el río Ebro, uno de los grandes cortafuegos de la zona. A pesar de que las llamas en ningún momento han llegado a Tortosa, ya que la vegetación que todavía arde está relativamente alejada de la capital de la comarca, los vecinos del municipio han pasado una noche muy dura por miedo a que el fuego continuara descontrolándose: «Nosotros pensábamos que porque tenemos el río en medio estaríamos más seguros, pero cuando vimos que lo había saltado, nos asustamos mucho», admite Claudio Pérez. En detalle, hacia las tres y cuarto de la madrugada el fuego ha saltado el Ebro y se ha originado un pequeño incendio secundario en el término de Tivenys. La rápida actuación de los bomberos, sin embargo, ha podido controlar este foco secundario y las llamas no se han extendido al otro lado de la ribera del Ebro. Ahora, desde Tortosa se mantienen a la espera de nuevas directrices y siguen alerta a la espera de la actuación de los cuerpos de extinción de incendios del país: «Pedimos prudencia y que la ciudadanía siga todas las instrucciones de Bomberos, Mossos y la Policía Local», ha insistido esta misma mañana el alcalde tortosino, Jordi Jordan.

Imagen general del incendio de Paüls (Baix Ebre) que ya ha afectado más de 2.900 hectáreas / ACN

Los vecinos del Baix Ebre se atrincheran contra las llamas

Según las últimas informaciones facilitadas por el cuerpo de Bomberos de la Generalitat, el fuego ha obligado a confinar a unas 18.000 personas en Xerta, Paüls, Alfara de Carles, Aldover, Jesús, Roquetes, Bitem, Tivenys y el barrio de los Reguers de Tortosa. Los servicios de emergencia también han evacuado casas rurales en Xerta y Alfara de Carles y a una persona en la urbanización el Toscar de Alfara de Carles. El resto de vecinos, unos 50, se había marchado antes. La «impotencia» e «incertidumbre» que describe el vecino de Tortosa que se ha vivido a lo largo de la noche -y que, a estas horas, continúa- también la comparte la alcaldesa de Aldover, Rosalia Pegueroles, uno de los puntos más afectados por la virulencia de las llamas: «Cuando ves las llamas quieres irte, por mucho que los Bomberos digan que no te debes mover», ha admitido la alcaldesa del municipio, que recomienda a la población quedarse en casa y seguir todas las instrucciones de las autoridades. El miedo es real.

En Paüls, los vecinos del pueblo se han levantado asediados por las llamas. En el pueblo se cumple estrictamente el confinamiento. Las calles están vacías y solo se mueven los miembros de la ADF y los trabajadores municipales, concentrados en tener a todos controlados y fuera de peligro, y pendientes de las órdenes y peticiones que les puedan hacer los cuerpos de extinción. El viento ha sido uno de los principales factores que han jugado una mala pasada, ya que las ráfagas de hasta noventa kilómetros por hora han dificultado excesivamente la tarea de los equipos de Bomberos del país. En estos momentos, las condiciones de viento son más favorables que las que se han vivido a lo largo de la noche, pero el incendio aún parece lejos de controlarse: «Si no lo controlamos, esta tarde podemos vivir situaciones complicadas aquí en el municipio y en el municipio de Alfara», lamenta el alcalde de Paüls, Enric Adell. En el Baix Ebre la incertidumbre se ha apoderado de la comarca. «Esperamos que se controle pronto y que no haya víctimas», ruega el vecino de Tortosa. El fuego ha detenido la vida en las Tierras del Ebro y, hasta que no se logre controlar y extinguir, el miedo y la angustia se convertirán en el pan de cada día.

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