La Red de Familias por el Catalán, formada por padres y madres que se organizaron a raíz de las decisiones del TSJC y del TC contra la escuela catalana «asustados» por lo que estaba sucediendo con el modelo de inmersión lingüística, ha elaborado una propuesta para hacer frente a una eventual sentencia «dura» del Tribunal Constitucional contra la escuela catalana. La entidad argumenta que, en respuesta a la sentencia que se debe emitir –previsiblemente de manera inminente– sobre la ley y el decreto de 2022, es necesario anticiparse y prepararse para «ir más allá de la mera defensa del modelo escolar actual, porque este modelo tampoco funciona». La propuesta va en la dirección de instar a los claustros a considerar formalmente el catalán como la «lengua de socialización de la escuela» y crear una plataforma independiente para articular los centros. Albert Vidal, portavoz de la entidad, explica a El Món que el documento se ha construido a partir del contacto de la entidad con los centros educativos y ha contado con el asesoramiento de abogados y lingüistas. «Es una propuesta que tiene rigor y tiene supervisión jurídica» y todo lo que hace referencia a las cuestiones lingüísticas también tiene «supervisión y tiene el visto bueno» de una asesora. «No es una simple opinión lo que damos, está fundamentada», sentencia.
Así, Vidal cuestiona el discurso de Som Escola, porque dice que la inmersión es un modelo de éxito. «No es una mala estrategia, pero creemos que no es un modelo de éxito porque ha habido un cambio en el perfil demográfico de los niños. Lo que servía hace unos años no es suficiente en la actualidad», sentencia. Además, la propuesta remarca que la ley, desde el punto de vista de la regulación lingüística, «gana ambigüedad cuanto más informales son las interacciones en la escuela», donde se producen muchas situaciones informales como el patio, colas, comedores, etc. y que representan el «grosor del proceso de socialización entre alumnos». En este sentido, subraya que lengua y socialización van «intrínsecamente» ligadas y lamenta que la ley «no concreta» nada sobre qué lengua debe emplearse en este ámbito.
La propuesta surge de la tesis de que la escuela catalana, hoy, es una herramienta que «acelera el proceso de sustitución lingüística: enseña catalán, ciertamente, pero sobre todo socializa en castellano», una situación que relega el catalán, como la lengua vehicular, a un «aprendizaje teórico y cosificado, como si se tratara de una lengua extranjera más». Por eso, defiende que se debe ir más allá del modelo de escuela y crear una que «sobre todo» proponga «socializar en catalán». Por otro lado, en referencia al término «lengua curricular», que concreta la ley de 2022, para referirse al castellano, queda «más circunscrito» al ámbito de los aprendizajes académicos y formales. Por tanto, la conclusión a la que llega Red de Familias por el Catalán es que vehicular y curricular «eluden la regulación lingüística en una parte importante de las interacciones que intervienen en el proceso de socialización».

¿Qué puede decidir el TC?
La propuesta se ha elaborado sin que el TC se haya pronunciado sobre la constitucionalidad de la ley y el decreto de 2022 y contempla diferentes escenarios. Uno es que haya una sentencia «dura» que ponga en jaque el actual marco legal catalán en materia de educación. En este caso, la entidad advierte que «podría elevar el estatus del castellano al de lengua vehicular, y así formalizaría lo que ya se da en la práctica, le daría más fuerza legal y seguramente más presencia académica». El otro escenario es que la decisión del Constitucional sea «suave», enmendando parcialmente la ley, y recortando «poco» la preeminencia legal del catalán, y podría mantener el castellano como «lengua curricular», en la línea que ya define la norma. Con todo, la entidad considera que en cualquiera de los dos casos la sentencia afectará «la dimensión formal de la actividad escolar, y no tanto la dimensión informal».
En cualquiera de los dos casos, Albert Vidal cree que el ámbito formal, si va en la línea que pide el TSJC, de alguna manera «forzará más docencia en castellano». Por ejemplo, una posibilidad que pone sobre la mesa es que se deba incluir una asignatura más en castellano. Como acción compensatoria, la entidad propone que en ámbitos informales como el patio o el comedor que quedarían en un «terreno legalmente poco definido» y es donde la entidad cree que se debe actuar porque «tenemos mucho que ganar». «Proponen que se haga inmersión bien hecha en todos los ámbitos informales de la escuela como el recreo, las interacciones en el comedor, etc. porque hay un amplio espacio por recorrer, ya que está muy poco regulado lingüísticamente». «En este ámbito, que sepamos, no se ha preparado hasta ahora ninguna respuesta», lamenta la Red de Familias por el Catalán.
En las próximas semanas saldrá la sentencia del Tribunal Constitucional español contra la escuela catalana. ¿Cómo tendremos que responder?
— Xafa.cat – Familias por el catalán (@FamiliesxCatala) January 25, 2025
Aquí tenéis nuestra propuesta, que va más allá de la mera defensa del modelo actual. https://t.co/6aYSxkqUQW
Una iniciativa coordinada por una Red de Centros Inmersivos
El portavoz de la Xafa admite que actualmente no hay suficientes directores y docentes motivados en Cataluña para poder considerar formalmente el catalán como la lengua de socialización en todas las escuelas, pero cree que se podría empezar a hacer en algunos centros de Cataluña de «forma coordinada y a conciencia». «Se trataría de escuelas que, motivadas por el golpe de la sentencia del TC y la necesidad de establecer medidas compensatorias para proteger el catalán, habrían tomado la decisión de iniciar un proceso de transición hacia un nuevo modelo lingüístico de escuela, donde el catalán sería considerado la lengua propia de socialización entre el alumnado«, resume la propuesta. Pero la propuesta advierte que la respuesta no solo debe recaer en los centros, y propone la creación de una Red de Centros Inmersivos, que sería una plataforma independiente, formada por entidades y expertos, que asesoraría a los centros interesados en fijar el catalán como lengua de socialización y que tendría la función de vincular los centros y articularlos en red.
La aspiración de la entidad es que inicialmente haya un centenar de centros que, impulsados por el impacto de la sentencia, «se dispongan temporalmente a asumir cambios compensatorios en favor del catalán, y se avengan a la propuesta» y con el tiempo tejer una red de escuelas plenamente inmersivas, que tendrían por objetivo ser espacios lingüísticos seguros donde la socialización de los alumnos sería en catalán. Aun así, Albert Vidal deja claro que la propuesta está actualmente sujeta a debate y pide la implicación de otras entidades de un «cierto volumen» porque ellos no tienen suficiente fuerza para llevarla adelante. «Hay entidades que apoyan a Som Escola que tienen más margen de maniobra para crear un nuevo marco», concluye ante una situación actual donde «nadie pone orden» y muchos centros incumplen el modelo actual de inmersión lingüística.