El servicio de defensa de los derechos lingüísticos de Plataforma per la Llengua recibió 2.902 quejas en 2024, casi un 25% más que en el año anterior. Es decir, a lo largo de 2024 se registraron 574 quejas más que el año anterior. Esta es la principal conclusión que se desprende del Informe de quejas lingüísticas de 2024, que analiza toda la información recogida por la entidad durante los 365 días del año. Desglosando los datos del informe, la mayor parte de las quejas se han producido en compañías o entidades del sector privado -un 67%, concretamente. El resto, sin embargo, son del sector público. Dentro de este conjunto, las administraciones autonómicas son las que generan más quejas. En 2024, representaron el 42%, respecto al 24,7% de la administración estatal y el 22,8% de la local. En este sentido, el sector sanitario es el que representa el mayor número de quejas -un 39,9%.
A diferencia del sector público, donde los servicios sanitarios se han llevado la mayor parte de las quejas, en el ámbito privado, la hostelería y la restauración son el sector económico que genera más quejas año tras año. Concretamente, en 2024, estos dos sectores concentraron el 24,6% de las quejas registradas. Los datos recogidos por el informe de Plataforma per la Llengua también detallan que la mayoría de quejas que se producen son en la atención oral y, en segundo lugar, en la rotulación de establecimientos. En detalle, las quejas orales -que cada año son las más representadas- supusieron el 32,4% en 2024. En esta línea, el segundo ámbito en importancia fue el de los carteles, la rotulación y la información expuesta al público, con el 21,7%, y el tercero el de los sitios web y los servicios en línea, con el 10,8%. El informe también destaca que cada año los hombres producen alrededor de seis de cada diez quejas.

«Un reflejo de la minorización del catalán»
Para Plataforma per la Llengua, esta avalancha de quejas, que continúa incrementándose desde que se contabilizan -un crecimiento del 600% desde 2016, momento en que se comenzó a elaborar el informe-, es un «reflejo de la situación de minorización que sufre el catalán»: «Son el producto del malestar de unos hablantes que encuentran dificultades para utilizar su idioma con normalidad con la administración, en los servicios públicos, en el comercio o en la vida social», defienden desde la ONG del catalán, que atribuyen, de raíz, esta situación a la «ideología discriminatoria» del Estado español.