Los educadores sociales alertan que el sistema de protección a la infancia catalán está “obsoleto” y reclaman que la Generalitat priorice la atención de los menores dentro de las familias en el proceso de “refundación” de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) que prepara. El caso de la niña tutelada de 12 años que fue violada en repetidas ocasiones y obligada a prostituirse durante un año y medio ha puesto el foco en un organismo opaco que durante años ha podido operar sin prácticamente supervisión. Hace meses que la Oficina Antifraude y la Sindicatura de Cuentas investigan “irregularidades graves” en el sistema de contratación de la DGAIA y ahora el revuelo causado por el juicio al electricista que se aprovechó de la menor ha hecho saltar todas las alarmas por la falla general de los mecanismos de detección y prevención del organismo.
El presidente del Colegio de Educadores Sociales de Cataluña, Marc Queralt, asegura en una entrevista a la Agencia Catalana de Noticias (ACN) que hay mucho “margen de crecimiento” para impulsar la atención dentro de las familias y en las guarderías y relegar los centros de menores a “el último recurso”. En cuanto al caso de la niña tutelada en Hospitalet, Queralt considera que “son cosas que no acaban sorprendiendo a nadie” porque no es la primera vez que ocurre y todos los educadores conocen algún caso. “Cuando te explican esto, todos, o mucha gente que ha trabajado allí, dice que no les sorprende que pasen estas cosas. De hecho, si miramos hacia atrás en el tiempo, ya ha pasado, ha habido más casos”.
Las “partes oscuras” de las entidades
Uno de los problemas que afecta al tercer sector y que, en parte, ayuda a explicar todos los errores cometidos con la menor violada, es que hay “mucha rotación de personal” que trabaja en condiciones “precarias”, lo cual “dificulta poder hacer un seguimiento educativo” de los niños. “Al final estos niños necesitan mucha atención y lo que necesitan es que estés con ellos. Da igual si estás merendando, si estás viendo la tele o si estás yendo a una actividad extraescolar. Necesitan este afecto, este calor y este acompañamiento”.

El presidente del Colegio de Educadores Sociales de Cataluña denuncia la falta de “liderazgo político” en el sistema de protección a la infancia y ha criticado el papel de las entidades del tercer sector. Según Queralt, han aprovechado el vacío de acción de la Generalitat para apropiarse de la atención a los menores y avisa que hay “partes oscuras” que se deben revisar. “Por incomparecencia o por incompetencia de anteriores gobiernos, al final el liderazgo lo han acabado asumiendo estas entidades”, explica. El presidente del Colegio de Educadores Sociales dice que “cuesta mucho entender” que muchas entidades se quejen de que “no hay suficientes recursos para mejorar las condiciones laborales y estabilizar a los profesionales” y luego “cierren ejercicios” con “remanentes, que a veces pueden llegar a ser millonarios”, que pasan a “fondos propios”.
La reforma de la DGAIA, necesaria
La consejera de Derechos Sociales, Mónica Martínez Bravo, anunció este martes que el departamento ultima el plan de “refundación” y “transformación integral” de la DGAIA, que se presentará la semana que viene. “Este plan no puede esperar ni un día más”, dijo Martínez Bravo, quien adelantó que se hará pivotar la organización hacia la prevención de los maltratos y abusos a los menores, pero también hacia un trabajo más “intenso” con las familias, tal como piden los educadores sociales. Queralt asegura que desde el Colegio de Educadores Sociales están satisfechos con el “dibujo” que les ha planteado la Generalitat, pero avisa que no sería la primera vez que un gran anuncio no se ejecuta. “Cuando anuncian cosas hay una parte de esperanza e ilusión, pero lo trasladamos diciendo ‘nos gusta lo que oímos, pero lo decimos con la boca pequeña porque ya hemos tenido muchas decepciones’”, ha admitido. Los educadores sociales quieren que la revisión del sistema de protección a la infancia suponga reducir plazas, revisar protocolos y avanzar en la estabilización de los profesionales.