La consejera de Educación, Anna Simó, se hace fuerte ante las críticas que ha recibido de la Asociación Federada de Familias de Alumnas de Cataluña (aFFaC) a raíz de la carta que envió a todas las familias pidiendo su «apoyo» para mejorar la enseñanza. La responsable de la cartera asegura que no tiene que «rectificar nada» y mantiene la necesidad de «confiar» en la tarea de los docentes y la demanda de más «implicación» por parte de las familias: «Reitero el contenido de la carta», ha afirmado la consejera este viernes a ‘Els Matins de TV3’. Simó aguanta la presión de la aFFaC y reitera la importancia de la misiva, puesto que considera que era fundamental dirigirse directamente a los padres y madres de los alumnos después de la estocada de los males resultados de las pruebas PISA.
Ante las acusaciones de «descargar» las responsabilidades de la consejería a las familias, Simó niega rotundamente que esta sea su intención: «Todo el mundo tiene que asumir su responsabilidad», asevera a consejera, que mantiene la posición de su departamento. En esta misma entrevista, Simó ha vuelto a pedir «confianza» en el sistema educativo y ha puesto especial énfasis al hacer piña para revertir los resultados: «Las escuelas no pueden hacerlo solas, las familias forman parte de la comunidad educativa y la responsabilidad de la crianza es compartida», sentencia. La consejera también se ha referido a la carta que Educación enviará en los centros educativos para fijarlos los objetivos que tiene que cumplir cada alumno a final de curso, que ha detallado en una entrevista en ‘El Periódico’. En este sentido, la consejera matiza que la intención es empezar a enviarla a partir de enero «en los centros que consideren que lo necesitan», es decir, que no será una tónica general, sino una herramienta más para mejorar la enseñanza.

El malestar de las familias
Además de la respuesta de la aFFaC de este jueves, y en la misma línea, la Federación de Asociaciones de Padres de Escuelas Libres (FAPEL) dice que han intentado participar en las decisiones educativas de sus hijos reiteradamente, pero consideran que el departamento no los ha “dejado” implicarse más. Es por eso que la entidad propone que “habría que revertir las políticas que han ninguneado la familia, que lo ha desacreditado y, en cierto modo, expulsado de la educación”: “No queremos conflicto, queremos éxitos”, espetan.