La consejera de Educación, Anna Simó, ha empezado este viernes la ronda de contactos con los sindicatos educativos para intentar evitar la vaga anunciada para el 6 de septiembre. Simó ha llegado a la consejería con muchos deberes pendientes y la necesidad de restablecer los puentes con los sindicatos, que están en pie de guerra de después dos años de conflicto con Josep González-Cambray. El primer encuentro ha sido con la USTEC-STEs (IAC), el sindicato mayoritario en el sector y uno de los que ha tenido una actitud más beligerante contra las reformas de Cambray.

La propia USTEC, la Intersindical y la CGT han recibido a la nueva consejera con una nueva huelga para el próximo 6 de septiembre, el primer día del curso, que anunciaron incluso antes de haberse reunido con Simó. El resto de sindicatos han preferido dar una oportunidad a Simó y esperarán que se acabe la ronda de contactos para posicionarse. Los sindicatos reclaman a Educación que acelere la reversión de los recortes. Las líneas rojas de la USTEC para no empezar el curso en las calles son el retorno de los sexenios, la equiparación salarial en la FP y la reducción de dos horas lectivas a los profesores mayores de 55 años.

Dos mujeres con un ataúd con la palabra 'Interinas' durante una manifestación de sindicatos de educación / EP
Dos mujeres con un ataúd con la palabra ‘Interinas’ durante una manifestación de sindicatos de educación / EP

Simó ofrece diálogo, pero avisa que los cambios no se tocan

Simó ha aterrizado en la consejería con voluntad de cambiar las malas relaciones de Educación con los sindicatos, pero también ha advertido que los cambios impulsados por Cambray se tienen que consolidar y no está dispuesta a renegociar el adelanto del inicio del curso o los cambios en el currículum. La consejera ha avisado a los sindicatos que el margen de maniobra que tiene lo marca el presupuesto del departamento y les ha ofrecido trabajar juntos para buscar soluciones en todas sus demandas. “Tenemos que propiciar un diálogo que sume, porque a la educación no le van bien las confrontaciones absurdas”, ha dicho Simó esta semana en el Parlamento.

Los tres sindicatos que han convocado la huelga exigen a Simó que abra “una etapa de diálogo y negociación con la parte social y escuche y se valore a los trabajadores de los centros educativos”. Reclaman una “negociación real” para poner fin a los recortes de 2010. También quieren un plan de estabilización para el personal interino con más de tres años de antigüedad y que no supere el concurso de méritos y las oposiciones de julio.

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