El papel que deben tener los teléfonos móviles y las pantallas entre los adolescentes es uno de los aspectos que provoca más discrepancias entre la comunidad educativa, ya que algunos pedagogos consideran que se debe potenciar su uso educativo, mientras que algunos docentes y familias apuestan por la prohibición como una manera de evitar el abuso. Una vía que también ha adoptado el Departamento de Educación, liderado por la consejera Esther Niubó, que ha optado por prohibir los móviles en las aulas de primaria y secundaria a partir de este mes de septiembre. Según una encuesta internacional elaborada por la consultora Ipsos, y posteriormente desglosada por países, cerca del 70% de los encuestados del estado español también ven con buenos ojos restringir el uso de los móviles en la escuela y los institutos, independientemente de sus usos pedagógicos.

Ahora bien, a escala internacional, la respuesta ya no es tan clara. Un 57% de padres con hijos en la escuela de los treinta países evaluados -desde la India hasta los Estados Unidos- considera que deberían prohibirse, mientras que un 32% se posiciona en contra del veto y el 11% restante se abstiene. En el caso de las personas encuestadas que aún no tienen hijos en edad escolar -o que, simplemente, no tienen hijos-, un 54% se muestra a favor de prohibirlos, mientras que el 30% se posiciona en contra de la prohibición. El 16% restante se abstiene en las respuestas. Es decir, poco más de la mitad de la población internacional evaluada considera que limitar el uso de los teléfonos en la escuela es positivo para los alumnos. En el caso del estado español, sin embargo, el consenso es más amplio: «La mayoría, independientemente de la ideología, apoya aplicar estas medidas restrictivas a la tecnología en las aulas. Esta convergencia representa uno de los pocos puntos de encuentro en materia educativa entre diferentes sensibilidades políticas», apuntan los autores del estudio, que también matizan que, mínimamente, los votantes de formaciones políticas más de derechas prefieren prohibir por encima de los de izquierdas.

La directora general de Innovación, Digitalización y Currículum, Mercè Andreu, y la consejera de Educación y Formación Profesional, Esther Niubó, durante la presentación del Plan de Digitalización Responsable / David Zorrakino (Europa Press)

Extender la prohibición a las redes sociales

De la misma manera que hay una división de opiniones sobre la presencia de los móviles en el aula, el estudio internacional también revela que la mayor parte de los países encuestados consideran que se deberían prohibir las redes sociales a los menores de catorce años. En el caso del estado español, un 82% de la población consultada cree que se debería tomar esta medida. Un porcentaje que no se aleja mucho de las respuestas de otros países europeos como Francia, donde el 85% de las personas encuestadas considera que también se debería prohibir, o Italia, donde la cifra se sitúa en el 83%: «La mayoría de los 30 países apoya la prohibición [de las redes sociales a los menores de catorce años], a pesar de algunas excepciones, como la India, Hungría o Tailandia», argumentan los autores del estudio. Algunos países, como Indonesia, ya han puesto sobre la mesa la posibilidad de crear un límite legal de edad para poder usar redes sociales, aunque, de momento, estas prohibiciones aún no se han hecho efectivas.

Varios dispositivos móviles colocados sobre la mesa en una imagen de archivo / Eduardo Parra (Europa Press)

Dudas sobre el uso de inteligencia artificial en la escuela

En los últimos años, el auge de la inteligencia artificial también ha iniciado el debate sobre si se debe implementar en la escuela o no. Según los resultados del estudio elaborado por Ipsos, la posición internacional es diversa. Por ejemplo, la mayoría de países asiáticos consideran que se trata de una herramienta muy positiva para los estudiantes, por lo que se debería implementar en las aulas. En cambio, la mayor parte de los países de habla inglesa se sitúan en el otro lado del espectro, hasta el punto que un 5% de los canadienses encuestados considera que se debería prohibir la IA en los centros educativos. Esta división de opiniones también existe entre la población española, según los resultados de la misma encuesta, ya que un 33% consideran que la IA tendrá un impacto negativo para los estudiantes, mientras que el 27% cree que tendrá un impacto muy positivo. La población restante afirma no tener una opinión formada al respecto.

A pesar de la división de opiniones, las respectivas administraciones ya han comenzado a poner en marcha algunos programas para incorporar la inteligencia artificial al sistema educativo. En el caso de Cataluña, la consejería de Educación ha abierto varios cursos este verano para formar a los docentes en este aspecto, los cuales han tenido una muy buena acogida por parte de los docentes. De hecho, según las cifras facilitadas por la directora general de Innovación, Digitalización y Currículum, Mercè Andreu, durante la presentación del plan de digitalización responsable, la consejería ha recibido cerca de 3.000 solicitudes de profesores y maestros para formarse en inteligencia artificial. Es decir, aunque aún no se ha terminado de implementar del todo dentro del sistema educativo, los docentes cada vez están más interesados en incorporar estas herramientas en la enseñanza.

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